sábado, 22 de octubre de 2016

Unidos en un Cuerpo Cósmico


Finalmente, llegamos al octavo día de la Fiesta de Tabernáculos, y para completar el ciclo, aquí tenemos unas citas interesantes tomadas del libro The Year of Jubilee, de Thomas Jude Germinario [1]:

¿Cómo pudo Él que carece de Pecado haberse convertido (de nuevo en palabras de San Pablo) la misma encarnación del Pecado, para que el Pecado pudiese morir con él en la Cruz? Cargó con nuestro Pecado sobre sí mismo porque él es el Cuerpo del cual todos somos miembros. El Cuerpo no puede tener uno de sus miembros corrompidos sin que la enfermedad se extienda. Ningún hombre queda justificado por el hecho de hacer menos mal que sus congéneres–del mismo modo que su pecho no puede estar más sano si su estómago está enfermo.  Jesús ofreció su vida en el monte Calvario sólo para realizar una afirmación, pero es sorprendente que muchos supuestos "cristianos" aún no lo cogen. El mensaje de Cristo era y es simplemente éste: "¡No hay Pecado sino más bien nuestro Pecado!

La Ley no se puede aplicar más que a nosotros mismos. Cada uno de nosotros está llamado a llevar a cabo la Voluntad de Dios de un modo único y diferente [...]

Asignar "culpa" fuera de nosotros es desmembrar el Cuerpo Divino. Ejercer Juicio contra otro es imponer la "ley" de Moloch, el devorador de Almas inocentes. Si realmente estamos dispuestos a cargar con la Cruz de Jesús y seguirle, ¿no debemos cargar con el Pecado de nuestros congéneres? ¿No debemos reconocer como propio incluso la maldad ostensible llevada a cabo por otros? No hay otro modo de vivir la Unidad de la humanidad, la cual es la condición para la Venida del Reino.

Edom representa la presencia en el Mundo del Alma de los restos del Estado Mental basado en auto-justificarse y que conocemos como Satan. Edom es la "generación" de pseudo-almas que, como dice Salomón, son puras ante sus propios ojos aunque se bañan en su inmundicia.

p.99

Era ésta la "generación" a la que Jesús se refería en su profecía de las últimas cosas:

En verdad os digo que no pasará esta generación antes de que todo esto suceda [Mateo 24:34].

En otras palabras, todas las coberturas rotas de los Ángeles Caídos deben hallar un modo de encarnarse para que puedan ser re-asimiladas en el Cuerpo del Hombre [Cósmico]. Éste es el significado de la profecía de Isaías con respecto al Rey de Tiro:

Y sucederá que al cabo de setenta años visitará el Señor a Tiro...[Isaías 23:17]...

El número 70 en la profecía de Isaías hace referencia a la letra Ayin. Según la Kabbalah, Ayin significa los siete universos de Caos que fueron destruidos antes de la creación de nuestro Mundo. Estos siete universos inferiores corresponden a su vez a los siete Reyes de Edom descritos en el Capítulo 36 de Génesis. Estos siete representan la "generación" que debe perecer antes de que el Hijo del Hombre retorne a reclamar su Reino, el reino espiritual de Israel. Tiene, por tanto, sentido que el octavo Rey de esta línea edomita sea el prototipo del Mesías. El nombre de este octavo Rey es Hadar, un término hebreo que significa "Belleza". La Kabbalah asocia este nombre con el octavo día de Sukkot o Tabernáculos, que comienza con la recolección de ramas del árbol "hermoso". Sukkot es el festival de las "moradas" y las letras hebreas del nombre Hadar pueden leerse como HaDor, "la morada". Puesto que Hadar es el único Rey de Edom ligado a una Reina, simboliza la restauración para el Alma de su Reina–la Presencia Femenina de Dios, Shekhinah.

En nuestro próximo capítulo, veremos cómo los antiguos rituales de Sukkot expresan una fórmula de equilibrar las polaridades Masculina y Femenina del Alma y su alineamiento con las polaridades sexuales de la Cabeza de Dios. Dicho equilibrio y alineamiento es esencial para la función del Alma como vehículo de la Luz o Quintaesencia.  También aprenderemos cómo los rituales del Árbol Hadar revelan simbólicamente la estructura del Árbol de la Vida, la red de senderos que el Alma debe seguir para regresar a la Cabeza Divina. Sin embargo, con el propósito de completar los argumentos de este capítulo, sólo necesitamos reconocer que la fiesta de Sukkot fue, más que nada, una celebración de la Auto-Consciencia conocida como Visión.

pp.100-101

[...]

Complementando este polo transcendente [Masculino] de la Cabeza Divina, tenemos la polaridad Femenina de Dios, que hemos caracterizado como inmanente. En este aspecto, Ella está íntima y palpablemente presente en su Creación. Ella "mora" en el Universo físico (el vocablo hebreo HaDar significa "morada"), desde los brazos espirales de sus lejanas galaxias hasta el núcleo de sus partículas más minúsculas. Suya es la Gloria que literalmente llena nuestro Mundo, como el profeta Isaías escucha de los Serafines que lo proclaman, atendiendo a la Presencia Divina:

Santo, Santo, Santo es el Señor de los Ejércitos,
toda la tierra se halla llena de su Gloria [Isaías 6:3]

p.115

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[1] Más información sobre el libro y capítulos parciales se pueden hallar en la web del autor:

jueves, 20 de octubre de 2016

Deudas Ácidas


Árbol de Cidra o Citrón 


Sin duda alguna, la vida puede ser muy dulce, pero también muy amarga y ácida, y en ausencia de la comprensión adecuada, la amargura y acidez se suelen convertir en un tormento insoportable. 

