lunes, 15 de febrero de 2016

Vida Sin Interferencia



Los dos libros sagrados más vendidos del mundo son la Biblia y el Tao Te Ching. Aunque sólo cuando se comprende su lenguaje se ve que son los puntos en común entre el Taoísmo y la Sabiduría hebrea.  [1]

El Camino/Tao del Cielo no combate y siempre vence
No habla y siempre responde
No es llamado y siempre acude 
No se apresura y todo lo acaba a tiempo
Vasta es la red del Cielo
y anchas sus mallas,
mas nada se le escapa.
(Tao Te Ching, 73) 

Se que lo puedes todo y que no hay nada que te cohiba. Y preguntas: ¿Quién osa empañar la providencia sin Conocimiento? (Job 42:2-3)

El verdadero Conocimiento en acción son la justicia y prudencia que caracterizan a la actitud atenta, silenciosa, pausada, humilde y contenida que no ofrece resistencia a la Vida, que no trata de imponer.

El que sabe no habla, el que mucho habla no sabe 
(Tao Te Ching, 56)

El que guarda su boca guarda su vida; el que mucho abre sus labios, busca su ruina (Proverbios 13:3)

En el siglo sexto a.C, el sabio Lao Tse llamó a esa no interferencia wei wu wei, hacer sin hacer, hacer en la nada.

El Tao mora en la No Acción (Wu Wei),
y aún así no deja nada sin hacer.
Si uno entiende esto
Todas las cosas del Mundo florecen naturalmente
(Tao Te Ching, Cap 37)

Similares matices se hallan tras lo que los profetas llamaban yirat yhwh, que no es Temor del Señor ni miedo a Dios, sino más bien un Respeto Reverencial, o en todo caso temor a quedar desprotegido por ir en contra del orden cósmico.

El comienzo del Conocimiento [Da´at] es el Respeto Reverencial del Ser/Existencia (Proverbios 1:7)

El Respeto del Ser/Existencia es apartarse de toda negatividad; la soberbia, la arrogancia, el mal camino, la boca perversa, las detesto. (Proverbios 8:13)

No existe mayor delito que el poder del deseo, no existe mayor calamidad que no conocer la saciedad, no existe mayor vicio que la ambición. Por ende, el contentarse sin motivo es la satisfacción duradera.
(Tao Te Ching, 46)

Todo es lícito, pero no todo conviene; todo es lícito pero no todo edifica. Nadie busque su provecho, sino el de los otros. (1 Corintios 10:24-25)

Allá por el siglo XVI, el gran místico hebreo Isaac Luria enseñó en términos similares al referirse al tzimtzum, la humilde auto-contracción u ocultamiento del Amado Sin Límite (Ayn Sof) gracias a la cual se abre el vientre Madre donde toda la Creación tienen lugar.

¿Acaso hay mayor Amor que aquel que deja un Espacio para el Otro? 

No lo busquen. No la hay.

Sin esa misteriosa apertura, no existirían ni el divino vientre Madre, ni el Hijo primordial, ni las criaturas. 

El Gran Amado abarca a todos ellos, mas ninguno lo agota. 


Pretender definir al Amado Sin Límite es como querer envolverlo cual caramelo o incluso matarlo.

El Tao que puede nombrarse no es el Tao de verdad, dice el primer verso del Tao Te Ching.

Sin nombre es el principio del Cielo y la Tierra; con Nombre es la Madre de las Diez Mil cosas (Tao Te Ching, 1) [2]

De igual modo, en la tradición hebrea, los diez atributos que conforman el Nombre (YHVH), son sólo resplandor del Supremo.


Pero bien supieron los profetas que el Amado está por encima del Nombre-atributos. Ni es ni deja de ser, ni hace ni deja de hacer, no crea y aún así nada se crea sin su Esencia amante.

Nadie puede hacer, amar o comprender sin la substancia misma del Amor.

El Supremo transciende hasta la necesidad de comprenderse a sí mismo, pues rebosa y rebosa, y va siempre sobrado.

