sábado, 12 de octubre de 2024

El Enigma del Polo, Hiperborea, Arkadia & visiones modernas

 


La Arkadia Perdida

Como vamos a ver, hablar de Arkadia e Hiperborea es no sólo referirse a legendarias regiones mencionadas por los griegos, sino que es adentrarse en el mundo de las ciudades y razas espirituales, así como de la influencia de las mismas en la formación de la humanidad y grandes civilizaciones de la antigüedad. 

En numerosas tradiciones siempre se habló de un origen polar espiritualizante, previo al desplazamiento del eje terrestre y las catástrofes que arrojaron a la humanidad a un constante vagar de un lado a otro, sin Norte, desnortados bajo climas adversos y oleadas de ignorancia que condujo a la barbarie y el sufrimiento. 

En Grecia, uno de los nombres legendarios del origen polar era Arcadia, asociada a Arktos, que significa Norte en griego. De ahí palabras como Ártico, Arte o Arca.

Famoso es el cuadro de Pausin, Et In Arcadia Ego: En Arcadia estuve Yo.


 Y es que cuentan viejas leyendas que cada humano lleva dentro de sí una chispa de Arcadia e incluso de Hiperborea. El mismo Nietzsche se hizo eco de la idea al escribir en su obra El Anticristo

Enfrentémonos a nosotros mismos. Somos hiperbóreos; Sabemos muy bien a qué distancia vivimos. «Ni por tierra ni por mar encontraréis el camino hacia los hiperbóreos», esto ya lo sabía Píndaro de nosotros. Más allá del norte, el hielo y la muerte: nuestra vida, nuestra felicidad. Hemos descubierto la felicidad, conocemos el camino, hemos encontrado la salida al laberinto de miles de años. ¿Quién más lo ha encontrado? ¿Quizás el hombre moderno? 'Me he perdido. Soy todo lo que se ha perdido", suspira el hombre moderno.

Más adelante veremos que, precisamente, el espíritu del anti-cristo o anti-mesías, vino de la caída edomita y adámica desde las regiones polares. Algo de lo que Nietzsche probablemente no fue consciente.


La Mítica Hiperborea

Para comprender el término Hiperborea debemos zambullirnos en los escritos de antiguos autores griegos, que la situaban más allá de los Monteos Ripeos, en el extremo Norte de Europa, donde nace el Viento del Norte o Boreas, uno de los cuatro Anemoi. 

Pomponio Mela las situó en el Ártico mientras que Plinio el Viejo la situaba en los Urales. 

Y las leyendas decían que más allá de esas montañas había un paraíso donde los hombres vivían cientos de años en una especie de eterna juventud, y se convertían en cisnes cuando fallecían. 


Diodoro Sículo escribió que en realidad los Hiperbóreos vivían en una isla más allá de la tierra de los celtas, lo que más tarde se consideraría los Alpes Suizos, las islas Albion y Escandinavia. Y decía que los Hiperbóreos honraban a Apolo por encima de cualquier otra deidad, es decir, que tenían un culto solar.


Según recogió Estrabón (15.1.57), el legendario poeta griego Simónides de Ceos (556 B.C- 468 B.C), precursor del Arte de la Memoria, decía que los Hiperbóreos vivían miles de años. 


Una de las menciones más antiguas y maravillosas sobre los Hiperbóreos viene del poeta Píndaro (518-448 a.C). Se halla en la número diez de sus Odas Pindáricas:


Ni en barco ni a pie podríais hallar el maravilloso camino hacia el lugar de reunión de los Hiperbóreos. Una vez, Perseo, el líder de su pueblo, entró en sus casas y festejaba entre ellos, cuando los encontró sacrificando gloriosas hecatombes [espirituales] de asnos al dios [Apolo]. Apolo se alegra mucho de las fiestas de aquel pueblo y de sus alabanzas, y se ríe al ver la erguida arrogancia de las bestias. La Musa no está ausente de sus costumbres; por todas partes se arremolinan muchachas danzantes, los fuertes acordes de la lira y los sonidos de las flautas. Se adornan el cabello con ramas de laurel dorado y se deleitan con alegría. Ninguna enfermedad ni vejez ruinosa se mezclan en esa raza sagrada; sin trabajo ni batallas viven sin miedo a la estricta Némesis. Respirando audacia de espíritu, una vez el hijo de Dánae fue a aquella reunión de hombres bienaventurados, y Atenea lo condujo allí. Mató a la Gorgona y regresó trayendo muerte pétrea a los isleños, la cabeza que relucía con cabellos hechos de serpientes.


El historiador Heródoto era muy escéptico con respecto a la existencia de los Hiperbóreos, pero en su Libro II de Historia, Capítulo XXXII, asegura que los oficiantes del culto de Apolo en la isla de de Delos y los Escitas decían recibir regalos de los Hiperbóreos. 


Y esto ya debería darnos una pista, ya que tanto en Delfos como en Delos, lugares asociados al culto solar de Apolo, había Asklepeion, Templos del Sueño donde se practicaba la Incubación, el arte de yacer en silencio y oscuridad, cultivando los sentidos del alma, y especialmente la consciencia que une todo el tejido del Cosmos. Ver la obra En los Oscuros Lugares del Saber, de Peter Kingsley, para más información al respecto.



No es de extrañas tampoco que el poeta Píndaro y otros autores asegurasen que Hiperbórea era sólo visitada por héroes espirituales, como el druida Avaris, o como el mismo Perseo, que derrotó a Medusa-Gorgona, cuya cabeza llena de serpientes tenía una mirada que convertía a los hombres en piedra. 

El mismo Píndaro fue el autor de aquel famoso verso: Llega a Ser el que eres.

Aquellos antiguos autores sabía que una parte del alma y espíritu humano es etérica, y tiene su origen en regiones celestiales, a las cuales es preciso retornar antes de seguir la evolución en las Olimpiadas cósmicas.




Tierras Celestiales

Para salir de este mundo de los sentidos, debe superarse la percepción caída de la tierra-cueva, como enseñaban los pitagóricos, y Platón que les copió hasta las descripciones de la Tierra Verdadera, a la cual pertenecería, en principio, la llamada Hiperborea, así como otras míticas ciudades.

Abajo la descripción completa, por si hay interés [1]. 

Y es interesante apercibirse de que según esa descripción, los habitantes de la Tierra Verdadera ven la tierra y la luna como son en realidad. Lo cual contrasta con lo siguiente:

Diodoro Sículo habla de una nación a la que llama hiperbóreos, que tenía la tradición de que su país estaba más cerca de la Luna, en la que descubrieron montañas como las de la Tierra, y que Apolo llega allí una vez cada diecinueve años. (Mencionado en Paradise Found, William Warren, p.214)

Si Hiperborea y la Tierra Verdadera estaba más cerca de la luna, quiere decir que la ubicaban en la atmósfera terrestre. Como escribió Platón: lo que para nosotros es el agua, para ellos es el aire; y lo que para nosotros es el cielo, para ellos es el divino éter. 