Pero no olvidemos que frutas ácidas, como el limón, tienen unas propiedades medicinales sin igual. Para empezar, son ricas en vitamina C, la cual ayuda a mantener las venas y arterias en perfecto estado, protegiéndonos contra el famoso escorbuto, que tanto diezmaba a los marineros de épocas pasadas. 

Por otra parte, el propio ácido cítrico desinfecta y contribuye a digerir grasas, mejorando el flujo sanguíneo y linfático. 

El próximo mes veremos que esto tiene un significado a otros niveles, pues la "grasa" siempre ha sido símbolo de impureza y "pecado". 

Pero por ahora, sólo con lo visto, no sorprende que el árbol de la Cidra tenga una connotación sagrada en la tradición hebrea.

Y tomaréis para vosotros el primer día [de Sukkot] el fruto del árbol Hadar [hermoso], ramas de palmera de dátiles, ramas de árbol frondoso y sauces que crecen junto a los arroyos, y os regocijaréis ante el Señor vuestro Dios por un período de siete días –Levítico 23:40

Según la tradición oral, la fruta hermosa a la que se hace referencia es la Cidra, Etrog, que que algunos la consideran como "manzana de Adam". En Kabbalah representa el corazón o aspecto femenino del alma, mientras que las ramas o ulav representan el lado masculino. Su unión durante la fiesta bajo la "cobertura" de la cabaña, sana los pecados y restaura la pureza de la consciencia.

Los árboles y ciertos arbustos siempre han llevado asociados secretos de sabiduría.

Bien es sabido que el vocablo hebreo para el fruto de la vid y el vino, Yayin, tiene un valor de 70, el mismo que Sod, Secreto. 

Curiosamente, el valor numérico de Etrog es 610, que se aproxima a los 613 mitzvot o conexiones del Alma de Adam,  cuya disolución generó las famosas "deudas" o "karma" pesado de la humanidad. 

Y según veremos, estas conexiones encierran un mensaje de proporciones mayores respecto a cómo el Mesías u Hombre Cósmico redime a la Humanidad y qué papel juegan las almas humanas en ese proceso.

Pero primero de todo necesitamos darnos cuenta de que  cada uno de nosotros carga con un número definido de "deudas" contraídas por comer del Fruto del Conocimiento sin comer del Árbol de la Vida, que aporta la Comprensión. Y estas deudas nos hacen seres incompletos y desequilibrados.

¿Pero qué deudas son esas?

–Deudas heredadas de ancestros y familiares cercanos, comenzando por el padre y la madre biológicos. 

Se manifiestan en forma de traumas familiares escondidos, enfermedades congénitas, además de patrones de reacción inconscientes que se mantienen por generaciones. 

El Señor es lento para la ira y abundante en misericordia, y perdona la iniquidad y la transgresión; mas de ningún modo tendrá por inocente al culpable; sino que castigará la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación (Números 14:18 LBLA).

mantiene su gracia por mil generaciones y perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero no los deja impunes, y castiga la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación (Éxodo 34:7 NC)

–Deudas que "fragmentos de un alma ya cristazada" contrajeron en otras vidas y que permanecen en forma de "memorias traumáticas no digeridas", las cuales retornan una y otra vez a cuerpos de vibración afín, hasta que son resueltas, completando la comprensión del alma. 

Estas deudas determinan las circunstancias y el entorno, y también se reflejan en enfermedades, conflictos vitales, laborales o de personas cercanas. 

Hasta que el trauma no se resuelve, los conflictos persiguen al alma que perpetúa ese "trauma no digerido".

–Deudas contraídas en la vida presente, a través de mala alimentación y acciones negativas que pueden llevar a la disolución del propio alma:

Los padres no morirán por sus hijos, ni los hijos por sus padres; cada uno morirá por su propio pecado (Deut 24:16).

He aquí, todas las almas son mías; tanto el alma del padre como el alma del hijo, mías son. El alma que peque, ésa morirá [...] El hijo no cargará con la iniquidad del padre, ni el padre cargará con la iniquidad del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la justicia del impío será sobre él  (Ezekiel 18: 3-20.

Las deudas del alma nos convierten en morosos con respecto a otras personas y la Naturaleza, que forma parte de la Inteligencia que en la Biblia se conoce como Elohim, el lado femenino y plural de la Divinidad, de la cual nacen las almas y las Formas eternas de todas las cosas.

El hecho de que las religiones patriarcales –Judaísmo, Cristianismo e Islam– hayan generado tantos ríos de sangre se debe a la ceguera con respecto a la Madre Divina y su cuerpo, la Naturaleza. 

Todos estamos bajo esa ceguera, razón por la cual el mundo físico se muestra muy hostil; el cuerpo de la Madre Divina se ha vuelto Madrastra; y mientras, nuestro alma se ha convertido en sombra acosadora.

La ceguera hace que muchos consideran injusto el nacer con deudas que no recuerdan haber contraído, pues ¿por qué tendría uno que pagar por lo que otros hicieron?

