domingo, 16 de abril de 2017

Resurrección de Nuestro Ser



Ángel de la Resurrección
                          Penna. Memorial de la Segunda Guerra Mundial
                                 Estación 30 de la calle Philadelphia
 
Llega a ser el que eres (Píndaro)

La Resurrección no es otra cosa que la reconstitución de nuestra naturaleza a su forma original (San Gregorio de Nisa, Sobre el Alma y la Resurrección) [2] 

Asumiendo que esa forma original es nuestra esencia inmortal, el Alma Divina no caída, cuerpo del Mesías, es preciso atisbar que mora allende el estado que gozó el Primer Adam en el Jardín del Edén.

De modo que si alguno está en Cristo [Luz y Vida], nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Corintios 5:17).

en Él vivimos, nos movemos y existimos (Hechos 17:28) 
 
Por tanto, la resurrección es aún más perfecta que la de la inocencia edénica de la que cayeron las chispas del Alma Humanidad, ya que la Nueva Creación contiene la vivencia y trascendencia de la propia muerte.



El lado interno de Génesis 2 implica que existimos en una Creación caída desde el día en que el "alma viviente" o Adam fue puesta a dormir y dividida en una parte espiritual (mente superior) y otra inferior (mente emocional, Eva), que quedó atrapada en aquella antigua criatura llamada la Serpiente.

El Alma humana fue así condenada a meter la pata y aventurarse a experimentar el Árbol de la perfección o completud (ha Tob) y la imperfección (ha Ra), que implica la muerte. 

Dice el Zohar que Adam comió del Árbol del Conocimiento antes de tiempo. ¿Y acaso tuvo opción?

la creación fue sujetada a futilidad, no de su propia voluntad, sino por aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza (Romanos 8:20)



Génesis 1:2, Isaías 45:18 y otros pasajes revelan que esto fue el resultado de una Caída celestial anterior, y realmente hizo posible una reconciliación de la antigua Creación Caída por medio de la Gracia Divina en una nueva creación

La nueva creación se funda en las manifestaciones del Todo Ser Infinito, que son su Emanación o Nombre/Personalidad, i.e YHWH (All I Am), un código armónico.

Dicho Nombre se manifiesta como Camino de Amor, Vida, Luz y Paz intemporales, y vino a ser plenamente expresado por Yehoshua, que en hebreo significa la Salvación es Yo Soy Amor, Luz, Vida y Serenicad, y que a menudo se confunde con la persona que lo encarna, como el Nazareno histórico.

Esa Esencia de Amor, Vida, Luz y Paz también es considerada Cabeza, de un cuerpo cósmico de Luz, una Persona colectiva, nuestras Almas (Colosenses 1: 19-20).
 

Ahora sólo queda manifestar el resto de dicho Cuerpo, crucificando el ego y resucitando desde esta creación caída.

He sido crucificado con Cristo y ya no vivo, sino que Cristo [Vida, Luz y Amor] vive en mí (Gálatas 2:20)

Y ésta es la razón por la cual Cristo/Mashiaj nunca debe ser visto como un ídolo personal externo que nos resucita si le adoramos, sino como nuestro verdadero Ser, Esencia o Alma divina.

... Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo [Vida y Luz] en vosotros, la esperanza de gloria (Colosenses 1: 26-27)


Y las chispas remanentes del Alma Divina esperan en los reinos celestiales, listas para guiar a sus contrapartes terrenales (nosotros), permitiendo que la creación caída sea devuelta a su perfección no caída, como la luz del espíritu que brilla sobre el agua para hacerla evaporarse, sublimándola.

Estas semillas de luz o logoi eran también conocidas como "contrapartes angélicos" o incluso "llamas gemelas", como esas curiosas "llamas dobles" que fueron encendidas en las cabezas de los Apóstoles durante Pentecostés (Hechos 2). 


Sin nuestro verdadero Ser, nada podríamos hacer, ni siquira vivir ni renacer.

Bienaventurado el hombre cuya cara refleja el rostro del Hombre de arriba (Zohar)

Mira que no desprecies a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo sus Ángeles siempre ven el rostro de mi Padre que está en los cielos (Mateo 18:10).
 


Nuestro Alma divina no sólo mira hacia nosotros, sino que tiene acceso al Espíritu del Padre Fuente, y sin ella la Luz superior no llegaría hasta aquí, pues en esas esferas no cabe oscuridad alguna, sino sólo Luz creciente.

Por eso San Gregeorio añadió que eventualmente, después de la apokatastasis o reconstitución de todas las cosas, no quedará más que bondad.

Como dijo el profeta Isaías, en la Nueva Tierra, las primeras cosas no serán recordadas, ni vendrán a la mente (Isaías 65:17).
 

Esto parece implicar que todo fue reconciliado antes de que ocurriera, y estaríamos viviendo una especie de flashforward, una extraña anticipación dentro de la Mente Universal. Más extraño imposible.

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[2] Textos patrísticos:
 Http://www.newadvent.org/fathers/2915.htm

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