Y Grecia no era el único lugar donde se hablaba de semejante Tierra Celestial. Es un tema recurrente en las grandes mitologías del mundo. 

De Altai, Siberia, proviene la leyenda de Belovodia, que una vez fue una civilización que existió en la zona más al norte de Siberia. Estaba liderada por sabios que predijeron la llegada de un gran cataclismo y que prefirieron quedarse, al contrario que la mayoría de gentes de aquella civilización, que prefirieron emigrar al sur, originando las culturas de la India, Irán, la Celta y tantas otras. Mientras tanto, Belovodia pasó a ser una ciudad espiritual en otra esfera de realidad habitada por aquellos primeros sabios belovodianos.

No podemos olvidar tampoco otras ciudades mencionadas en regiones del Himalaya, como Agharta y Shamballah, que parecen centros diferentes de diversas culturas inter-dimensionales.

Y del mismo modo que en Grecia se habló de esa región como la Tierra Media o Mesogaia, en los Eddas Nórdicos se conoce como Midgard, la tierra del borde, en la región media del Yggdrasil o Árbol Cósmico, el Freso Sagrado. ¿Pero qué borde? 

Aunque en el Yggdrasil había nueve reinos, como el Asgard, donde vivían los Aesir, liderados por Odín, o el Helmheim, habitado por demonios.

En el vídeo de esta semana doy más información al respecto: 

https://youtu.be/bJUaLTrisds?si=lxgGiud5KztTIVh3 



También es recomendable ver las dos películas de Nosso Lar, Nuestro Hogar, que aunque tiene de fondo la religión Espírita brasileña, describen algunos procesos reales que acontecen en esas ciudades espirituales y su interacción con este plano físico. Si bien se ciñe al viejo paradigma Adámico, donde las almas encarnan con proyectos, pero se ven arrastradas por la fuerte oscuridad, a veces intentando solucionar errores anteriores:

Nuestro Hogar 1

https://youtu.be/JJpCZvTOyAM?si=i9niFri_Xj_PbeuY

Nuestro Hogar 2

https://youtu.be/Gi-atr1Yrbw?si=WiikGET3Zv-KoGTQ




Otra versión de dicho Árbol Cósmico en la mitología germánica-sajona, era el Irmansul, Pilar que conectaba el Cielo y la Tierra, cuyo tronco tiene tres raíces, justo como el el trípode del Templo de Apolo, donde las pitonisas se sentaban a recibir mensajes de las regiones invisibles.


Las tres raíces representan tres energías: receptiva, activa y reconciliante.

Es muy interesante ver las diferentes denominaciones dadas por otras tradiciones a diferentes ciudades celestiales.

En Persia se habló de Hurqalia, el País de las Ciudades Esmeralda, visitadas por grandes místicos como el sufí Sohravardi, quien desarrolló los sentidos del alma y una gra Sabiduría acerca de la región del Octavo Clima, donde el Alma asciende por el Polo Espiritual, hallando esas regiones que Henry Corbin denominó Imaginales.

El propio Corbin escribió en su obra El Hombre de Luz en el Sufismo Iranio, que Hiperborea representa a esas almas que han trascendido los opuestos, regresando al Polor Espiritual, el origen donde alma y espíritu se fusionan en un abrazo, más allá de las sombras del mundo material. 

Igualmente, en China se habló de la Tierra de los Inmortales, a la cual habrían accedido grandes sabios como Lao Tse. 

En la India se describió Śvetadvīpa (श्वेतद्वीप),  isla donde Mahāviṣṇu realizó sus austeras tapas para obtener "Brahma Vidyā", el Conocimiento del Creador. La isla está situada en el lado norte del océano de leche, a 32.000 millas sobre la montaña Meru. Los habitantes de Śvetadvīpa carecen de órganos de los sentidos. No toman comida. Son ricos en "Jñāna" (Auto-Conocimiento). Sus cuerpos desprenden una fragancia perpetua. Estas personas sin pecado son de tez blanca. Sus cuerpos y huesos son tan duros como Vajrāyudha. Sus cabezas son anchas y planas como paraguas y su voz tan fuerte como un trueno. Cada uno de ellos tiene cuatro brazos y sesenta dientes. Todos ellos adoran a Śiva. (Mahābhārata Śānti Parva, Dākṣiṇātya Pāṭha, Capítulo 335).


La Gran Catástrofe & Génesis Lunar

Asociada a la salida de Arcadia y pérdida de la memoria las mitologías siempre describen una catástrofe de proporciones inimaginables, algo que sacudió la tierra hasta sus cimientos, desplazando el Eje Terrestre, desde el Norte, trayendo tanto las estaciones como la expulsión de los habitantes de regiones espirituales en el Ártico solar. Algo que se repitió durante diversas eras, en las cuales se suceden nuevos desplazamientos del polo geológico.

Es interesante ver que numerosas regiones terrestres  y símbolos, se asociaron al Ombligo del Mundo. 

Mismamente, el enclave Gobekli Tepe, en Turquía, significa literalmente, Colina del Ombligo.

Los Omphalos o Betilos de Grecia, así como las Piedras Negras, i.e la Ka´aba o Lapis Niger en Roma, y el Bethel bíblico, representan el Eje del Mundo, asociado al Polo y el curso de la humanidad o su conexión con la dimensión espiritual.

Esto puede muy bien indicar la consciencia de que antes de ciertas catástrofes el polo geográfico era muy diferente, y la tierra estaba bajo una influencia solar más beneficiosa, apta para el crecimiento interior.

De hecho, dichos eventos catastróficos sucesivos no están separados de la evolución de la conciencia humana.

Es más, los mismo profetas hebreos aseguraban que las mismas sacudidas y oleadas de destrucción procedente del Norte, se debe al fracaso de los Israelitas en su intento de llevar la Luz a las Naciones:

 Me dijo la Palabra de YHVH: Del Norte se soltará el mal sobre todos los moradores de esta tierra. Porque he aquí que yo convoco a todas las familias de los reinos del norte, dice la Palabra de YHVH...Y a causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron (Jeremías 1:14-15) 


Conquistar el Norte y llenarlo de maldad es algo de lo que habló el mismo profeta Isaías, en referencia a Helel ben Shajar, Lucifer, quien es presentado como fuente de perturbación terrestre por su actitud altiva: 


¡Cómo has caído del cielo, oh Lucero brillante, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Pero tú dijiste en tu corazón:  ``Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte (tzaphon)``Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo. Sin embargo, has sido derribado al Seol,  a lo más remoto del abismo. Los que te ven te observan, te contemplan, y dicen: ``¿Es éste aquel hombre (aysh) que hacía temblar la tierra (eretz), que sacudía los reinos, que puso al mundo como un desierto, que derribó sus ciudades, que a sus prisioneros no abrió la cárcel?