Y pocos se dan cuenta de que ahí radica una doble ceguera: 

debido a nuestro egoísmo desmedido, no sólo no estamos dispuestos a pagar deudas por otros, sino que ni siquiera vemos que "todos somos parte del mismo Ser".

Ama al prójimo como a ti mismo no significa amar a otros como amamos nuestro sucio "ego", sino amar a los otros como "partes de nosotros", fragmentos de un Ser no reconocido.

Esto es sin duda el verdadero sentido de la Enseñanza de Yahshua ha Mashiaj, de quien se dice que cargó sobre sí mismo con los pecados del mundo. 

¿Por qué lo hizo? ¿Sólo por compasión? Demasiado simple.

Realmente, esos pecados eran tanto suyos, como del resto de la Humanidad, cuyo Alma y Cuerpo son Uno. 

La Enseñanza de la Ley revela que el Mesías, Cristo u Hombre Universal es la Cabeza de la Humanidad (1 Cor 11:3), y Él sabía muy bien que algo no andaba bien en las partes bajas del Alma de la Humanidad –su Novia–, pues un virus llamado "narcisismo luciférico" la había liado parda en universos anteriores a este físico que ahora habitamos, y que de hecho ha heredado el lío.

Por desgracia, tanto muchos creyentes que se arrogan el derecho de llamarse "cristianos" como los no creyentes que rechazan el Cristianismo siguen sin ver por qué se dice que un hombre cargó con los pecados de la humanidad sobre sí mismo. 

Los primeros siguen creyendo que el perdón es un favor o concesión que un Dios benevolente hace sobre criaturas insignificantes, mientras que los segundos prefieren pensar que todo es una mala interpretación o simplemente una fantasía religiosa más. 

Ciertamente, todas las deudas de la Humanidad están saldadas; pero sólo para quienes reconocen el organismo cósmico y a quién pertenecemos, viviendo a la altura de las circunstancias. 

He ahí el reto que pocos han asumido, a pesar de "creer". 

Es ingénuo es pensar que se nos ha dado una vida gratis cuando hay tanto trabajo por delante. 

No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará (Gálatas 6:7).

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues a Dios en vuestro cuerpo (1 Corintios 6:20).

Sólo al restablecer las conexiones del Alma, las deudas quedan saldadas. 

He ahí la razón por la que antiguamente fueron expresadas en forma de Dharma o Deber –para los Orientales–, y de juicios, estatutos y mandamientos de la Ley o Torah hebrea.

No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir sino a cumplir, porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido (Mateo 5:17-19).

Contrariamente a lo que piensa la Cristiandad moderna, la Ley aún nos afecta a los morosos del alma, concretamente en su lectura espiritual, pues la letra mata pero el Espíritu vivifica

Y esto conlleva incluso nutrir y purificar el cuerpo, cuidando incluso lo que comemos, como veremos el próximo mes.

Ahora, no cuesta darse cuenta de que esos "deberes morales y vitales" han generado tanto orden como violencia y juicio. De hecho, nadie fue ni es capaz de cumplirlos en su totalidad, excepto la Cabeza de la Humanidad o Mesías, en quien todo se cumple. 

En relación a este punto, existe aún otro secreto, conectado también al árbol de Sukkot. 

Y dejaré un texto revelador al respecto para el octavo día de la fiesta, que es este Sábado.


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viernes, 14 de octubre de 2016

El Mesías Y´shua nació en la Fiesta de Tabernáculos (Sukot)



Como vimos en la anterior entrada, Mesías o Mashiaj puede leerse en hebreo como "hay cerebro/comprensión", yesh moaj. Y la Comprensión (Binah) es la consorte de la Sabiduría (Jokmah), porque descubre lo que permanece oculto. En la Enseñanza Universal que nos concierne, Sabiduría y Comprensión son lo implícito y lo explícito, la semilla y el árbol, la unión del hemisferio derecho intuitivo con el lógico izquierdo del cerebro, unión sin la cual no puede haber evolución espiritual.

Por tanto, hagamos un ejercicio de comprensión que alimente nuestro divino alma. 

Siete son los recordatorios festivos que siempre se han celebrado dentro de la tradición hebrea, y juegan un papel simbólico esencial tanto en el Antiguo Testamento como en los Evangelios, pues esconden un mensaje acerca de la evolución espiritual que conduce a la Era Mesiánica. 

Dichos en orden son: Pascua (Peshaj), Panes Ácimos (Matzot), Primeros Frutos (Bikurim), Pentecostés o Semanas (Shavuot), Año Nuevo (Rosh Hashana) o Fiesta de las Trompetas (Yom Terua), Día del Perdón (Yom Kippur), y Fiesta de los Tabernáculos (Sukkot), la cual tiene especial importancia porque, según el Nuevo Testamento celebra el nacimiento del Mesías–cuyo  inicio se produjo el 11 de Septiembre del año 3 a.C–[1], además de su Transfiguración, que habría de servir de modelo para el futuro, la Era Mesiánica que anticipa sus primeros destellos.

Debido a la adopción de la tradición romana, ajena a la tradición apostólica, la Fiesta de los Tabernáculos ha permanecido olvidada durante siglos dentro del mundo cristiano en general; aunque ahora comienza a ser recordada con toda su significación, posiblemente porque la energía de comprensión conocida como Mesías empieza a manifestarse en aquellos que tienen hambre de verdad en esta Era Mesiánica que da comienzo.