Es inalcanzable y más cercano a nosotros que nosotros, ofreciéndonos todo:

El mayor Bien se parece al agua. El agua beneficia a todo sin competir, ocupando los lugares que la multitud desprecia. Es similar al Tao (Tao Te Ching, 8)

Con razón, todo lo que pretendemos hacer, está demasiado inflado. ¿Quién puede competir con el Amado?

Todo es vanidad (Eclesiastés I)

¿Significa esto que hay que aniquilarse o quedarse de brazos cruzados? Obviamente no. 

El Camino apuntado por los grandes mensajeros siempre fue y sigue siendo malinterpretado. La mayoría se quedan mirando al dedo y no ven dónde apunta.

Los humanos son los únicos seres creados que pueden sentir la más íntima Fragancia del Amado desde un planeta denso, transcendiendo nociones de principio y final, Alfa y Omega, sin moverse, sin alterarse. 

Mas estabilizar esa intimidad requiere primero volver a ser la imagen del Padre Creador y llevar su Nombre cuádruple: cuerpo de Luz, Corazón puro, Mente pura y Voluntad pura.

Una vez el Humano encarna el Nombre, todo se hace a través de él sin esfuerzo, incluso los milagros imposibles. 

Todo lo puedo en El que me fortalece (Filipenses 4:13)

Y sentir la acción divina sin nuestra interferencia es el primer paso:

El oído que oye y el ojo que ve son ambos obra del Nombre-Verbo (Proverbios 20:12)

Del Nombre son los pasos del hombre. ¿Qué puede saber el hombre de su Camino? (Proverbios 20:24)

El famoso mandamiento: No tomarás el Nombre/Resonancia de la Naturaleza Existencial en vano (Exodo 20), esconde una verdad íntima y profunda.


No se trata de imponer o defender etiquetas y letreros divinos, sino de recuperar la Humanidad perdida desde la Caída;  reconocer el Amor y Vida que sustenta todo y que arde en el corazón limpio, bañados por la Luz que viste a nuestro verdadero Ser.


Nada más y nada menos. 


Hay quien dice que la Vida es fruto de la casualidad, y sin sentido. Pero ni decir locuras es fruto de la casualidad. 

¿Acaso trabajamos para respirar? ¿Acaso formamos el cuerpo físico? ¿Acaso originamos el universo y su orden? 

¿Por qué no confiamos más en el Orden, Tao, Logos de la Vida que nos entrega el Amado? ¿De qué seguimos teniendo miedo? ¿Por qué interferimos en el Camino?

En el Camino de la justicia está la Vida.
(Proverbios 12:28)

Mas no nos engañemos, siendo el Camino de no interferencia a la Vida lo más simple, es lo más complicado, ya que malos hábitos han formado una mente ruidosa y retorcida, y un corazón demasiado sucio.

Y no importa cuáles sean las creencias que uno tenga; un alma-corazón sucia no puede sobrevivir mucho tiempo, ni antes ni después de la muerte.

Si no dejamos que la Luz limpie nuestro cuerpo, mente y corazón, ni Dios podrá ayudarnos.

De modo que más que aprender hay que desaprender. Más que hacer, hay que deshacerse. Mas que llenarse, hay que vaciarse, para poder llenarse.

Y no podemos hacer esto solos. Hay que conocer el Camino.

___________________
[1] Taoísmo y la Sabiduría hebrea tienen un mismo origen: el Corazón Universal.

Curiosamente, en Génesis 25 leemos que Abraham –que significa Padre de las Naciones–, envió a varios hijos hacia el Oriente con presentes –dones de Sabiduría–, entorno al 2800 a.C.

Huelga decir que antes de la Torre de Babel y la Confusión de las Lenguas, todo el mundo hablaba una lengua (Génesis 11), y conocía un Camino, un solo Dios, hasta que el egoísmo y la soberbia  comenzaron a establecer divisiones, durante el movimiento descendente de las Edades del Tiempo.

[2]Una interesante edición del Tao Te Ching se puede hallar en https://es.wikisource.org/wiki/Tao_Te_King

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