Como ya hemos visto muchas veces, YHVH hace alusión al movimiento existencial de la Totalidad, que incluye hasta cuatro mundos y puede estar en sintonía o no con la Fuente de Luz Primordial.

De modo que, ¿cómo se rompió el equilibrio en la Tierra? ¿Por qué se rompió la conexión con la Fuente Primordial y quién lo propició?

En algunas tradiciones se habló de varios soles y varias tierras donde habrían habitado diversas humanidades destruidas por la tierra, el aire, el agua y el fuego [2] 

Y en algunas visiones antiguas, la aparición de la Luna coincide con la separación de la Tierra del influjo Solar.

El mismo Aristóteles y otros autores griegos hablaron de la existencia de los Proselenoi, seres que vivieron antes de que hubiera Luna en el Cielo.

En el Enuma Elish Sumerio se nos habla de cómo Marduk, dios de la guerra, cortó a Tiamat en dos, y de ahí nacieron Kingu y Ki. Un mito que según algunos, hace posiblemente referencia a cómo el viejo mundo o Tierra fue impactado por un gran objeto, dando lugar a la Luna y otros fragmentos. 

De ello se hizo eco el maestro de danzas, G.I.Gurdjieff, quien describió el evento de manera magistral en el capítulo Causa de la Génesis de la Luna, perteneciente a su obra Del Todo y Todas las Cosas.

Según su visión, debido a un error de cálculo de Ingenieros Angélicos, un cometa de órbita larga llamado Kondoor, impactó contra la tierra, causando el desprendimiento de dos fragmentos. Uno se convirtió en la Luna, y otro en Anulios, un pequeño satélite que representa las sombras más profundas, de modo análogo a la Luna negra o Lilith de la astrología.

Curiosamente, la ciencia moderna sostiene una visión muy similar, proponiendo que sobre la tierra impactó un cuerpo gigantesco llamado Theia, causando el desprendimiento de la masa que luego se llamaría Luna. Aunque postulan el evento en una etapa en que la tierra aún estaba en formación y no albergaba vida. 

Anécdotas aparte, siguiendo el relato de Gurdjieff, dado que la Luna comenzó a precipitarse sobre la Tierra, los Ingenieros Angélicos se vieron forzados a idear un plan de contención: se les ocurrió poner las bases para que la tierra emitiese vibraciones llamadas Askokin, necesarias para empujar a la Luna hacia afuera. Pero esto requería establecer en la tierra un sistema de funcionamiento llamado Ilnosoparniano, en el cual se separan la Ley de Tres y Ley de Siete, aconteciendo el surgimiento de microcosmos y otros organismos más complejos, que al vivir y morir, emiten dichas vibraciones Askokin.

Según relata Gurdjieff, este sistema estaba sancionado por la Divinidad, y aún así la Comisión Angélica corrió el riesgo y pidió permiso para realizarlo, quedando condicionada para supervisarlo.

Sin embargo, en el curso de ese proyecto, algunos seres comenzaron a evolucionar demasiado deprisa, poniendo en riesgo el plan, ya que cabía la posibilidad de que al percibirse esclavos, fueran a suicidarse en masa o bien rebelarse violentamente. 

Y es aquí donde la Altísima Comisión cometió el mayor error. Los Ingenieros Angélicos implantaron un órgano especial a esos seres con alto potencial evolutivo, de tal modo que percibieran la realidad distorsionada mientras se estabilizaba la Luna. A ese órgano, Gurdjieff lo llamó Kundabuffer o el Buffer del Sacro, ya que reducía o frenaba las vibraciones evolutivas de conciencia. 

Y una vez la Luna quedó estable, sin riesgo de caer sobre la Tierra, aquel órgano les fue removido. 

Lamentablemente, las propiedades del mismo permanecieron durante el curso evolutivo de la humanidad.

Curiosamente, dicha narración recuerda algo a lo que en el mito sumerio constituye la famosa rebelión de los Igigi, dioses menores sumerios, frente a sus dueños Anunnaki, que en el mito Atrahasis, les hacían trabajar abriendo canales y ríos en la tierra primigenia. Y dicha rebelión casi hizo que Enlil los exterminara, de no ser por la intervención de Enki, que sugirió un plan de hibridación, para hacer una raza más dócil, mezclando el intelecto (gestu) de los Igigi rebeldes, con humanoides más animalescos de la tierra.

Por si fuera poco, el Libro del Zohar desvela que una vez la Luna era tan brillante como el Sol, pero se la obligó a alejarse, perdiendo brillo, haciéndose evidente que no tenía luz propia. Se decretó entonces que debía ganar su luz siguiendo los pasos de su rebaño. Un claro guiño esotérico a la absorción lunar de la energía terrena.

En el mismo Zohar, dicho evento se asocia a la aparición de Lilith, descrita como una extensión, apéndice o cáscara densa que recubrió el cerebro de Adam, quien se vio encarnado en una criatura animalesca que según la tradición oral hebrea, le causaba asco. 

Hace ya muchos años escribí sobre el tema en una novela, sosteniendo que el órgano Kundabuffer de Gurdjieff era en realidad la cobertura densa de Lilith. Y por aquel entonces no conocía la Sabiduría hebrea. Por tanto ignoraba que Adam fue expulsado del Gan Eden precisamente por la influencia residual de Lilith.

¿Y qué relación guarda esto con el Polo? Mucha, porque las formas de vida adámica inicial se produjeron en el Polo, hasta que la llegada de la Catástrofe y Génesis Lunar, la sacó del estado más espiritual.

Desde su caída, la humanidad adámica quedó sujeta a ciclos de catástrofe, en parte dado el desbalance energético que no llegó a restablecerse.

De ello se hicieron eco otras mitologías que hablan de cómo los dioses se enfurecen de cuando en cuando, enviando rayos y centellas sobre los ruidosos humanos.

En los Eddas Nórdicos, el Yggdrasil o Árbol Cósmico, fue destruido en el Ragnarok, la Catástrofe Universal, y sólo quedó el Midgard o Región Media.

Un destino fatal que Odín se esforzó en evitar sacrificándose, colgándose del Árbol tras ensartarse con una lanza y sacarse un ojo para acceder al conocimiento rúnico con el que las tres Nornas tejían del ørloc o destino de los seres.

¿Quién dice que los dioses nórdicos no eran aquellos habitantes pre-lunares que habitaron regiones polares?

¿Tendrán algo que ver con los Reyes de Edom caídos que murieron sin esposa?

¿Es casualidad que los descendientes de los Edomitas se describan con pelos rojizos, como las razas típicas de Escandinavia? 




Exilio Polar de la Humanidad

Uno de los temas recurrentes en antiguas leyendas es la existencia de diversas humanidades en el Polo Norte, y hasta se habla de los orígenes polares de la humanidad.

En Grecia se habló de los Arcadios, habitantes de Arkadia, que se asocia a el Ártico, e incluso al Omphalos, u Ombligo de la Tierra, otro símbolo del Polo Norte. 