La verdadera significación de la Fiesta de los Tabernáculos también ha permanecido oculta para muchos que la celebran desde hace siglos.

Según se dice en Zacarías 14:16, llegará un día en que todas las naciones celebrarán esta fiesta. Aunque, por supuesto, esto no significa que todas las naciones lleguen o tengan que adoptar la religión judía, sino más bien que llegará el día en que una masa crítica de personas comenzará a descubrir a la divinidad interior, y a encarnar al Mesías, a diferentes niveles. Como el propio Y´shua manifestó, muchos llegarían a hacer lo que él hacía (Juan 14:12). Y como no, se refería a la segunda venida, que es la llegada colectiva del Mesías, profetizado en diversas religiones.

La primera venida completa se materializó anticipadamente en el profeta Y´shua, y parece que esto ya quedó vaticinado desde el mismo momento de su nacimiento, que como veremos según el Libro de Lucas, se produjo durante la Fiesta de los Tabernáculos, el 15 del mes de Tishrei, que hoy se celebra entre Septiembre y Octubre por razones astronómicas. Concretamente, este año 2016 comienza hoy, 15 de Octubre.

La fiesta conmemora los ocho días simbólicos en que los hebreos que cruzaban el desierto tras su cautiverio en Egipto moraron en tiendas enramadas o tabernáculos (sukot), donde celebraron con regocijo la protección que recibían de la Divinidad (Levítico 23:33). Este regocijo se celebró con alimentos y el estudio de la Torah. El primer día sólo se alimentaban a base de frutos de los árboles, en clara alusión al Árbol de la Vida.

Con el tiempo, esta fiesta comenzó a tener lugar en Jerusalén, a donde el pueblo debía peregrinar para celebrarla, razón por la cual las casas y las posadas se llenaban de gente.

Sin duda alguna, el autor del Libro de Lucas tenía esto en mente cuando escribió:

dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en el mesón (Lucas 2:7).

Cabe pensar que no había sitio en el mesón porque todo estaba repleto debido a la Fiesta de Tabernáculos.

Y tampoco parece coincidencia el hecho de que se emplee la palabra "pesebre", que en hebreo corresponde a sukot, al ser un habitáculo rústico. Mismamente, el chamizo para ganado que se fabricó Jacob es llamado Sukot (Génesis 33:17), todo lo cual, es simbólico, por supuesto.

Pero otros datos adicionales no dejan lugar a dudas de que el Maestro Y´shua  nació durante Sukkot. 

En primer lugar, en Lucas 1:36, cuando  el ángel Gabriel le da la buena nueva a Maryam, se nos dice que su prima Isabel, quien daría a luz a Juan el Bautista, llevaba encinta seis meses. Y el autor del evangelio se tomó mucha molestia en sugerir el mes en que Isabel quedó embarazada de Juan, y lo hace aportando datos específicos sobre el padre, Zacarías; concretamente, nos viene a decir que mientras ejercía sus funciones sacerdotales bajo el turno de Abías

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, que tenía por mujer una de las hijas de Aarón que se llamaba Isabel...

Y es entonces cuando se le comunica que su mujer Isabel daría a luz (Lucas 1:5-13). Se entiende entonces que la mujer ya había sido fecundada o lo sería justo cuando el hombre regresa a casa. Sería entonces la concepción de Juan el Bautista (Lucas 1:24).

Para entender a qué fecha se refería hemos de conocer la tradición judía, la cual especifica que el servicio en el templo era llevado a cabo por veinticuatro grupos de sacerdotes, de Shabat a Shabat, es decir, una semana de servicio cada uno (ver 2ª Crónicas, Paralipómenos 23:4-8). 

Y el turno de Abías se ejercía durante la octava semana de fiestas, es decir, durante la Fiesta de Pentecostés (1ª Crónicas 24:7-10), en Junio según nuestro calendario. 

Además hay que tener en cuenta una de las tres semanas extra que debían permanecer los sacerdotes en el templo durante la festividad de los Ácimos, Pentecostés y Tabernáculos respectivamente (Deuteronomio 16:16).

De aquí se deduce que Zacarías debió de regresar a su hogar hacia finales de Junio, tras Pentecostés. Sería entonces el punto de concepción de de Yojanan.

Curiosamente, la fiesta de San Juan se viene celebrando el 21 de Junio desde hace siglos. De modo que Yojanan/Juan el Bautista debió de nacer cercano a la Pascua, entre Marzo y Abril.

Por tanto, si Y´shua nació seis meses después, tuvo que ser más bien hacia Septiembre, tiempo en que se celebraba el Año Nuevo, la Fiesta de Redención y los Tabernáculos. Y su concepción habría sido hacia el 25 de Diciembre, cuando se celebra Januka, la Fiesta de las Luces o Fiesta de la Dedicación que es también mencionada en Juan 10:22, cuando Yeshua pasea por el p de pórtico de Salomón.

Tampoco sorprende el hecho de que en algunos pueblos de España, como por ejemplo en Alicante, se celebre el nacimiento de Jesús hacia finales de Agosto, principios de Septiembre. Y muy posiblemente se deba a viejos residuos de judeocristianismo que sobrevivieron a la limpia cultural que hicieron los reyes católicos, movidos por las ansias de poder de la Iglesia de Roma.

