miércoles, 5 de octubre de 2016

Neutralizando a la Serpiente


Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas (Mateo 10:16).

Según lo ya expuesto, la existencia carnal-temporal es como vivir en el vientre de lo que las tradiciones consideran Gran Devorador o Bestia, ya sea representada como Serpiente, Dragón, Lobo o lo que sea que tenga dientes y mala leche. 

La materia densa donde nos movemos constriñe como una boa, regida por la energía que ansía recibir sin medida, y que si da algo, es sólo para reclamarlo con intereses, como hace la misma Madrastra Naturaleza, tan generosa unas veces y tan cruenta otras. En el nivel físico todo está medido y pesado, según la ley del diente por diente y ojo por ojo. 



Y como podemos observar en el mundo de hoy, salvando unas pocas excepciones, tanto el arte, como la religión y la ciencia han degenerado en fuerzas al servicio de la oscuridad, promoviendo todas las formas posibles de idolatría: culto a las imágenes, culto al cuerpo, a la riqueza material, comercialización de la violencia con guerras, películas sangrientas, discusiones político-religiosas, lucha contra las enfermedades causadas por la alteración de lo natural (polución, pesticidas, cultivos transgénicos, frutos híbridos, ilegítimas mutilaciones físicas, etc)...

Muchos siguen preguntándose por qué suceden tantas desgracias.  Y la respuesta es muy sencilla.

En primer lugar, a la Bestia no le gusta que nada ni nadie se le escape del estómago, y es incluso posible perder el alma en el intento de escapar, como de hecho le viene sucediendo al humano desde la Caída.

Hay mecanismos de contra-evolución que mantienen a la humanidad sumida en un sueño, dentro de un Red o Maya de Ilusión, haciéndonos incluso pensar que progresamos, despertamos o incluso que estamos a salvo con sólo creer ciegamente en ídolos salvíficos, en la evolución por medio de reencarnaciones y otras falsas promesas.

















Es una antigua verdad que volvió a ser ejemplificada en películas como Matrix (1999), o Dark City (1998), donde se da una idea nada descabellada, según la cual al humano se le implantan "falsos recuerdos" que le hacen tener una sucesión de vidas ficticias, sin recordar ninguna de ellas.  Vivir es como acostarse habiendo sido un conductor de taxis y levantarse al día siguiente como vendedor de periódicos, sin que la consciencia establezca una conexión, mientras que un "vacío oscuro" se alimenta de nuestros sueños y pasiones, en un mundo completamente artificial, como es la sociedad del progreso donde habitualmente vegetamos.

Algo similar se desprende de las Sagradas Escrituras judeocristianas y el Bhagavad Gita, de donde se deduce que en realidad lo que reencarna no son tanto las personas individuales, sino las semillas divinas no desarrolladas y los fragmentos no rectificados de alma psíquica que ha de servir de vehículo al Ser divino, pero que por desgracia se corrompe con viciosos patrones psíquico-carnales que se reciclan de generación en generación, trayendo más dolor y muerte:

Pasa una generación y viene otra...Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol...no hay memoria de lo que precedió, ni de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después (Eclesiastés 1:4-11).


a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto el juicio (Hebreos 9:27).

Más que nada, es una repetición del dolor, vicio y muerte físico-anímica. Una condición bastante triste para un ser con tan elevado potencial.

Tiene sentido entonces hablar de "salvación del alma individual":

recibid con mansedumbre la palabra injerta en vosotros, capaz de salvar vuestras almas. Ponedla en práctica y no os contentéis sólo con oírla (Santiago/Jacobo 1:21)

Con paciencia, ganaréis vuestras almas (Lucas 21:19 RV).

El alma psíquica personal, que es emocional e instintiva, constituye un bocado suculento, siendo una combinación de energías que ninguna otra especie puede proporcionar.

Y dicho alma personal sólo comienza a ser rescatada cuando permanece constantemente ligada a la consciencia divina o alma mental conocida en hebreo como hálito (neshema). De lo contrario, acaba descompuesta y reciclada, mientras que el aliento divino vuelve a su Fuente tras la muerte psico-física (ver Eclesiastés 12:6-7). 

Sin embargo, si ambas partes se fusionan dentro de un cuerpo físico, pueden convertir al humano en "imagen del Creador". 

