sábado, 1 de diciembre de 2012

¿Con alma o sin ella?





Anticipando una serie de regalos navideños, aquí viene un amargo shock que sirve de contrapunto del artículo anterior sobre la psicología neoplatónica, y tal vez nos ayude a dar por sentado “ideas sublimes” cuando nuestro mundo interior es todavía un zoo, un campo de batalla de la Primera Guerra Mundial, o algo peor:



Piensan que se necesita un "alma" y hasta un "espíritu" para hacer lo que hacen y vivir como viven. Pero quizá baste con tener una llave para darle cuerda a sus mecanismos. Sus diarias porciones de alimento los ayudan a darse cuerda y a renovar una y otra vez las cabriolas sin propósito de sus asociaciones. De este conjunto de materiales se seleccionan pensamientos separados y ustedes intentan conectarlos como un todo y pasarlos como valiosos y como propios. También escogemos sentimientos y sensaciones, estados de ánimo y experiencias, y de todo esto creamos el espejismo de una vida interior, nos llamamos a nosotros mismos seres conscientes y racionales, hablamos de Dios, de la eternidad, de la vida eterna y otros temas más elevados; hablamos acerca de todo lo imaginable, juzgamos y discutimos, definimos y evaluamos, pero omitimos hablar sobre nosotros mismos y sobre nuestro propio y verdadero valor objetivo, porque estamos todos convencidos de que si algo nos hace falta, lo podemos adquirir.
Si en lo dicho he podido aclarar aunque sea en pequeño grado el caos en que se encuentra el ser que llamamos hombre, les será posible contestar por sí mismos a la pregunta de lo que le falta y de lo que puede obtener si permanece como está, y qué de valor puede agregar al valor que él mismo representa.
Ya he dicho que hay gente hambrienta y sedienta de la verdad. Si examina los problemas de la vida, y es sincera consigo misma, pronto se convencerá de que no es posible vivir como ha vivido y ser lo que ha sido hasta ahora; que es esencial una salida de esta situación y que un hombre sólo puede desarrollar sus capacidades y poderes latentes limpiando su máquina de la suciedad que la ha obstruido en el curso de su vida. Pero para llevar a cabo esta limpieza en forma racional, él tiene que ver lo que necesita limpiarse, dónde y cómo; aunque ver esto por sí mismo es casi imposible. Para poder ver cualquiera de estas cosas uno tiene que ver desde el exterior, para lo cual se necesita de la ayuda mutua. (Perspectivas desde el Mundo Real, G.I. Gurdjieff, Al hablar de diferentes temas, Sección II)
¿No hay cierta sintonía entre estas conclusiones y lo que oímos decir a Plotino en el anterior artículo? Si recordamos, el "hombre ordinario" al que se refirió Plotino está desconectado de su "centro de gravedad". Y la consecuencia inmediata es que es zarandeado por todo estímulo ciego, convirtiéndose, como describió Gurdjieff, en un "autómata animado", una marioneta movida por los caprichos de un titiritero, en vez de un hombre guiado por la Inteligencia.
Aunque Plotino básicamente se centró en la metafísica y el nivel de la theoría, que en griego significa “contemplación divina”, del verbo theorein, contemplar divinamente – una actividad que aún está muy lejos de nosotros.
En cambio, Sócrates y otros maestros, incluido Gurdjieff, prefirieron ayudar a la gente a desenmascarar las contradicciones interiores sin piedad, pues ese es el paso esencial, sin el cual, nada importa.
 Esta transparencia es normalmente indigerible cuando damos por sentado cosas que no se nos ofrecen de modo completo. Hay, qué duda cabe, “substancias materiales” y “funciones psicológicas”; vamos incluso a aceptar una “chispa divina enterrada” que explique el origen de la consciencia, la voluntad, y sentimientos superiores como la compasión. Ahora, si no trabajamos con todo ello de modo adecuado, entonces, ¿qué clase de conexión podríamos tener con un supuesto Espíritu Divino o incluso una Psychê? 
Los cierto es que no se necesita un “intelecto divino” para manifestar negatividad y cultivar la auto-indulgencia como salvajes. Los animales se acercan, pero sólo porque no tienen más remedio. En cambio, los autómatas animados lo hacen mucho mejor, como demuestra esta “carnicería progresista” llamada "avanzada sociedad moderna", donde hasta el arte, la comida y las relaciones humanas han perdido el alma.
  Limpiar la casa interior y consolidar la conexión con lo Superior solía implicar la idea de “creación de un alma”, al menos desde los tiempos más tempranos de la civilización Egipcia, cuando los sacerdotes enseñaban acerca de la unión del espíritu-voluntad-consciencia, o Ka, con el cuerpo de rasgos y experiencias personales, el Ba, para así forjar un navío que pudiese cruzar la vida y el más allá sin ser devorado por la Naturaleza. Es así como el espíritu puede retornar a su morada en las estrellas y no ser atraído hacia niveles inferiores llenos de sufrimiento. 
Los griegos y cristianos heredaron esta doctrina; pero fue olvidada, como todo lo importante. En cualquier caso, de ella puede deducirse que sin un fuerte “lazo”, la chispa divina que portamos como tesoro, volará lejos y tal vez prosiga su viaje en alguien que respete lo que realmente importa, o simplemente retornará a una Fuente. ¿Tiene sentido?
Una cruda y honesta mirada a nosotros mismos es necesaria pues. Veamos si somos capaces de presentar fragmentos en futuros artículos. El final del 2012 demuestra ser bastante intenso. 


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