Por si esto fuera poco, hay datos astronómicos que rematan el asunto. No es posible comprender el Nuevo Testamento sin conocer la astro-cosmología antigua, que emplea los doce signos zodiacales (mazarot en hebreo) como reloj cósmico. 

En Lucas 1:26 se nos dice que  el Ángel Gabriel fue enviado en el mes sexto a dar la buena nueva a Maryam.

Y como bien se nos ha transmitido, en los tiempos del primer siglo, el mes sexto correspondía a cuando el sol salía por la sexta constelación, Virgo, la Virgen, hecho matemático que entonces acontecía entre Agosto y el mes séptimo, que es Septiembre. 

Esto explica el famoso mensaje profético:

He aquí que una Virgen concebirá, y dará a luz un hijo y se le pondrá por nombre Emanuel, que quiere decir Dios con nosotros (Mateo 1:23, Isaías 7:14).

El hecho de que alguien importante nacería en esas fechas era algo conocido hasta por los mismos magos de Oriente, pues la información se transmitió en diversas culturas, no sólo la hebrea. 

Quienes sabían interpretar los relatos sagrados y los signos astronómicos también comprendían que existen ciclos asignados para el nacimiento de ciertas energías divinas, y esto se expresa de modo simbólico.

Sin ir más lejos, el autor de Lucas sugiere que la madre de Y´shua, Maryam, provenía de una familia sacerdotal, pues la pone a recitar un salmo (Lucas 1:46-48), cosa que no hacían las mujeres en la tradición judaica. Y esas mismas palabras puestas en boca de Maryam también vienen a expresar que la virgen es el alma divina o consciencia prístina donde ha de gestarse la Luz del Mesías, para lo cual ha de prepararse el templo del cuerpo (Juan 2:21), que Pablo también llamó "tienda temporal", pues hemos de ser como tabernáculos vivientes (2 Cor 5:1-2; 1 Cor 6:19).

Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos (Éxodo 25:8).

Y el verbo se hizo carne y "habitó" entre nosotros (Juan 1:14).

Ya son más los que se han dado cuenta de que la palabra "habitó" tiene aquí la misma connotación que tiene el habitar de la divinidad durante la Fiesta de los Tabernáculos.

Así pues, Sukkot expresa el momento en que la Divinidad se manifiesta en el cuerpo purificado, al cual protege, pues le sirve de "tabernáculo" o vehículo temporal. 

Sólo mediante una purificación de mente, corazón y cuerpo podemos cobrar conciencia de qué es el Mesías/Ungido interior. Hasta entonces, lo divino vigila entre nosotros sin que nadie lo sospeche siquiera, como sucede en ese enigmático pasaje donde Yahshua pasa desapercibido durante la Fiesta de los Tabernáculos, precisamente:

En el último y gran día de la fiesta, Y´shua se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva (Juan 7:37 NC).


Las siete fiestas sagradas acontecen en Primavera y Otoño, los dos equinoccios que marcan el Eje Medio donde los opuestos se equilibran, como muestra la Cosmología Antigua.

Y si prestamos atención veremos que la vida de Y´shua viene minuciosamente estructurada según las mismas, revelando el sentido interno de éstas: 

Celebra la Pascua esenia, donde comparte pan ácimo y vino, que representan tanto su cuerpo y sangre espirituales, así como la lectura literal y mística de la Enseñanza.

Muere el día de la Pascua farisea, como sustituto del Cordero Pascual, que es una alusión a la constelación de Aries, por la que cruzaba el sol durante la crucifixión.

Resucita durante los primeros frutos, anunciando también los primeros frutos de una futura Era Mesiánica.

Envía el Espíritu del Santo o Ruaj ha Kodesh en Pentecostés.

En cuanto a la Fiesta de las Trompetas y la Fiesta del Perdón, Expiación y Arrepentimiento, ¿qué representan? 

Y teniendo en cuenta que la Fiesta de los Tabernáculos, la última, se corresponde con su morada en la carne y transfiguración, ¿qué representan estos dos momentos en nuestra vida?

Que cada cual haga sus deberes y reflexione al respecto.

Por ahora proseguiremos con el tema de la alimentación, durante cualquiera de los días que dure la Fiesta en curso.

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miércoles, 5 de octubre de 2016

Neutralizando a la Serpiente


Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas (Mateo 10:16).

Según lo ya expuesto, la existencia carnal-temporal es como vivir en el vientre de lo que las tradiciones consideran Gran Devorador o Bestia, ya sea representada como Serpiente, Dragón, Lobo o lo que sea que tenga dientes y mala leche. 

La materia densa donde nos movemos constriñe como una boa, regida por la energía que ansía recibir sin medida, y que si da algo, es sólo para reclamarlo con intereses, como hace la misma Madrastra Naturaleza, tan generosa unas veces y tan cruenta otras. En el nivel físico todo está medido y pesado, según la ley del diente por diente y ojo por ojo. 



Y como podemos observar en el mundo de hoy, salvando unas pocas excepciones, tanto el arte, como la religión y la ciencia han degenerado en fuerzas al servicio de la oscuridad, promoviendo todas las formas posibles de idolatría: culto a las imágenes, culto al cuerpo, a la riqueza material, comercialización de la violencia con guerras, películas sangrientas, discusiones político-religiosas, lucha contra las enfermedades causadas por la alteración de lo natural (polución, pesticidas, cultivos transgénicos, frutos híbridos, ilegítimas mutilaciones físicas, etc)...