Sólo la aguda y amorosa luz de la consciencia puede rectificar poco a poco todas las partes bajas del alma sobre todo emociones y pensamientos torcidos.

Al alimentarse de la luz que crece con la comprensión global, se salva no sólo el espíritu vital y hálito divino, sino la "impronta personal" que aporta el sendero único de comprensión.

Por esta razón, las ideas convencionales sobre una salvación gratuita por mera creencia o una segura reencarnación evolutiva, son una estafa que sólo alimentan el ensueño. De ahí que nunca hayan dado resultados visibles, dejando al humano en estado de infantilismo.

Nada puede lograrse sin verdadera comprensión, que es el alimento del Ser.

Y dicha comprensión comienza por identificar en nuestra vida cotidiana los círculos de oscuridad viciosa, la cual, por cierto, no hace a la Serpiente del Tiempo menos divina, aunque sí opuesta al polo positivo del Supremo, que es pura Voluntad de dar Luz.


La Ley-Instrucción o Torah lo enseña diciendo que el Ser Sin Límites es Santo, Kadosh, que en hebreo significa apartado de la limitada Oscuridad:

escrito está: Sed santos porque yo soy santo (1 Pedro 1:16, Levítico 11:44) 


Es más, se especifica que es tres veces santo: 


¡Santo, Santo, Santo, Señor (YHWH) de los Ejércitos! Está la tierra llena de tu gloria (Isaías 6:3 NC).

Santo, Santo, Santo es el Señor todopoderoso, el que era, el que es, el que viene (Apocalipsis 4:8 NC).



Esto nos hace pensar en la famosa oración hesicasta:


Dios Santo, Dios Fuerte, Dios inmortal, 

ten piedad de nosotros.

Todo lo cual encierra un secreto que merece ser señalado:

Al apartarse de lo oscuro, el Supremo genera una "succión o vacío", que es el deseo desmedido de recibir la Luz divina.


En este punto, Luz y Oscuridad se separan, abriéndose la dualidad. Así, el Uno crea la paradoja del Dos:


fuera de mí no hay Dios...Yo Soy el Señor (YHWH), no hay ningún otro; el que formó la luz y creó las tinieblas, el que da la paz y crea la desdicha (Isaías 45:5-7).


El cabalista Isaac Luria lo expresó de hermosa manera al decir que el Ser Sin Límites (Ayn Sof) entra en contracción (tzimtzum), y lo hace precisamente para abrir el vientre madre donde su Luz pueda ser recibida y compartida.


Si la Luz y la Oscuridad permanecieran por siempre separadas, esto generaría un conflicto y tensión que destruiría al mismo Ser. Por eso no todo acaba ahí. 


Debe haber una Creación donde Luz y Oscuridad se unan, del mismo modo que el polo positivo y negativo de una bombilla se unen por medio de una "resistencia" para que pueda haber más Luz.

La Serpiente es la fragmentación de la realidad impulsada por el Vacío, e introduce el elemento negativo de la Creación, generando un Abismo de Imaginación desbordante donde los opuestos (luz-oscuridad, vida-muerte, placer-dolor, etc) dan lugar a esa ilusión conocida universalmente como Maya.


El Señor reside en el corazón de todos los seres, oh Arjuna, poniendo en movimiento con su mâyâ a todos los seres como en una máquina fijados (Bhagavad Gita, XVIII, 61).

Recurriendo a mi prakriti [Maya] una y otra vez yo emito a toda esta multitud de seres, sin que puedan resistirse debido al poder de mi prakriti. Estas acciones no me encadenan... (Bhagavad Gita IX:8-9)


Y semejante Maya maquinal y divina, sólo puede ser neutralizada por una Inteligencia que sea tan sabia, santa y poderosa como el Ser Infinito, pero a la vez tan fuerte y astuta como la misma Serpiente.



Krishna y Buda dominando a la Serpiente Kaliya. 

Tampoco parece casual que en el judeocristianismo esa Inteligencia Mediadora reciba el nombre de Mashiaj/Mesías, cuyo valor numérico es el mismo que el de la Serpiente (Najash>ShJN=358), signo de que tiene el mismo potencial:





Entre el Ser Sin Límites y el Vacío, entre el Todo y la Nada, surge el Árbol de la Vida o Adam Primordial, cuya primera esfera o Corona (Keter) engendra la Divina Mente-Corazón, que es la unión de Sabiduría (Jokmaj) y Comprensión (Binah), o hemisferio derecho e izquierdo del cerebro. 

