martes, 3 de marzo de 2015

Viviendo desde el Origen


María Magdalena
Pintura de Pietro Perugino, año 1500

Una característica curiosa de la mente humana es la tendencia a buscar consuelo y respuestas sólo en el mundo externo. 

También es cierto que se nos ha dicho: buscad las respuestas dentro. Ahora, ¿realmente entendemos qué quiere decir buscar y hallar la verdad dentro? La mente torpe piensa que sí, se mira a sí misma, halla malestar, se aburre, se asusta de esos monstruos y trata de salir a escape, acabando tan confundida como antes.
Como dijeron Heráclito y otros grandes guías, el problema es la falta de fe en la voz del Logos, la Inteligencia universal que conecta y dirige todas las cosas, uniendo los opuestos, solucionando todo conflicto.

Al principio era el Verbo/Logos –Juan 1:1

Mas la escucha al Logos sólo tiene lugar al entrar en contacto consciente con nuestra Naturaleza o Alma de Luz, la cual actúa como guardián, guía y vigilante, esperando de fusionarse con nosotros, vivir a través de nosotros [1].
La Luz que mora en lo profundo de cada humano genuino no se encarna en el cuerpo, pero sus vibraciones finas hablan desde cada célula y se expresan en intuiciones silenciosas que rompen cualquier espejismo y pensamiento engañoso. 

Pero incluso nuestra relación con los cinco sentidos e intuición está ausente, y por lo tanto no nace suficiente luz en el cuerpo físico para recibir los dones del espíritu, el cual se halla disperso.
La tarea espiritual genuina no consiste en la suicida extinción dentro un vacío interior o plenitud de luz o alcanzar extrañas experiencias. La iluminación en sí no puede alcanzarse porque nuestra naturaleza esencial ya es la iluminación, en espera de nacer, crecer y comprender su esencia desde este mundo de formas.

En verdad te digo que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el Reino de Dios–Juan 3:3

En los Evangelios Jesús recibe su bautismo de Agua, Espíritu y finalmente de Fuego divino. Así atraviesa la Cruz de los cinco sentidos para rescatar los átomos de luz del Primer Adán, que se hallan esparcidos por todas las naciones desde la caída, en las ovejas perdidas del pueblo de Israel, es decir, el Alma de la Humanidad

De modo similar, en su relato sagrado, el Buda se purga y halla la Luz de su Alma en el árbol Bodhi en Bodh Gaia –es decir la Tierra–, liberándose de la esclavitud del tirano interior y ayudando a otros a lograrlo. 

Ésa es la razón por la que el Alma debe nacer en la individualidad humana, de lo contrario se quedaría en los espacios luminosos. 

Así pues, la tarea humana esencial es vivir desde el ser esencial para devolver cada percepción a su origen mediante el uso consciente de la mente y los sentidos, bañando el mundo con aceptación consciente y compasión. 

Cada elemento de la vida es parte de la Gran Verdad. Todos tienen razón, pero nadie lleva toda la razón.

La práctica de devolver todas las percepciones a su origen es conocido por los sufíes como ta'wil, y se halla muy relacionada con la enseñanza de Empédocles y la práctica del sentido común –koiné aisthêsis, como bien indica Peter Kingsley [2].
Lo sorprendente y al mismo tiempo increíblemente revelador es encontrar este arte en el corazón del cristianismo. 