Muchos siguen preguntándose por qué suceden tantas desgracias.  Y la respuesta es muy sencilla.

En primer lugar, a la Bestia no le gusta que nada ni nadie se le escape del estómago, y es incluso posible perder el alma en el intento de escapar, como de hecho le viene sucediendo al humano desde la Caída.

Hay mecanismos de contra-evolución que mantienen a la humanidad sumida en un sueño, dentro de un Red o Maya de Ilusión, haciéndonos incluso pensar que progresamos, despertamos o incluso que estamos a salvo con sólo creer ciegamente en ídolos salvíficos, en la evolución por medio de reencarnaciones y otras falsas promesas.

















Es una antigua verdad que volvió a ser ejemplificada en películas como Matrix (1999), o Dark City (1998), donde se da una idea nada descabellada, según la cual al humano se le implantan "falsos recuerdos" que le hacen tener una sucesión de vidas ficticias, sin recordar ninguna de ellas.  Vivir es como acostarse habiendo sido un conductor de taxis y levantarse al día siguiente como vendedor de periódicos, sin que la consciencia establezca una conexión, mientras que un "vacío oscuro" se alimenta de nuestros sueños y pasiones, en un mundo completamente artificial, como es la sociedad del progreso donde habitualmente vegetamos.

Algo similar se desprende de las Sagradas Escrituras judeocristianas y el Bhagavad Gita, de donde se deduce que en realidad lo que reencarna no son tanto las personas individuales, sino las semillas divinas no desarrolladas y los fragmentos no rectificados de alma psíquica que ha de servir de vehículo al Ser divino, pero que por desgracia se corrompe con viciosos patrones psíquico-carnales que se reciclan de generación en generación, trayendo más dolor y muerte:

Pasa una generación y viene otra...Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol...no hay memoria de lo que precedió, ni de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después (Eclesiastés 1:4-11).


a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto el juicio (Hebreos 9:27).

Más que nada, es una repetición del dolor, vicio y muerte físico-anímica. Una condición bastante triste para un ser con tan elevado potencial.

Tiene sentido entonces hablar de "salvación del alma individual":

recibid con mansedumbre la palabra injerta en vosotros, capaz de salvar vuestras almas. Ponedla en práctica y no os contentéis sólo con oírla (Santiago/Jacobo 1:21)

Con paciencia, ganaréis vuestras almas (Lucas 21:19 RV).

El alma psíquica personal, que es emocional e instintiva, constituye un bocado suculento, siendo una combinación de energías que ninguna otra especie puede proporcionar.

Y dicho alma personal sólo comienza a ser rescatada cuando permanece constantemente ligada a la consciencia divina o alma mental conocida en hebreo como hálito (neshema). De lo contrario, acaba descompuesta y reciclada, mientras que el aliento divino vuelve a su Fuente tras la muerte psico-física (ver Eclesiastés 12:6-7). 

Sin embargo, si ambas partes se fusionan dentro de un cuerpo físico, pueden convertir al humano en "imagen del Creador". 

Sólo la aguda y amorosa luz de la consciencia puede rectificar poco a poco todas las partes bajas del alma sobre todo emociones y pensamientos torcidos.

Al alimentarse de la luz que crece con la comprensión global, se salva no sólo el espíritu vital y hálito divino, sino la "impronta personal" que aporta el sendero único de comprensión.

Por esta razón, las ideas convencionales sobre una salvación gratuita por mera creencia o una segura reencarnación evolutiva, son una estafa que sólo alimentan el ensueño. De ahí que nunca hayan dado resultados visibles, dejando al humano en estado de infantilismo.

Nada puede lograrse sin verdadera comprensión, que es el alimento del Ser.

Y dicha comprensión comienza por identificar en nuestra vida cotidiana los círculos de oscuridad viciosa, la cual, por cierto, no hace a la Serpiente del Tiempo menos divina, aunque sí opuesta al polo positivo del Supremo, que es pura Voluntad de dar Luz.


La Ley-Instrucción o Torah lo enseña diciendo que el Ser Sin Límites es Santo, Kadosh, que en hebreo significa apartado de la limitada Oscuridad:

escrito está: Sed santos porque yo soy santo (1 Pedro 1:16, Levítico 11:44) 


Es más, se especifica que es tres veces santo: 


¡Santo, Santo, Santo, Señor (YHWH) de los Ejércitos! Está la tierra llena de tu gloria (Isaías 6:3 NC).

Santo, Santo, Santo es el Señor todopoderoso, el que era, el que es, el que viene (Apocalipsis 4:8 NC).



Esto nos hace pensar en la famosa oración hesicasta:


Dios Santo, Dios Fuerte, Dios inmortal, 

ten piedad de nosotros.

Todo lo cual encierra un secreto que merece ser señalado:

Al apartarse de lo oscuro, el Supremo genera una "succión o vacío", que es el deseo desmedido de recibir la Luz divina.


En este punto, Luz y Oscuridad se separan, abriéndose la dualidad. Así, el Uno crea la paradoja del Dos:


fuera de mí no hay Dios...Yo Soy el Señor (YHWH), no hay ningún otro; el que formó la luz y creó las tinieblas, el que da la paz y crea la desdicha (Isaías 45:5-7).