Curiosamente, en una de sus permutaciones, Mashiaj puede leerse como yesh moaj,  hay cerebro, es decir, hay comprensión (Binah), la cual se realiza en el Reino (Malkut), que se halla extendido por toda la tierra, aunque muchos no lo vean.




Sin Comprensión, no puede haber Sabiduría, y por tanto, tampoco Amor verdadero, que implica compartir la Luz.

Así es como la primera Tríada del Árbol de la Vida comprende y neutraliza toda dualidad, siendo la primera Ley de Manifestación Divina.

Por contra, en el relato del Génesis la Serpiente va ligada al Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, es decir, a una visión parcial que enfrenta el bien al mal, el placer al dolor, la luz a la oscuridad.


Por eso el Conocimiento (Daath) es la esfera invisible o brecha entre Comprensión y Sabiduría, la separación de hemisferio derecho e izquierdo del cerebro


El Conocimiento sin Comprensión es precisamente lo que condujo a la caída del querubín Lucifer, que trató de recibir la máxima luz sin esperar ni escuchar la humilde voz de la Mente Divina.

Y si observamos con atención, veremos que esta brecha y visión dual domina el nivel superficial del arte, ciencia y religión, cuyos fieles y dirigentes siguen atacando o demonizando lo que no comprenden, ya que se hallan bajo el dominio de la Serpiente.


Queda claro entonces qué es necesario: esforzarse en comprender, para poder recibir luz e iluminar el mundo con ella. De lo contrario, estaremos alimentando a la Serpiente, aunque parezca lo contrario.

Una vez el humano se conecta a la Mente Divina y vuelve a ser "imagen trina o manifestación del Creador", la Bestia queda por completo neutralizada por la tercera fuerza invisible de la Voluntad, retroalimentando la misma Fuente Divina, cuya riqueza nunca se agota.


Son muy pocos los que han logrado unir las tres fuerzas en sí mismos reuniendo cuerpo, alma y espíritu.  Pero sin duda, un paradigma claro de esta hazaña es Yahshua, cuya enseñanza muestra todos los aspectos de la Ley.

Convertirse en la expresión carnal de la Mente Divina es sin duda lo que Pablo quiso expresar al decir que Yahshua era "imagen del Dios invisible, primogénito de toda creación" (Col 1:15). Lo cual equivale a considerarle encarnación del Adam Primordial o Hijo del Hombre descrito en Daniel 7; el Divino Alma de la Humanidad que desciende a rescatar al alma en evolución del Adam caído, representado en el Bhagavad Gita por Arjuna.

Y no deberíamos olvidar que cada uno está llamado a ser una imagen representante del Creador, pues cada alma humana es un átomo del Alma de Adam que estalló en millones de chispas debido al deseo divisor de la Serpiente, como se expresa en diversas Escrituras Sagradas.

Más claro no se puede decir. 

Al no comprender esto, muchos han creído y siguen creyendo que Jesús es Dios Altísimo y deben adorar sus imágenes como se adora a cualquier ídolo externo. 

Por desgracia, esto neutraliza el efecto transformador que el Ungido/Mashiaj debe tener dentro de cada uno, ya que se mantiene la brecha entre lo "exterior" y lo "interior", entre Conocimiento y Comprensión.


¿Cómo no ser devorado entonces por la visión dualista de la serpiente?


Por medio de la visión humilde y unitaria que aplasta su cabeza, deteniendo sus dos ojos y bi-fida lengua:




Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza y tú le herirás en el talón (Génesis 3:15).



Deidad egipcia machacando la cabeza del ofidio, junto a Krishna pisándole la cabeza y doblándola.

Al destruir el centro dual de las pasiones y pretensiones orgullosas, ¿quién queda para ser herido y devorado por las mismas?

El humano no puede hacerse imagen divina por sí mismo si no se convierte en "vehículo" de la Mente Divina misma:

Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió (Juan 5:30).

Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame (Lucas 9:23).

Este mundo es encadenado por la acción, con excepción de aquella que tiene como fin el sacrificio por el Ser Supremo (Bhagavad Gita III:9).

