jueves, 25 de diciembre de 2014

La Luz Del Equilibrio



En un estupendo océano de luz me muevo,
mis profundidades a las de su eterna altura uniendo
–Sri Aurobindo–

Todo está hecho de luz; todo está vivo.
–Mellen Thomas Benedict y su Experiencia Cercana a la Muerte–

Yo soy la luz del mundo. El que que me siga nunca caminará en tinieblas, y tendrá la luz de la vida –Juan 8:12–

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Una lámpara no se enciende para ponerse debajo de un cuenco, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa –Mateo 5:14–

Allah es la luz de los cielos y la tierra...Luz sobre luz. –Corán, Verso de la Luz, 35, 24

La Luz no se puede ver, sólo puede ser conocida. La Luz está inmóvil. El sentido de la vista no puede responder a la quietud. Lo que los ojos "sienten", y creen que es luz no es sino movimiento de las vibraciones que simulan la idea de la Luz.
Light Does Not Travel, por Walter Russell–

Desde el punto de vista de la Luz, no hay espacio, ni tiempo, ni masas. La Luz no existe en el mundo del espacio-tiempo y la materia –Peter Russell–


Vivimos tiempos de ruido, tensión y agitación, fuente de confusión, angustia y violencia en todas sus formas. Y esto se debe a que somos fácilmente engañados por "falsas luces". Tomamos al arco iris por la Luz, cuando en realidad, nuestro cuerpo y el mundo que nos rodea son simplemente una "simulación de la luz" efímera, no la verdadera Luz, fuente de equilibrio, quietud, creatividad, bondad, belleza, verdad y dicha.

Como bien demostró Walter Russell con su arte geométrico y cosmología artística, la Luz descansa en quietud magnética, uniendo y equilibrando todas las cosas, que no son más que luz eléctrica, contracciones pasajeras de la Luz.

Por supuesto, esto ya se conocía hace largo tiempo. De hecho, mucho puede decirse del antiguo simbolismo de la luz blanca y su difracción en arco iris, y esperemos poder regresar al tema pronto.

Pero más urgente es recordar lo que realmente somos, para así poder cruzar este engañoso mundo arco iris de modo seguro. Y resulta que el único Camino efectivo es el Arte de la Quietud Relajada, el estado natural de la Luz.

También se nos muestra que hay una manera de cruzar el arco iris: encontrando el estado natural de la Luz, la Quietud.

Aquiétense, y sepan que Yo Soy Dios –Salmo 46:10–

Yoga es la cesación de las fluctuaciones de la mente –Patanjali

Sin embargo, esto no es tan sencillo, porque la mente eléctrica siempre anda moviéndose de un extremo a otro: confortable-incómodo, blanco-negro, bueno-malo... 

Y no podemos pretender vivir en la consciencia relajada mientras intentemos escapar del mundo con la mente eléctrica.

Es verdad que necesitamos momentos de quietud física y mental todos los días, pero el verdadero reto es encontrar la quietud a través del movimiento de las actividades cotidianas, aprendiendo a relajar las tensiones que forman nuestra alucinación eléctrica. La quietud de la Luz no es como la inmovilidad de una piedra, sino más bien una quietud expansiva y fluida. Y si no se percibe a través de los sentidos, ¿cómo es conocida entonces?

La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz 
–Mateo 6:22–

No necesitamos buscar muy lejos para darnos cuenta de que esta “lámpara del cuerpo” se corresponde con la famosa Glándula Pineal. Sin embargo, ésta no puede encenderse a menos que nuestro centro magnético, el nervio vago que conecta la región cardiaca y plexo solar al cerebro, genere suficiente relajación, uniendo mente y sentidos en el “sentido común”.

Con todo, es necesario comprender que la Luz no puede estabilizarse en el cuerpo sin la formación de “recipientes de luz”. Yahshua no bromeaba al decir que necesitamos "vestidos de boda" para entrar en el Reino (Mateo 22:12).

Con esto en mente, veamos si somos capaces de relajar el puño mental y físico para hallar la quietud silente en medio de un mundo de ruido y espectáculo lumínico. Eso sí que sería el inicio de un Solsticio de Invierno interno, Luz disipando tinieblas. 

lunes, 1 de diciembre de 2014

Libres ahora, nada delante




Los amantes creen que se buscan,
Mas búsqueda sólo hay una: errar,
Pues este mundo es errar por ese
Cielo transparente, ambos en uno mismo.
Aquí no hay dogma ni herejía.

El milagro de Jesús es él mismo,
No lo que dijo ni lo que hizo respecto al futuro.
Olvídate del futuro.
Yo adoraría al que fuera capaz de hacerlo.

En el camino puede que desees echar la vista atrás,
o puede que no,
Pero si puedes sentir que nada hay delante,
Nada habrá.

Ábrete de brazos
Y sujeta la tela de tus vestiduras con ambas manos.
Sanar del dolor está en el dolor mismo.
Se mezclan lo bueno y lo malo.
Si no los tienes a ambos,
No eres de los nuestros.
Cuando uno de nosotros se pierde o no está aquí,
Debe estar dentro de nosotros.
No hay en el mundo un lugar como ése.

–Rumi–

Se hallaba uno yaciendo sobre una manta, en una tabla dispuesta en la cama, invadido por un malestar general, físicamente impedido y con una mente que trataba de hallar soluciones, barruntando posibilidades y futuros de manera caótica; todo vanas elucubraciones. Mas era un momento sagrado de la mañana, dedicado a la contemplación silenciosa, y una parte más serena decidió retornar a la sensación corporal y a un sentimiento puro de relax, soltando "espejismos" y "tensiones"; la quietud del corazón no se hizo esperar y destellos de algo profundo, diferente, brillaron por sí mismos; aquello que es, que soy, y que nunca dejará de Ser: corazón-mente-espacio, serenidad infinita allende las sombras y creencias ilusorias. Casi una hora después, uno se incorporó, cogió las muletas e inició el día. Los destellos de la serenidad espaciosa siguieron y siguen resonando, inspirando pensamientos y emociones más armónicas. 

Siempre tendemos a imponernos futuros y metas que se tornan obstáculos, sufrimiento, pues nunca vivimos el verdadero momento, el instante. Huir del malestar y buscar futuros mejores sólo incrementa la desdicha. Nunca hubo ni habrá "pasados" o "futuros", pues estos son tan sólo "presentes" ligados a nuestro presente, y a menudo la mente los imagina de modo impreciso. Como dijo un sabio, "si quieres que mañana sea diferente, haz que hoy sea diferente".  Sólo podemos vivir y morir aquí y ahora, en el Eterno Presente, el Reino de los Cielos que se halla dentro y fuera. Nosotros mismos elegimos cómo percibirlo.