Zoroastro habló por ejemplo de Aryana Vaeja, el Paraíso de los Arios, destruido por el hielo en una gran catástrofe que les obligó a desplazarse al sur.

Ya hemos hablado de la leyenda de Belovodia, una legendaria civilización espiritual que habría existido en el Polo Norte hace miles de años, y que pasó a ser una ciudad espiritual en otra esfera de realidad, al igual que otras tantas, como Shamballah, Agartha, etc.

¿Pero qué evidencias tangibles tenemos del origen polar de la civilización?

Pues lo cierto es que hay tanto pruebas genéticas como rastros culturales, símbolos polares y otros elementos.

Ya de entrada, hay estudios genético-antropológicos que hablan de los linajes ANE o Ancient North Eurasians, gentes euroasiáticas que se originaron en el norte euroasiático, y de las cuales vienen los genes humanos más antiguos, asociados a los cazadores recolectores e incluso a los originadores de la agricultura

Entre sus rasgos se hallaba el pelo rojizo o rubio, algo que compartían con los Neandertales, en principio cazadores-recolectores que se extinguieron al mezclarse con la raza Homo Sapiens.

Más adelante veremos alguna teoría moderna que relaciona un proyecto Hiperbóreo con la mezcla de los Homo Sapiens y los Neandertales. 

De momento señalemos que detrás de todas las especulaciones modernas hay grandes saltos de imaginación, ya que los supuestos expertos no saben explicar la transición del neolítico al mesolítico; pasan de la supuesta vida de cavernícolas salvajes a la domesticación de animales y plantas como si de una anécdota se tratara; para ellos todo surgió como por arte de ensayo y error, en apenas unos pocos miles de años. Y eso no se sostiene por ningún lado. 

Por ejemplo, un curioso indicio de aquellas oleadas de la civilización norteña, son las momias de los Tocharianos, cuyos rasgos rubios y pelirrojos, con ropajes llenos de adornos celtas, constituyen una aparente anomalía en tierras de Asia extremo oriental, pero que encaja al dedillo con las leyendas sobre los Arios. ¿Casualidad?



¿De dónde venían los Tocarianos? ¿Eran los Arios procedentes del Norte o pueblos Celtas que viajaron desde el Oeste, como creen académicos que en su vida han pisado siquiera la capital de Mongolia?

Dichos rasgos fisiológicos estuvieron también muy asociados a la cultura Escita y Fenicia. 




Los Escitas o Sakyas fueron grandes transmisores de Conocimiento.  Y a esa línea pertenecieron grandes figuras, como Sakyamuni Buda, o el mismo Ammonio Sakkas, el mentor de Plotino, precursor del Neoplatonismo.



Tampoco podemos pasar por alto la relación de los Sakyas con la tribu del hijo de Abraham, Ytzaak o Isaac, perteneciente al pueblo hebreo. Una conexión ampliamente documentada en la obra Historia Céltico Sajona de Israel, en inglés.

Curiosamente, el pueblo hebreo empleó siempre un alfabeto muy similar a las runas célticas, nórdicas y letras fenicias, especialmente en la forma paleo-hebraica, lo cual apunta de nuevo a un origen polar.





Dichos símbolos no eran letras, tal y como se entienden hoy los alfabetos; eran más bien símbolos sobre el movimiento vectorial y vorticial de la energía, según los sistemas del Árbol del Conocimiento Dual y el Árbol de la Vida No Dual. De modo que representaban una ciencia, más próxima la sabiduría de las conexiones frecuenciales que a otros métodos simbólicos más recientes. 



Si hay una obra por excelencia en este asunto del origen polar, ésa debe ser Paradise Found, The Cradle of Civilization in the North Pole, donde el autor, William Warren, aporta cientos de referencias antiguas que apuntan hacia ese origen polar de la humanidad. 

En ese enclave se situaba incluso el Paraíso el Jardín del Edén del que cayó el ser humano, y por supuesto, la  Jerusalén Celestial, Zion, la Fortaleza espiritual de los. Israelitas.



Otro autor que aportó interesantes datos sobre un origen polar fue Bal Gangadhar Tilak, un activista independentista indio, que mientras se hallaba encarcelado por sus ideas políticas, escribió El Hogar Ártico en los Vedas. Ahí argumenta que numerosas referencias en los versos védicos están ligadas a la región polar. Por ejemplo, los Siete Sabios o Rishis siempre se asociaron a las siete estrellas de la Osa Mayor.



 También es de sobra conocido que la Swastika es un símbolo ampliamente difundido en regiones de la India y el Himalaya, aunque curiosamente también se encuentra en muchas otras culturas, lo cual confirma todo lo dicho anteriormente.




Lo interesante es que las estrellas se representan en dos direcciones, dextrógira, hacia la derecha, y levógira, hacia la izquierda. 

Esto a mi juicio tiene que ver tanto con el movimiento de la Osa Mayor y Menor, como su significado espiritual, ya que el movimiento hacia la derecha es el camino al centro, al Polo Espiritual, como en la Osa Menor, mientras que el movimiento hacia la izquierda, es la exteriorización, la huida del centro, y por ende la caída de la humanidad, como muestra en la Osa Mayor, o la misma Swastika Nazi. 

Precisamente, toda la ideología esotérica nazi se basa en una deformación de viejas ideas asociadas a los orígenes polares y las oleadas de la civilización Aria, que a nivel genético está asociada a gentes altas, fuertes, rubias y pelirrojas, como hemos visto.

Los nazis bebieron incluso de la imaginería  decimonónica sobre el tema, así que indaguemos esas fuentes. 


Hiperbórea según el Ocultismo Decimonónico


Para comprender algunas de las ideas más modernas sobre los Arios e Hiperbórea, nos basta con ir a la literatura del siglo XIX.

Al comienzo cité al filósofo Nietzsche, que sin ser romántico, hizo uso del concepto de Hiperborea, quizá teniendo en mente su idea del Súper-hombre o Übermensh.

Ahora bien, la primera obra decimonónica llamativa sobre el tema de Hiperborea, fue Vrill, el Poder de la Raza Venidera. En esa novela, Edward Bulwer-Lytton habla de un hombre que al viajar al interior de la tierra halla una raza humana avanzada que vive sin enfermedad y con grandes capacidades, gracias a un poder vital llamado Vrill. El autor llega al extremo de plantear que esa raza saldría a exterminar a la humanidad de la superficie para evitar la destrucción del planeta. Idea que en cierto sentido constituye la semilla de la filosofía nazi, que luego veremos.



En aquel mismo siglo XIX, Helena Blavatsky, la fundadora de la Sociedad Teosófica, presentó en su obra La Doctrina Secreta, una curiosa visión sobre siete razas raíz, que surgen cada vez que se produce un gran cataclismo.

Y las dos primeras habrían surgido en el Polo Norte.