Mejor que un sacrificio material es el sacrificio del Conocimiento, oh destructor de tus enemigos. Todos los actos rituales están contenidos en el Conocimiento...Cuando lo poseas, ya no volverás a caer así en confusión, gracias a él verás a todos los seres en ti mismo y también en mí  (Bhagavad Gita IV: 33).

Amarás a tu prójimo como al "ti" mismo. Yo soy YHWH (Levítico 19:18)

El genuino Conocimiento con Comprensión de la Vida es un verdadero Auto-conocimiento, el cual sacrifica el ego desmedido y el orgullo para poder compartir la Luz.

Al ver la vida como un espejo y vaciarnos de toda tendencia divisora, percibimos desde el Ojo de la Unidad:

La lámpara del cuerpo es el Ojo; por eso, si tu Ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de Luz (Mateo 6:22).


Mira a todo el universo, con lo móvil y lo inmóvil, reunido aquí, en mi cuerpo, y todo lo que tú desees contemplar. Mas no podrías verme con tus ojos; te daré ojos divinos: mira mi Yoga soberano (Bhagavad Gita XI:7-8).

porque mi yugo [yoga] es fácil y ligera mi carga (Mateo 11:30)

Fija en mí tu mente, absorbe en mí tu pensamiento, y morarás después en mí, sin duda alguna (Bh Gita XII:8).

Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies (Salmos 110:1).

Esto no quiere decir que los deseos y los dolores físico-emocionales lleguen a desaparecer de la vida. Las exigencias de rectificación y retos diarios prosiguen. Pero nada se ve de la misma manera. Al fin y al cabo, quien actúa es la Maya divina del mundo, mientras que el Ser permanece "santo":

Aquel que ve al Señor morando, igual, en todas partes, aquel no se destruye a sí mismo por sí mismo y después alcanza la suprema meta. Aquel que ve que las acciones se realizan sin excepción alguna debido sólo a la prakriti [Maya] y que el Atman no actúa, aquel ve (Bhagavad Gita XIII:28-29).

La clave es ser capaz de vivir sin apegarse a los frutos de la acción, sintiendo cada momento con máxima entrega. 

Consagrándome a mí todas tus acciones, con  tu mente interioridad, no esperando nada, sin el sentimiento de lo "mío", combate, liberado de toda acción (Bhagavad Gita III:30).

Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas [que necesitáis] os serán añadidas (Mateo 6:33)

Siempre que hay desapego, la vida se ve con Gratitud y la Gran Paz llega en los momentos más inesperados. Entonces podemos estar seguros que somos la ventana del Eterno.

ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido (1 Corintios 13:12)

Por ti mismo tú te conoces a ti mismo, oh Espíritu Supremo, origen de los seres, Señor de los seres, dios de dioses, guardián del Universo (Bhagavad Gita X:15).

Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso (Apocalipsis 1:8).

Yo soy el espíritu que mora en el corazón de todos los seres; yo soy de todos los seres el principio, el medio y el fin (Bhagavad Gita X:20).

Y Omega no puede ser más que la Omega de Comprensión, algo similar a lo que el visionario Teilhard de Chardin consideró como el "Punto Omega" o "punto álgido de la humanidad", cuando una masa crítica de humanos experimentan lo divino dentro de sí mismos.

Omege parece realmente el momento en que todas las almas evolutivas que constituyen el Alma de la Humanidad, son finalmente reunidas en y por su cabeza, sea llamada Mashiaj, Cristo, o Krishna si lo prefieren.

He ahí la conquista de la Eternidad, la derrota del Tiempo y la Muerte. 

Nada alimenta más nuestro espíritu y alma que comprender el Árbol de la Vida por medio de la Llave del Conocimiento (Lucas 11:52), de la que hablaron los grandes mensajeros.

No obstante, habrá que ver también lo que la Instrucción Divina enseña respecto a la alimentación del cuerpo. 


Y dado que el nacimiento oficial de Yahshua se celebra en Otoño, durante la Fiesta de Sukkot, como especifican los Evangelios –contradiciendo la tradición pagana–,  aprovecharé estas fechas otoñales para aclarar diversos puntos al respecto, ya que Sukkot es una fiesta donde la comida juega un papel casi central.


Así pues, si nada lo impide, el 15-16 de Octubre continuaremos con esta exploración.


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