Por supuesto, dicha práctica se puede encontrar en una forma velada en los evangelios canónicos, pero muy explícitamente en el maravilloso Evangelio de María Magdalena [3]:
Entonces Pedro le dijo:
Puesto que nos has explicado todo a nosotros, dinos una cosa más: ¿cuál es el pecado de este mundo?
El Salvador respondió:
El pecado como tal no existe. Sólo se manifiesta cuando obráis con maneras que son adúlteras por naturaleza. Es por esta misma razón que lo Bueno ha llegado entre vosotros persiguiendo su propia esencia dentro de la naturaleza con el fin de reunir a todo hacia su origen.
Luego continuó:
Esta es también la razón de la enfermedad y la muerte, porque abrazáis lo que os engaña. Considerad entonces estas cuestiones con vuestro intelecto espiritual.
El apego a la materia da a luz a la pasión sin una Imagen de sí misma, ya que se extrae de lo que es contrario a su naturaleza superior. El resultado es que la confusión y perturbación resuena a lo largo de todo el ser. Es por esta razón por la que os dije que encontrarais satisfacción a nivel del corazón, y si estáis desanimados, ganad coraje en la presencia de la Imagen de vuestra verdadera naturaleza. El que tenga oídos, que escuche.
Este pasaje disipa la idea dualista que algunos gnósticos tenían acerca de la naturaleza perversa del mundo. El universo visible está lleno de divina bondad a la espera de ser reconocida y devuelta a su origen más elevado.
Sin embargo, el evangelio alude a otra cosa que es muy intrigante: el apego a la materia física da a luz a la pasión sin una Imagen de sí misma, lo que causa sufrimiento.
Estas tradiciones antiguas enseñan que todo tiene un modelo de perfección, una forma ideal de manifestarse. Pero debido a nuestra falta de contacto con la perfección de nuestro ser de luz auténtico, todo se tuerce, y nos convertimos en sombras o caricaturas de lo que debemos ser. A partir de ahí, todo lo demás se tuerce también, y el mundo se nos aparece como un monstruo aterrador, una proyección del que se lleva dentro.

No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados –Lucas 6:37
Todo lo externo refleja lo interno. Así pues, si sólo hallamos malestar en nuestra vida, significa que no estamos viviendo como deberíamos y nos estamos arrojando cubos de mierda encima.
Y lo que viene a subrayar el evangelio es que la única forma posible de corregir esta distorsión es vivir desde el ser: "ganad coraje en la presencia de la Imagen de vuestra verdadera naturaleza".

Recibir la guía del ser auténtico implica ver y soltar los nudos físicos, mentales y emocionales que nos mantienen presos. Y ello sólo es posible con la mente discriminativa, la atención consciente y la sensibilidad del corazón. 

El espacio de consciencia silenciosa reconoce todos los pensamientos y formas del mundo como reflejos o sombras de sí misma. 

Lo que menos nos gusta de nosotros mismos y los demás, es lo que más aceptación y atención necesita, siendo la parte reprimida que nos falta reconocer y reconciliar en nosotros. Nadie puede ver algo en otro que no esté en él mismo. Lo igual es percibido por lo igual.

Desde el espacio silencioso intuitivo puede uno abrazar sin miedo a la caricatura, purificándola desde la raíz, ganando fuerza, comprensión y humildad. Es entonces cuando llega el beso del Alma, y con ella la verdadera calma y amor conscientes. 
No olvidemos que esto es algo que no puede considerarse de modo intelectual, sino que implica un trabajo consciente e involucra todo el ser, para lo cual hace falta cierta disciplina diaria que prepare el terreno.

Para ello son útiles las sentadas silenciosas, la incubación y otras actividades meditativas, que pueden incluir barrer, cocinar, fregar los platos, saborear bien los alimentos, jardinería, siempre con plena consciencia de lo que se hace, sin querer llegar a lado alguno ni ansiar terminar, sino simplemente vivir el momento como si fuese eterno, desde el Alma.

Sobre la meditación ya se ahondó en otros artículos:

Meditación No Condicionada III, publicado el 16 de Octubre del 2013:
http://cantoderealidad.blogspot.com.es/2013/11/que-es-la-meditacion-no-condicionada.html

Incubation, a western form of meditation, de momento sólo publicado el 6 de Abril del 2006 en la versión inglesa del blog:
http://themusicofwisdom.blogspot.com.es/2009/04/incubation-western-form-of-meditation.html

© Copyright 2015

_______________
[1] Una investigación más detallada sobre el guía interior y el ser de luz se puede encontrar en la joya de Henri Corbin: El Hombre de la luz en el sufismo iranio:
[2] Véase la entrevista a Peter Kingsley, Sentido Común:
Un resumen en Castellano:
[3] Extracto del artículo El Evangelio de María Magdalena, de Cynthia Bourgeault, publicado en la revista Parábola. Muy recomendable: