jueves, 28 de marzo de 2013

Pascua Arriba, Pascua Abajo – Parte II

Última Cena. Leonardo Da Vinci (1420)


Y llegamos al Jueves Santo, donde acontece el “lavatorio de los pies” que Jesús realiza con sus discípulos antes de la cena. Dicho ritual estaba extendido en Oriente, y era normalmente realizado por sirvientes. Con éste Jesús ejemplifica su enseñanza: 

Si yo, pues siendo vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, también habréis de lavaros vosotros los pies unos a otros (Juan Cap 13: 14). Por un lado viene a recalcar el mensaje central que más adelante comunica: Un precepto nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, así también amaos mutuamente (Juan Cap 13: 34). Y por otro alude a un aspecto muy importante, a saber, la necesidad de ayudarnos mutuamente a ver y superar nuestros defectos en el camino interior, “lavándonos la porquería”. 

En el antiguo Egipto dicho rito tenía un carácter purificador,  dentro de un contexto de preparación para la muerte y se le realizaba al faraón. Antes de morir hay que dejar atrás las ataduras pesadas:
El rey dice: Yo me he bañado con Ra [el Sol] en el lago de los juncos. El sacerdote responde: Horus [hijo del Sol] ha limpiado tu carne, oh rey; Thoth ha limpiado tus pies, oh Shu levanta al rey, oh Nut da tu mano al rey (Texto de las Pirámides 519).

El anuncio final de la muerte en nuestra historia acaece después del lavatorio. Jesús y los doce se disponen alrededor de la mesa y mientras comían les dijo: en verdad os digo que uno de vosotros me entregará (Mateo Cap 26: 21). Después de lo apuntado ayer, ya deberíamos adivinar a qué se refiere. Pero para hacer el periplo aún más emocionante prestemos atención al famoso cuadro de Da Vinci. Como no podía ser menos, aquel adelantado conocía la Sabiduría antigua y no dejó lugar a dudas. Si nos fijamos veremos que los discípulos están agrupados en cuatro grupos de tres. Y si prestamos aún más atención comprobaremos que cada uno refleja las características principales de los doce signos zodiacales. He aquí algunas pistas, el resto, para el buscador. En Wikipedia es posible observarlo en detalle, con ampliaciones:

Comenzando de izquierda a derecha vemos los tres signos de Primavera. ¿De qué color es el característico ropaje que lleva el apóstol pelirrojo encima del azul? ¿No recuerda al de los pastores, con su zurrón? ¿Podría lo que parece ser la pata amarillenta del banco, abajo en la esquina, una alusión a una pata de Carnero? 

El apóstol a su izquierda tiene un cuello que parece desproporcionado y su mano derecha descansa sobre un hombro. Casualmente, el cuello y los hombros se asocian a Tauro, signo del propio Leonardo Da Vinci, que incluso se parece al apóstol del cuadro.

Luego vemos a alguien cuyas manos parecen reflejar la dualidad y la complementariedad de los masculino y lo femenino. ¿Qué signo sucede a Tauro?

Pasemos ahora al grupo veraniego, sobre el que hablamos ayer. ¿No es curiosa la postura en la que el apóstol sostiene el cuchillo en la mano derecha? ¿Podría el cuchillo parecer una pata de cangrejo? Tal vez, es más, unido a la mano izquierda sería casi como el famoso signo 69 tumbado, característico de Cáncer. ¿Y qué podríamos decir de la mano izquierda del apóstol que está delante? ¿No parece una garra? A su vez éste está mirando a lo que parece... ¿una mujer? ¿Quién es ella?

A la izquierda de Jesús tendríamos a los grupos de Otoño e Invierno, pero dejemos que la curiosidad haga el resto y centrémonos en la cena:

Mientras comían Jesús tomó el pan, lo bendijo, lo partió y  dándoselo a los discípulos dijo: tomad y comed, este es mi cuerpo. Y tomando un cáliz y dando gracias: Bebed de él todos...(Mateo Cap 26).

Pan y vino. Una comida frugal con varios significados. ¿Cuál encaja en el contexto astro-teológico?  

Para comprender los ciclos del sol en sintonía con los signos zodiacales hay recordar las etapas estacionales, aunque que ya pocos las conocen, pues se compra en el súper y los niños comienzan a creer que las verduras las fabrica un hombre con mono azul detrás de una cámara refrigeradora llena de cajas o que el pan son rodajas blancas y cuadradas que vienen de las bolsas Bimbo. 

Antiguamente todos sabían que el Verano es la época de recogida de la siembra, y la cosecha estaba asociada a la Madre, llámese Démeter o Virgen. Y Virgo precede a Libra, la Balanza, que no sólo marca un “Juicio Final”, sino que es la casa del Sol durante un Septiembre vinícola. En España e Italia algunos aún saben esto pues hay una buena tradición de vino. 

Es en Libra cuando comienza el Equinoccio de Otoño, punto donde el Sol "desciende" hacia la Oscuridad,  los días se hacen más y más cortos, y las hojas otoñales se tornan rojas, como el Vino, y como aquel mar que cruzara Moisés con la tropa hebrea. En otras palabras, el Agua que Acuario y Piscis habían traído para la Primavera de Aries, se transforma, cual "milagro",  en Vino, al igual hiciera Jesús en las bodas de Caná, después de que su Madre le dijese que no había (Juan Capítulo 2). 

En ese momento Helios parece vendido. Se entiende así que Jesús fue entregado a los romanos por Judas, por el precio de...¿cuántas monedas de plata eran?, ¿cuantos son los grados que ocupa un signo zodiacal? Dividamos 360º entre 12 y lo sabremos.

Por supuesto, esto es sólo un “nivel de interpretación”. Quedarse aquí es entender nada, ya que, Hágase tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo. Hemos ahondar en el nivel "psicológico-espiritual", pues cada buscador está llamado a ser un héroe solar, y aspira a poder ser Cristiano algún día, es decir, a participar de la Consciencia Solar o Cristo. Ello implica que en vida también somos traicionados por "pasiones egoístas" y la "mente de asno", y hemos de experimentar "caídas", como el Sol hace cada año. Pero el héroe se cae siete veces y se levanta ocho. Sobre esto habremos de indagar en el próximo artículo, así como sobre las posibles pistas que indiquen la existencia de un Jesús histórico, o al menos alguien que después recibiera ese apelativo. 



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