La Raza Polar fue descrita como compuesta de seres incorpóreos, etéreos y con poca inteligencia, que nacieron de los cuerpos astrales de los Padres Lunares, dioses regentes de la luna. Y hace millones de años esos seres polares habrían descendido en una isla de la región polar para sembrar la semilla evolutiva del planeta. Evolucionaron en siete regiones polares diferentes. No estaban divididos en sexos, sino que se reproducían como las células, por división, saliendo desde dentro de otros seres polares. Por eso se les llamó Auto-nacidos.

Sin embargo, carecían de una mente o manas que les permitiese conectar el espíritu al cuerpo, por lo que evolucionaron a otra fase.

De ese modo habrían dado nacimiento a la Raza Hiperbórea, que existió en el norte de Asia, y aunque también eran incorpóreos, desarrollaron cierto sentido del tacto. Al comienzo se reproducían como los árboles, floreciendo, dando también lugar a seres que exudaban un fluido de onde nacía otro Hiperbóreo.

Extraño, ¿no?

Más tarde, en el siglo XX, Rudolf Steiner, fundador de la teosofía, desarrolló esa visión, pero con matices diferentes. Explicó que la raza Polar llegó cuando la tierra estaba unida a la energía Sol, no Lunar, y que los Hiperbóreos tenían una gran imaginación, teniendo la capacidad de ser fecundados desde afuera, por rayos de luz o energía, y así podían hibridarse con otros seres que percibiesen.

Así nació la tercera raza raíz, la Lemuriana, que pasó por tres fases, comenzando en Madagascar, desarrollando el sentido de la visión y despertando la mente. Primero surgieron los que nacían por exudación, y sólo tenían un ojo, la glándula pineal hiper-desarrollada; luego surgieron los Andróginos, que nacían del huevo astral hiperbóreo, y con tres ojos, el tercero en la parte trasera. Y finalmente surgieron seres lemurianos sexuados, con la glándula pineal atrofiada, hace dieciocho millones de años. Lo cual habría constituido la Caída de la Humanidad.

Sin duda, esto es una interpretación del mito del Andrógino contenido en el Diálogo platónico El Banquete, donde los seres completos son divididos por Zeus para que no conquistasen el Olimpo, tradicionalmente asociado al Polo—otra curiosa coincidencia.

Ahora, sin extenderme demasiado, tanto los teósofos como antropósofos enseñaron que después de la raza lemuriana, hace casi un millón de años, vendría la raza Atlante, que ya tendría dos ojos, sentido del gusto, y capacidad de lenguaje telepático. Ellos se habrían reproducido con bestias, dando lugar a engendros humanoides.

En cuanto a la quinta raza raíz, sería la Arya, que desarrolló el sentido del olfato, y tendría igualmente subrazas, como los europeos o americanos. 

La sexta raza estaría por llegar, dentro de miles de años, y desarrollaría la clarividencia, dando paso a la sépitma raza, que ya tendría contacto pleno con su Atman o Yo crístico-luciférico. 

Parece increíble, pero, efectivamente, en la Teosofía creen que la evolución consiste en realizar el Cristos Lucifer, una idea tomada por autores más modernos, como Luis Felipe Moyano.

No esperen hallar genuinas enseñanzas del Árbol de la Vida y el Mesías en Blavatsky y sus plagiadores.


Demencia Pseudo-Hiperborea Moderna

Del pastiche vriliano y teosófico nació gran parte de la filosofía nacional-socialista alemana, bajo la cual se fundó la Sociedad Vrill y la Sociedad Thule, que estudiaban ideas ocultistas con un mínimo rigor científico, intentando fundamentar el expansionismo del Tercer Reich sobre la existencia de una raza aria superior de la cual descendería el pueblo germano. 

Una ironía, viendo el aspecto de ese retaco histérico y cobarde llamado Hitler.

Por supuesto, en sus expediciones en Oriente, los Nazis buscaron la mítica Hiperborea así como Shabalah. Pero no encontraron más que los reflejos de su propio ego enfermizo.

Y fruto de todas esas fantasías pseudo-esotéricas nació otro pastiche conocido como Fundamentos de Sabiduría Hiperbórea, del argentino Luis Felipe Moyano, también conocido como Nimrod del Rosario.

En esa obra propone una serie de iniciaciones que hacen evolucionar al espíritu o viarya, que aún dormido, porta el potencial originario transmitido por los Hiperbóreos, pero en forma sumisa. 


Del Rosario decía que primeramente se debe adoptar una graciosa actitud luciférica, que con valor afronta la verdad sin miedo, sin acogerse a los códigos morales de la religión o pasatiempos para huir de sí mismo. El virya debe superar el dramatismo, riéndose de las leyes del mundo, dictadas por un tal Jehova-Satanas, al que identifica con el Demiurgo, igual que hacían algunos gnósticos despistados. 


Luego hay tres iniciaciones: 


Primero se debe aislar al yo perdido bajo la esfera de conciencia, tras despertar del Gran Engaño, como el prisionero que descubre la salida de su prisión. 

 

La segunda iniciación es cruzar el puente hasta el Selbst o Yo puro, con "hostilidad" hacia los demonios que dominan el planeta. Así se convierte en pontífice tirodal.


¡Toma ya! Con eso y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.


Bueno, esperen. Queda la tercera fase, que sería revertir el espíritu hiperbóreo, devolviéndole a su estado de "hostilidad", sacándole del estado de indefensión. Así se conquistaría  la fuerza primigenia Vrill, convirtiéndose en Siddha inmortal.


Wow. Este hombre se tuvo que ir flipando en colores a su mundo de Yupi. Menuda sorpresa se debió dar al morir el pobre.


Vrill, Virya, Siddha, Hiperborea...


Como vemos, del Rosario, elaboró su propia Torre de Babel, igual que el viejo Nimrod bíblico, pero esta vez haciendo un pastiche de Sabiduría Pseudo-Hiperbórea, con ideas gnósticas, griálicas, blavatskianas, antroposóficas, hindúes, esoterismo supremacista nazi y la madre que parió a Paneque. 


En su novela El Misterio de Belicena Villca,  explica de forma literaria que Hiperbórea era tanto un Paraíso increado fuera de la Creación del Demiurgo maligno que atrapa a las almas –toquecillo pseudo-nósicto–, como un Paraíso continental terrestre donde hace millones de años se establecieron unos dioses liberadores que llegaron de Venus –cuñita teosófica–, teniendo su origen primero en la Hiperborea increada. En ella construyeron la ciudad de K´taagar o Agartha. Más tarde, los hiperbóreos habrían transmitido su Sabiduría a la Atlántida, encomendando a los Cro-Magnones blancos hacer un Pacto de Sangre por medio del cual debían solo mezclarse con humanos blancos inferiores para lograr infundir en la humanidad animal o pasú, el espíritu, virya, que una vez despertado, puede regresar a los orígenes increados. 