El cabalista Isaac Luria lo expresó de hermosa manera al decir que el Ser Sin Límites (Ayn Sof) entra en contracción (tzimtzum), y lo hace precisamente para abrir el vientre madre donde su Luz pueda ser recibida y compartida.


Si la Luz y la Oscuridad permanecieran por siempre separadas, esto generaría un conflicto y tensión que destruiría al mismo Ser. Por eso no todo acaba ahí. 


Debe haber una Creación donde Luz y Oscuridad se unan, del mismo modo que el polo positivo y negativo de una bombilla se unen por medio de una "resistencia" para que pueda haber más Luz.

La Serpiente es la fragmentación de la realidad impulsada por el Vacío, e introduce el elemento negativo de la Creación, generando un Abismo de Imaginación desbordante donde los opuestos (luz-oscuridad, vida-muerte, placer-dolor, etc) dan lugar a esa ilusión conocida universalmente como Maya.


El Señor reside en el corazón de todos los seres, oh Arjuna, poniendo en movimiento con su mâyâ a todos los seres como en una máquina fijados (Bhagavad Gita, XVIII, 61).

Recurriendo a mi prakriti [Maya] una y otra vez yo emito a toda esta multitud de seres, sin que puedan resistirse debido al poder de mi prakriti. Estas acciones no me encadenan... (Bhagavad Gita IX:8-9)


Y semejante Maya maquinal y divina, sólo puede ser neutralizada por una Inteligencia que sea tan sabia, santa y poderosa como el Ser Infinito, pero a la vez tan fuerte y astuta como la misma Serpiente.



Krishna y Buda dominando a la Serpiente Kaliya. 

Tampoco parece casual que en el judeocristianismo esa Inteligencia Mediadora reciba el nombre de Mashiaj/Mesías, cuyo valor numérico es el mismo que el de la Serpiente (Najash>ShJN=358), signo de que tiene el mismo potencial:





Entre el Ser Sin Límites y el Vacío, entre el Todo y la Nada, surge el Árbol de la Vida o Adam Primordial, cuya primera esfera o Corona (Keter) engendra la Divina Mente-Corazón, que es la unión de Sabiduría (Jokmaj) y Comprensión (Binah), o hemisferio derecho e izquierdo del cerebro. 

Curiosamente, en una de sus permutaciones, Mashiaj puede leerse como yesh moaj,  hay cerebro, es decir, hay comprensión (Binah), la cual se realiza en el Reino (Malkut), que se halla extendido por toda la tierra, aunque muchos no lo vean.




Sin Comprensión, no puede haber Sabiduría, y por tanto, tampoco Amor verdadero, que implica compartir la Luz.

Así es como la primera Tríada del Árbol de la Vida comprende y neutraliza toda dualidad, siendo la primera Ley de Manifestación Divina.

Por contra, en el relato del Génesis la Serpiente va ligada al Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, es decir, a una visión parcial que enfrenta el bien al mal, el placer al dolor, la luz a la oscuridad.


Por eso el Conocimiento (Daath) es la esfera invisible o brecha entre Comprensión y Sabiduría, la separación de hemisferio derecho e izquierdo del cerebro


El Conocimiento sin Comprensión es precisamente lo que condujo a la caída del querubín Lucifer, que trató de recibir la máxima luz sin esperar ni escuchar la humilde voz de la Mente Divina.

Y si observamos con atención, veremos que esta brecha y visión dual domina el nivel superficial del arte, ciencia y religión, cuyos fieles y dirigentes siguen atacando o demonizando lo que no comprenden, ya que se hallan bajo el dominio de la Serpiente.


Queda claro entonces qué es necesario: esforzarse en comprender, para poder recibir luz e iluminar el mundo con ella. De lo contrario, estaremos alimentando a la Serpiente, aunque parezca lo contrario.

Una vez el humano se conecta a la Mente Divina y vuelve a ser "imagen trina o manifestación del Creador", la Bestia queda por completo neutralizada por la tercera fuerza invisible de la Voluntad, retroalimentando la misma Fuente Divina, cuya riqueza nunca se agota.


Son muy pocos los que han logrado unir las tres fuerzas en sí mismos reuniendo cuerpo, alma y espíritu.  Pero sin duda, un paradigma claro de esta hazaña es Yahshua, cuya enseñanza muestra todos los aspectos de la Ley.

Convertirse en la expresión carnal de la Mente Divina es sin duda lo que Pablo quiso expresar al decir que Yahshua era "imagen del Dios invisible, primogénito de toda creación" (Col 1:15). Lo cual equivale a considerarle encarnación del Adam Primordial o Hijo del Hombre descrito en Daniel 7; el Divino Alma de la Humanidad que desciende a rescatar al alma en evolución del Adam caído, representado en el Bhagavad Gita por Arjuna.

Y no deberíamos olvidar que cada uno está llamado a ser una imagen representante del Creador, pues cada alma humana es un átomo del Alma de Adam que estalló en millones de chispas debido al deseo divisor de la Serpiente, como se expresa en diversas Escrituras Sagradas.

Más claro no se puede decir. 

Al no comprender esto, muchos han creído y siguen creyendo que Jesús es Dios Altísimo y deben adorar sus imágenes como se adora a cualquier ídolo externo. 

