martes, 14 de junio de 2011

Despertando los Sentidos

Ven. Siente con cada miembro 
cómo cada cosa se torna aparente.
No tomes lo que ves más que como un refuerzo
de lo que oyes, ni des a los sonidos preferencia
sobre los sabores en la lengua.
No rechaces la seguridad proporcionada por cada miembro
que abre una puerta a la percepción. 
Percibe cómo cada cosa se hace aparente. [1]
No es fácil entender este poema de Empédocles en un mundo donde el mal uso de los sentidos y el bombardeo de datos son tan habituales. Podemos incluso creer que percibimos por los sentidos, pero basta observarnos bien para darnos cuenta de que pasamos la mayor parte del tiempo en la cabeza, imaginando cómo son las cosas, cómo serán o deberían ser.
Los grandes maestros nos recuerdan que la posibilidad de ser plenamente humano sólo puede ser llevada a cabo con el desarrollo del sentido común (koiné aísthesis, sensus comunis). Pero ¿qué es este sentido común? Hoy en día es sinónimo de seguir lo socialmente aceptado. Curiosamente, esto se aleja del sentido original.
La raíz del malentendido probablemente comenzó con Platón, para quien los sentidos no conducían a la verdad, ya que sólo muestran el cambio, lo aparente. El asunto empeoró aún más cuando Aristotle escribió su libro Sobre el Alma, asumiendo que "cada vez que miramos un árbol, sabemos que estamos mirando, que cada vez que estamos pensando, sabemos que estamos pensando", porque, según él, todo "animal bípedo" tiene sentido común. 
Tal vez se aproximase al decir que el sentido común es una cualidad que reside en el corazón y que une todos los sentidos, dándonos una percepción coherente de la realidad.  Con todo, la suposición ciega de que hacemos uso de ella se perpetuó después. Incluso Kant utilizó la noción de  sensus communis para justificar que todos los humanos percibimos la realidad de la misma manera. 
Hay en efecto una inteligencia o consciencia que une a todos los sentidos, incluyendo la mente y el corazón. Maestros pre-socráticos la llamaban noûs. Sin embargo, poco participa en nuestra vida, ya que no nos hacemos activamente receptivos. En condiciones normales permanecemos dormidos, percibiendo a través de la pantalla oscura de la mente. De ahí que haya tantos puntos de vista contradictorios, tantas teorías, tantas ilusiones...

______________________
[1] Traducido desde la versión de Peter Kingsley. Poema contenido en el libro Reality.

viernes, 3 de junio de 2011

Vida Superficial

Palmas, estrechas y plegadas, fueron dispuestas en los miembros humanos. Empero, un sinnúmero de insignificancias continúan chocando, embotando sus preocupaciones. Ven tan poco en vida, para luego marcharse: efímeros, desvaneciéndose cual humo, totalmente engañados por cualesquiera cosas halladas en el camino, yendo para un lado, para otro... Y luego claman en vano haber hallado el todo. Así no hay manera de que la gente pueda ver, escuchar o comprender conscientemente las cosas que he de enseñar. Pero en cuanto a ti, ya que viniste a mi lado, aprenderás. El ingenio mortal no aspira a más.
Tales fueron las palabras preparatorias que un gran maestro escribió para su discípulo Pausanias. Era Empédocles (490-430 a.C), quien perteneciera a la tradición pitagórica y cuyas enseñanzas fueron siempre expresadas a través de poesía, abrazando la psicología, la cosmología, la biología, la astronomía, la medicina y la química, contribuyendo a la creación de la ciencia moderna, y por ende, del mundo moderno. Pero a diferencia de los pensadores y científicos contemporáneos, comprendió que los seres humanos duermen, y que es necesario cultivar una actitud y  percepción lúcida. Lo que Empédocles dijo al respecto será el tema del próximo post.
________________
Nota: la traducción propia efectuada desde la versión al inglés de Peter Kingsley, citada en el libro Reality:
Palms—so narrow and closed in—have been poured over people’s limbs. But countless worthless things keep crashing in, blunting their cares. During their lifetimes they see such a little part of life and then they are off: short-lived, flying up and away like smoke, totally persuaded by whatever each of them happened to bump into while being driven one way, another way, all over the place. And they claim in vain that they have found the whole. Like this, there is no way that people can see or hear or consciously grasp the things I have to teach. But as for you: because you have come aside here, you will learn. Mortal resourcefulness can manage no more.