Con esa mezcla debían eliminar a la raza Neandertal, ya que sólo tenían cuerpo y alma pero no espíritu inmortal. De ahí nacerían linajes reales. Y aunque lo lograron, hubo grupos de atlantes que traicionando el Pacto de Sangre, se mezclaron con razas indígenas negroides y morenitas, dando lugar a los atlantes morenos que veneraron las fuerzas de la materia, sirviendo al Demiurgo encarcelador, destruyendo las construcciones de los atlantes blancos, estableciendo un Pacto de Cultura. 


Se conoce que Felipe no vio algunas de las representaciones de aquellos chavos Neandertales o los mismos Escitas, que combinaban lo mulato con lo ario, como en Sakyamuni Buda, o el mismo Yeshua, que también era curiosamente representado mulato, con ojos azules. Y si tengo que elegir entre Rudolf Hess y Buda, me quedo con Buda.

El supremacismo racial nazi caló hondo, gracias en parte a Bulwer-Lytton, pero fomentado posteriormente por los nazis y autores dementes, entre los cuales también se halla Miguel Serrano, un activista nacional-socialista que también defendió su particular Sabiduría Hiperborea, llegando a decir que Hitler fue en realidad un Avatar encarnado para desencadenar una evolución más rápida en la humanidad, que como suelen sostener estas visiones, debe ser aniquilada, por ser producto de un Demiurgo malvado.

Todos estos autores pasaron por alto ya no sólo el verdadero origen del término Demiurgo y su verdadero significado, sino también que hay diversas procedencias de la raza blanca. La raza albina, por ejemplo, se asoció siempre a la Gente Pequeña, que habitaron las islas Albion y otras tantas; aunque su procedencia se ubica en el continente de Mu en el Pacífico. No en Madagascar, donde hay Lemures, pero no Lemurianos. 

En cualquier caso, comentando la tesis de Moyano, hay que indicar que según algunas visiones antropológicas, los Neandertales, en principio cazadores-recolectores, se extinguieron al mezclarse con la raza Homo Sapiens.

Según la antropología oficial, en la región de Altai, Siberia, existió una especie de humano llamado Denisovano, que llegó a mezclarse con Neandertales y Homo Sapiens, dando lugar a posteriores descendencias cuyos genes están en los humanos modernos. 

En fin, podría seguir, pero ya es mucho lo que escribí. Que cada cual saque sus conclusiones y se esfuerce por pensar conscientemente, sin tragarse cualquier basurilla de tres al cuarto que aparece por ahí. 

La Conciencia Solar es sagrada, pero no entiende de razas, sino de transmutación de experiencias e integración de vivencias, levantando un mundo caído en el propio caminar hacia la única Fuente Absoluta de Vida, que nunca fue Hiperbórea, ni ninguna otra ciudadela de transición espiritual, sino el Océano de Amor y Luz Sin Límites. 


Hiperborea en la Actualidad



Aunque pudiera parecer un asunto del pasado, aún hoy día hay pensadores que siguen recurriendo al tema de Hiperbórea para fundamentar incluso proyectos de geopolíticia. 

Siguiendo un hilo cuasi decimonónico, Dugin plantea que Hiperborea era una cultura polar de la cual provino, como no podía ser de otro modo, la raza eslava pero también otras subrazas, que habrían introducido en la humanidad la cultura espiritual (como ya vimos con los Sakyas), el espíritu solar, el cual es creativo y liberador, frente al espíritu lunar de humanos psíquicos, materialistas y conservadores. Su argumento está muy en sintonía con las investigaciones que aquí presenté:

"El hombre del Norte no es simplemente blanco, 'ario' o indoeuropeo en términos de sangre, lengua y cultura. El hombre del Norte es un tipo particular de ser dotado de una intuición directa de lo Sagrado. Para él, el cosmos es una textura de símbolos, cada uno de los cuales apunta hacia el Primer Principio Espiritual que es invisible al ojo. El hombre del Norte es el 'hombre solar'; Sonnenmensch, que no absorbe energía como lo hacen los agujeros negros, sino que la distribuye. De su espíritu brotan las corrientes de la creación, la luz, la fuerza y ​​la sabiduría—Alexandr Dugin, "From Sacred Geography to Geopolitics. Traducido por J. Arnold y J.Stachelski. 


"La civilización nórdica pura desapareció con los antiguos hiperbóreos, pero sus mensajeros sentaron las bases de todas las tradiciones actuales. Esta raza nórdica de Maestros estuvo en los orígenes de las religiones y culturas de los pueblos de todos los continentes y colores de piel. Huellas de un culto hiperbóreo se puede encontrar entre los indios de América del Norte, entre los antiguos eslavos, entre los fundadores de la civilización china y entre los nativos del Pacífico, entre los alemanes rubios y los chamanes negros de África occidental, entre los aztecas de piel roja y entre los mongoles de pómulos anchos. No hay pueblo en el planeta que no tenga un mito sobre el "hombre solar", la verdadera espiritualidad, la Mente suprarracional, el Logos divino y la capacidad de ver a través del mundo hasta su Alma secreta - estas son las cualidades definitorias del Norte dondequiera que haya Pureza y Sabiduría Sagradas, allí, de manera invisible, está el Norte - no importa en qué punto del espacio o del tiempo habitemos... El Norte, visto en términos de Tradición, es una realidad metahistórica y metageográfica. Lo mismo puede decirse de la "raza hiperbórea": ​​no es una "raza" en el sentido biológico, sino más bien en un sentido puramente espiritual y metafísico—Alexandr Dugin, "From Sacred Geography to Geopolitics: traducido al inglés por I. Arnold y J.Stachelski. 


Como vemos, al contrario que Moyano, Serrano y otros adalides del Hiperborismo nazi, Dugin tiene una visión más abierta, o como él dice, Multipolar, proponiendo la necesidad de coexistencia de diversos bloques culturales no totalitarios ni inter-excluyentes. Lo hace bajo un riguroso análisis geopolítico donde ratifica la caída del comunismo y capitalismo, vislumbrando el nacimiento de un nuevo orden político, el mundo Multipolar, donde diversas economías puedan coexistir sin destriparse. Algo que sugiere en vista al avance desmedido de la economía china que ya supera a la Occidental.

Otra de las ideas de Dugin es que desde antiguo se ha primado el Norte sobre el Sur, siendo el Norte fuente de espiritualidad y cultura superior [3], lo cual no siempre encaja con la realidad, porque en la misma Torah de los profetas hebreos, también se habló del mal que viene del Septentrión, al extremo Norte. Aunque sí que es cierto que el Norte era la cuna edénica, y hasta el mismo Lucifer trató de ascender al extremo norte.