Por desgracia, esto neutraliza el efecto transformador que el Ungido/Mashiaj debe tener dentro de cada uno, ya que se mantiene la brecha entre lo "exterior" y lo "interior", entre Conocimiento y Comprensión.


¿Cómo no ser devorado entonces por la visión dualista de la serpiente?


Por medio de la visión humilde y unitaria que aplasta su cabeza, deteniendo sus dos ojos y bi-fida lengua:




Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza y tú le herirás en el talón (Génesis 3:15).



Deidad egipcia machacando la cabeza del ofidio, junto a Krishna pisándole la cabeza y doblándola.

Al destruir el centro dual de las pasiones y pretensiones orgullosas, ¿quién queda para ser herido y devorado por las mismas?

El humano no puede hacerse imagen divina por sí mismo si no se convierte en "vehículo" de la Mente Divina misma:

Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió (Juan 5:30).

Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame (Lucas 9:23).

Este mundo es encadenado por la acción, con excepción de aquella que tiene como fin el sacrificio por el Ser Supremo (Bhagavad Gita III:9).

Mejor que un sacrificio material es el sacrificio del Conocimiento, oh destructor de tus enemigos. Todos los actos rituales están contenidos en el Conocimiento...Cuando lo poseas, ya no volverás a caer así en confusión, gracias a él verás a todos los seres en ti mismo y también en mí  (Bhagavad Gita IV: 33).

Amarás a tu prójimo como al "ti" mismo. Yo soy YHWH (Levítico 19:18)

El genuino Conocimiento con Comprensión de la Vida es un verdadero Auto-conocimiento, el cual sacrifica el ego desmedido y el orgullo para poder compartir la Luz.

Al ver la vida como un espejo y vaciarnos de toda tendencia divisora, percibimos desde el Ojo de la Unidad:

La lámpara del cuerpo es el Ojo; por eso, si tu Ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de Luz (Mateo 6:22).


Mira a todo el universo, con lo móvil y lo inmóvil, reunido aquí, en mi cuerpo, y todo lo que tú desees contemplar. Mas no podrías verme con tus ojos; te daré ojos divinos: mira mi Yoga soberano (Bhagavad Gita XI:7-8).

porque mi yugo [yoga] es fácil y ligera mi carga (Mateo 11:30)

Fija en mí tu mente, absorbe en mí tu pensamiento, y morarás después en mí, sin duda alguna (Bh Gita XII:8).

Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies (Salmos 110:1).

Esto no quiere decir que los deseos y los dolores físico-emocionales lleguen a desaparecer de la vida. Las exigencias de rectificación y retos diarios prosiguen. Pero nada se ve de la misma manera. Al fin y al cabo, quien actúa es la Maya divina del mundo, mientras que el Ser permanece "santo":

Aquel que ve al Señor morando, igual, en todas partes, aquel no se destruye a sí mismo por sí mismo y después alcanza la suprema meta. Aquel que ve que las acciones se realizan sin excepción alguna debido sólo a la prakriti [Maya] y que el Atman no actúa, aquel ve (Bhagavad Gita XIII:28-29).

La clave es ser capaz de vivir sin apegarse a los frutos de la acción, sintiendo cada momento con máxima entrega. 

Consagrándome a mí todas tus acciones, con  tu mente interioridad, no esperando nada, sin el sentimiento de lo "mío", combate, liberado de toda acción (Bhagavad Gita III:30).

Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas [que necesitáis] os serán añadidas (Mateo 6:33)

Siempre que hay desapego, la vida se ve con Gratitud y la Gran Paz llega en los momentos más inesperados. Entonces podemos estar seguros que somos la ventana del Eterno.

ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido (1 Corintios 13:12)

Por ti mismo tú te conoces a ti mismo, oh Espíritu Supremo, origen de los seres, Señor de los seres, dios de dioses, guardián del Universo (Bhagavad Gita X:15).

Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso (Apocalipsis 1:8).

Yo soy el espíritu que mora en el corazón de todos los seres; yo soy de todos los seres el principio, el medio y el fin (Bhagavad Gita X:20).

Y Omega no puede ser más que la Omega de Comprensión, algo similar a lo que el visionario Teilhard de Chardin consideró como el "Punto Omega" o "punto álgido de la humanidad", cuando una masa crítica de humanos experimentan lo divino dentro de sí mismos.

Omege parece realmente el momento en que todas las almas evolutivas que constituyen el Alma de la Humanidad, son finalmente reunidas en y por su cabeza, sea llamada Mashiaj, Cristo, o Krishna si lo prefieren.

He ahí la conquista de la Eternidad, la derrota del Tiempo y la Muerte. 

Nada alimenta más nuestro espíritu y alma que comprender el Árbol de la Vida por medio de la Llave del Conocimiento (Lucas 11:52), de la que hablaron los grandes mensajeros.

No obstante, habrá que ver también lo que la Instrucción Divina enseña respecto a la alimentación del cuerpo. 


Y dado que el nacimiento oficial de Yahshua se celebra en Otoño, durante la Fiesta de Sukkot, como especifican los Evangelios –contradiciendo la tradición pagana–,  aprovecharé estas fechas otoñales para aclarar diversos puntos al respecto, ya que Sukkot es una fiesta donde la comida juega un papel casi central.


Así pues, si nada lo impide, el 15-16 de Octubre continuaremos con esta exploración.