En cualquier caso, Dugin incluso profetiza el fin de la geopolítica, augurando un supuesto despertar del viejo espíritu hiperboreo universal:

"En el transcurso de esta lucha, la llama de la 'resurrección del Norte espiritual, la llama de Hiperbórea, transformará la realidad geopolítica. La nueva ideología global será la de la Restauración Final, poniendo fin definitivo a la historia geopolítica de las civilizaciones. - pero este no será el fin que han teorizado los portavoces globalistas del Fin de la Historia: los materialistas, ateos, antisagrados, tecnocráticos. La versión atlantista del Fin dará paso a un epílogo diferente: la Victoria final del sagrado Avatar, la venida del Gran Juicio, que concederá a quienes eligieron la pobreza voluntaria el reino de la abundancia espiritual, mientras que a quienes prefirieron la riqueza fundada en la asesinato del Espíritu será condenado a la condenación eterna y al tormento en el infierno. De los abismos del pasado surgirán continentes perdidos. Los metacontinentes invisibles aparecerán en la realidad. Una Nueva Tierra y un Nuevo Cielo surgirán.”—Dugin, "De la geografía sagrada a la geopolítica. Traducido por J. Arnold y J.Stachelski. 


Con todo, meterse en asuntos de geo-política y economía es quizá el mayor error de este filósofo, ya que la espiritualidad y las políticas del mundo son como el agua y el aceite; nunca se mezclan por mucho que se junten.

La visión de Dugin parece incluso estar en sintonía con políticas de Vladimir Putin, planteando cosas como:

Sin Ucrania, Rusia nunca podrá convertirse en una potencia soberana de pleno derecho, un imperio, un polo independiente de un mundo multipolar. Esto significa que el destino de la unipolaridad y el globalismo... depende de si Occidente es capaz de sacar lejos Ucrania. Después de todo, si Rusia y Ucrania se unen, de una forma u otra, la unipolaridad colapsará y el mapa geopolítico volverá a cambiar irreversiblemente".

—Alexandr Dugin, "'Gran juego' en Ucrania"


Conclusión


Después de todos estos hallazgos, no tengo ninguna duda de que Hiperbórea es simplemente otra referencia a la dimensión espiritual terrenal donde las almas experimentan cierta plenitud en su tránsito hacia a Fuente Primordial Absoluta, donde se halla la verdadera Nueva Tierra. 


Y como muchas otras regiones espirituales, Hiperborea está conectada al Polo Espiritual en la geografía espiritual, que encuentra su correlación en el Polo geográfico físico. 


Pero como podemos ver, la humanidad perdió rastro de su origen polar, careciendo de la brújula espiritual que le ayuda a encontrar el Polo Espiritual.


Sin embargo, sigue siendo una tarea para todo aquel que aspira a ser un verdadero Adam, espejo de las cualidades divinas, dondequiera que estemos evolucionando.


Gracias por acompañarme en este viaje.



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[1] LA Tierra Celestial según el Pitagorismo y Platón: 

Porque viviendo en alguna concavidad de la tierra creemos vivir encima de ésta, y llamamos cielo al aire, co­mo si éste fuera el cielo y los astros se movieran en él. Y éste es el mismo caso: por debilidad y pesadez no somos e capaces nosotros de avanzar hasta el confín del aire. Porque si alguien llegara a lo más alto de este o volviéndose alado remontara a su limite, vería al sacar la cabeza, modo como los peces sacando la cabeza de las aguas ven las cosas de acá, así éste vería las cosas de allá, y en caso de que su naturaleza fuera capaz de resistir la con­templación, conocería que aquél es el cielo de verdad y la verdadera luz y la tierra en sentido propio. Pues esta tierra, y las piedras, y todo el terreno de aquí, están co­rrompidos y corroídos, como las cosas del mar a causa de la salinidad, y allí no se produce en el mar nada digno de consideración ni, por decirlo en una palabra, nada per­fecto, sino que hay sólo grutas, arena, un barrizal incalcu­lable y zonas pantanosas, donde se mezcla con la tierra, y no hay nada valioso, en general, para compararlo con las bellezas existentes entre nosotros. A su vez, las cosas esas de arriba puede ser que aventajen aún mucho más a las que hay en nuestro ámbito. Pues si está bien contar un mito ahora, vale la pena escuchar, Simmias, cómo son las cosas en esta tierra bajo el cielo. 

—Por nuestra parte, desde luego —dijo Simmias—, de buena gana escucharíamos ese mito. 

—Pues bien amigo mío —dijo él—, se cuenta que esa tierra en su aspecto visible, si uno la contempla desde lo alto, es como las pelotas de doce franjas de cuero, vario­ pinta, decorada por los colores, de los que los colores que hay aquí, esos que usan los pintores, son como muestras. 

Allí toda la tierra está formada con ellos, que además son mucho más brillantes y más puros que los de aquí. Una parte es purpúrea y de una belleza admirable, otra de as­pecto dorado, y otra toda blanca, y más blanca que el yeso o la nieve; y del mismo modo está adornada también con otros colores, más numerosos y más bellos que todos los que nosotros hemos visto. Porque también sus propias cavidades, que están colmadas de agua y de aire, le propor­cionan cierta belleza de colorido, al resplandecer entre la variedad de los demás colores, de modo que proyectan la imagen de un tono continuo e irisado. Y en ella, por ser tal como es, las plantas crecen proporcionadamente: árbo­les, flores y frutos. Y, a la par, los montes presentan sus rocas también con igual proporción, más bellas que las de aquí por su lisura, su transparencia y sus colores. Jus­tamente partículas de ésas son las piedrecillas éstas tan apre­ciadas: cornalinas, jaspes, esmeraldas, y todas las semejan­ tes. Pero allí no hay nada que no sea de tal clase y aún más hermoso. La causa de esto es que allí las piedras son puras y no están corroídas ni estropeadas como las de acá por la podredumbre y la salinidad de los elementos que aquí han confluido, que causan tanto a las piedras como a la tierra y a los animales y plantas afeamientos y enfer­medades. Pero la tierra auténtica está embellecida por to­do eso y, además, por oro y plata y las demás cosas de esa clase. Pues todas esas riquezas están expuestas a la vista, y son muchas en cantidad, y grandes en cualquier lugar de la tierra, de manera que contemplarla es un espectáculo propio de felices espectadores. En ella hay muchos seres vivos, y entre ellos seres humanos, que viven los unos en el interior de la tierra, y otros en torno al aire como noso­tros en torno al mar, y otros habitan en islas bañadas por el aire a corta distancia de \a tierra firme. En una pala­ bra, lo que para nosotros es el agua y el mar para nuestra utilidad, eso es allí el aire, y lo que para nosotros es el aire* para ellos lo es el éter. Sus estaciones mantienen una temperatura tal que ellos desconocen las enfermedades y viven mucho más tiempo que la gente de acá, y en vista, oído, inteligencia y todas las demás facultades nos aventa­jan en la misma proporción que se distancia el aire del agua y el éter del aire respecto a ligereza y pureza. Por cierto que también tienen ellos bosques consagrados a los dioses y templos, en los que los dioses están de verdad, y tienen profecías, oráculos, apariciones de los dioses, y  tratos personales y recíprocos. En cuanto al sol, la lu­na y las estrellas, ellos los ven como son realmente, y el resto de su felicidad está acorde con estos rasgos.(Fedón 109b-110c)

https://mestreacasa.gva.es/c/document_library/get_file?folderId=500013983369&name=DLFE-822799.pdf

[2] En la mitología Azteca se habla de cinco soles: 

Tezcaltilpoca, donde reinaron gigantes destruidos por fuertes temblores de tierra.

Quetzalcoatl, donde reinaron hombres-mono destruidos por el viento.

Tlaloc, donde los hombres-mono se consumieron bajo Fuego caído del cielo.

Chalchiuhtlicue, donde los hombres pez perecieron en grandes riadas de agua, convirtiéndose en la fauna marina actual.


Y finalmente Tonatiuh, donde se creó a la raza humana presente, mientras Qutzalcoalt recuperaba los huesos del Inframundo de la raza de hombres-pez.

En Grecia,  los poetas narraban que hubo una época de Urano, el cual fue castrado por Saturno, originándose Afrodita, nacida de la espuma formada por los genitales de Urano que cayeron al océano primordial. Así surgieron Gigantes, Furias y Nifas-árboles, bajo el reinado de los Titanes y Saturno-Kronos, que comenzó a devorar a sus hijos.

Mas uno de ellos, Zeus, escapó, y logró derrocar a Saturno, iniciando otra etapa que fue sucedida por la era de Apolo, el Sol presente, que rige actualmente, y al cual veneraban los Hiperboreos.

[3] Más citas de Dugin:

"La capa más antigua y primordial de la Tradición afirma inequívocamente la primacía del Norte sobre el Sur. El simbolismo del Norte corresponde a la Fuente, al paraíso original del Norte del que se origina toda la civilización humana. Los antiguos textos iraníes y zoroástricos hablan del país del norte. de Airyana Vaeja con su capital Vara, de donde los antiguos arios fueron expulsados ​​por la glaciación enviada sobre ellos por Ahriman, el espíritu del Mal y oponente del brillante Ormuzd. Los antiguos Vedas también hablan de una tierra del Norte como hogar ancestral de los. Los hindúes llamaban Sveta-dvipa, la tierra blanca situada en el extremo norte. Los antiguos griegos hablaban de Hiperbórea, la isla del norte con la capital Thule. En muchas otras tradiciones, esta tierra era considerada la patria del brillante dios Apolo. se pueden detectar las huellas más antiguas, tan a menudo olvidadas y fragmentarias, de este simbolismo "nórdico". Dugin, "De la geografía sagrada a la geopolítica". Traducido por I. Arnold y J.

Stachelski. 


Dugin, "De la geografía sagrada a la geopolítica. Traducido por J. Arnold y J.Stachelski. 



2 comentarios:

  1. Saludos, querido Fernando, me nutro mucho de la sabiduría que se comparte aquí, pero me gustaría conocer tu punto de vista sobre "ממון". He investigado un poco y me he dado cuenta de que gran parte de la humanidad ha caído en la trampa de la servidumbre al interés del dinero. Aunque disfrazadas bajo muchas ideologías, al final todas obedecen a intereses mundanos. De cualquier manera, esto representa un porcentaje de aquellos que aún caminan dormidos, ya que inconscientemente sigue existiendo una asociación entre "ממון" y la felicidad. Me encantaría saber qué información puedes compartir sobre "ממון" (mammon) o cuál es tu comprensión de este fenómeno.

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    1. Gracias por el comentario. Me alegra que sea de provecho esta información para minorías.

      Y efectivamente, en esta sociedad hay pocas cosas que no estén regidas por el apego al poder y al dinero, porque como solemos decir en España, y no sin fundamento, hay mucho mamón suelto.

      Es curioso que en hebreo, el tal Mammon, dios del materialismo, tiene una gematría 15, que en sombra equivale al Acusador y la Energía de la Serpiente, la cual chupa y chupa sin saciarse. Aunque bien transformada, puede ser una Energía de Apoyo, igual que la economía bien orientada.

      La gestión inteligente de bienes, servicios y dinero siempre nos puede ayudar a cumplir nuestra misión aquí en la tierra. Quien no es fiel en lo poco, no puede ser fiel en lo mucho, enseñó Yeshua con la Parábola de los Talentos. En ese sentido, el influjo de dinero no es malo en sí, sino sólo una expresión de cómo fluye y se emplea la energía aquí. Dinero contiene la raíz Din, que es Juicio. De modo que la verdadera prosperidad depende del tipo de juicio económico que apliquemos.

      Se dice en el NT que las seguidoras de Yeshua se encargaban de colectar dinero para el ministerio del Maestro, que evidentemente requería financiación para viajar, mantener a otras personas, etc. Porque los Apóstoles poco habrían podido sacar pescando pececitos. Aún así recibieron todo y más, porque la empresa del Maestro se regía por el Amor de Compartir y Donarse al Mundo.

      Ahora, si alguien obra por interés, con juicios materialistas y egoístas, evidentemente atrae un juicios severos, incluso si llega a ser aparentemente rico. Sobre todo porque no puede entrar al verdadero Reino Divino, aquí y ahora, ya que no percibe la Fuente de Abundancia inagotable.

      Y como también se dijo en 1ª de Timoteo 6:10, "la raíz de todos los males es el amor a la philargiría (amor al comercio con la plata)". Ello se debe a que los caídos edomitas, Reyes (Melekym) y Príncipes (Sharim), incluso sus sirvientes humanos, comenzaron a comerciar con las almas humanas, empleándolas como esclavas y moneda de cambio energético, para sus empresas. La esclavitud generada con la falsa riqueza y con la pobreza económica, es la mayor fuente de control. Por eso incluso las religiones a nivel externo están al servicio de Mammon.

      Pero quien se sabe heredero del Reino Divino y asume su Corona de Vida, no desprecia siquiera ciertos bienes y recursos económicos, que son necesarios para moverse por este mundo y llevar a cabo empresas de Luz. Aunque, claro está, no anda preocupándose por cómo llegará el dinero, ni se apega al mismo o a las posesiones. Siempre está convencido de que lo que debe llegar, llegará para completar unas tareas. Y tampoco se queda de brazos cruzados. Es necesario movilizar siempre los recursos, talentos, etc. Eso es la verdadera economía. Por ejemplo, llevo casi 20 años compartiendo lo que sé, escribiendo en el blog, en encuentros con buscadores, y algo menos en el canal de YouTube. No me pagan por ello, es más bien al contrario, me cuesta dinero, pero mi conciencia queda tranquila, porque hago lo que vine a hacer, del mejor modo que me es posible. Y sé que de un modo u otro el Universo siempre me lo retribuye y me ayuda. La economía divina es impecable, aún en un mundo lleno de fallas. SaLuz de Vida

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