martes, 25 de diciembre de 2012

Vida Verdadera


¿Nos paramos alguna vez a reflexionar acerca de lo que es la Navidad? En la antigüedad tenía que ver con un "nacimiento superior", con el cuidado de un "infante interior" y su realidad, la cual conlleva la conexión con el Espíritu y el Alma de una Tierra mítica, un Paraíso olvidado que ha recibido muchos nombres y del cual se ha escrito mucho, a pesar de que su naturaleza es elusiva, incluso cuando se asoma tímidamente en nuestros sueños nocturnos. Pero siempre deja una huella en cada vida:

Nuestros autores [i.e Sohravardi] sugieren que si el pasado fuese realmente lo que creemos que es, esto es, completo y cerrado, no sería terreno de tan vehementes discusiones. Ellos sugieren que todos nuestros actos de comprensión son muchos re-comienzos, re-iteraciones de sucesos que aún no han terminado. Cada uno de nosotros es, queriéndolo o no, el iniciador de eventos en Hûrqalyâ, tanto si acaban abortados en su infierno como si dan fruto en su paraíso. Mientras creemos que miramos a lo que ya es pasado e incambiable, estamos en realidad consumando nuestro propio futuro. Nuestros autores nos mostrarán cómo toda una región de Hûrqalyâ está poblada, post mortem, por nuestros imperativos y deseos –es decir, por aquello que dirige nuestros actos de comprensión y comportamiento.
[...]
Todo es extraño, dicen nuestros autores, cuando uno pisa esa Tierra donde lo imposible es de hecho realizado. Pues todas nuestras construcciones mentales, todos nuestros imperativos, todos nuestros deseos, incluso el amor que tan consubstancial es para nuestro ser –todo eso no sería más que una metáfora sin el intra-mundo de Hûrqalyâ, el mundo en el que nuestros símbolos se vuelven, por así decir, literales. Marzo de 1960.

Así es como el erudito Henry Corbin –experto en misticismo islámico y persa –finalizó el Prólogo de su obra Cuerpo Espiritual y Tierra Celeste; una maravillosa investigación y deliciosa lectura que pretende ser simplemente una pista, no un mapa. Apunta a una dimensión de la vida que supera toda ficción, y que aún así es imaginal, o como decían los sabios del Renacimiento, imaginatio vera, imaginación verdadera. Una facultad interior que está esperando crecer en nosotros, pues como decíamos en los artículos anteriores, perdimos la conexión con el Alma y el Espíritu (Psychê y Pneuma). 
Henry Corbin escribe en el Prólogo –siguiendo la tradición del filósofo y poeta persa Sohravardi, que se remonta a figuras como Zoroastro y Empédocles– que nuestra percepción ha de experimentar una progressio harmonica, análoga al proceso de escuchar una misma melodía en dos octavas diferentes, una más sutil que la otra. Y no es una actividad intelectual, sino "música en nuestro ser". 
El corazón, la mente y el cuerpo necesitan ser musicalmente alimentados sintiendo arquetipos primordiales. Con la afinación correcta, un eco podría oírse dentro. Y nadie nos puede convencer entonces de que esta realidad sensorial que vemos es todo lo que hay, pues la realidad no yace en creencias, ni en percepciones vagas, ni en libros. Cuando un eco de la realidad alcanza el corazón, nuestras acciones y experiencias, el sufrimiento y belleza que sentimos, son inmediatamente elevados a otro nivel, a una octava superior, pues nuestras experiencias no son simplemente nuestras; todo lo que vemos y sentimos aparece como una manifestación sagrada de la Vida Verdadera, incluso el sin-sentido, las rocas, los árboles, los pájaros...todo forma parte de una Historia del Alma, y el papel que desempeñamos en ella depende de nosotros. ¿Qué lugar elegimos en ella entonces? Un laborioso viaje prosigue; aún queda un enorme Trabajo por hacer.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Alineación Interior

Foto tomada de la página http://www.grahamhancock.com/forum/CarlsonR2.php


El solsticio de invierno ha llegado, y esta vez trae consigo un curioso evento que puede perfectamente ser interpretado como punto de referencia para el trabajo interior.
Treinta y seis son aproximadamente los años que el sol se está tomando para cruzar –no literalmente– el famoso centro galáctico de la Vía Láctea –hecho que sólo ocurre cada 26.000 años (un Gran Año Platónico). Dicho abombamiento central, visible a simple vista sobre un cielo nocturno no contaminado, era venerado por muchas culturas antiguas, por razones que tal vez no estamos preparados para comprender del todo.
El centro galáctico es probablemente lo que en la tradición Hindú y Judeocristiana recibe el nombre de Trono de Dios, fuente de poderosas influencias que regula el reloj de las Edades Cósmicas, como bien explicó el sabio Swami Sri Yukteswar en su obra La Ciencia Sagrada. 
Según ese Reloj, nuestro sistema solar ya habría dejado atrás un oscuro Invierno Cósmico y actualmente retorna hacia su estrella contraparte, experimentando un Otoño Cósmico (Edad de Bronce para los Griegos).
Interesantemente, nuestro sistema solar lleva   alineado con el centro galáctico más de una década, y continuará así por varios años. Es más, durante el presente solsticio invernal, el sol aparece  danzando justo en alineación con el "centro exacto". 
Ahora, hay que tener en cuenta que la aproximación más cercana –literal– a dicho centro no tendría lugar hasta dentro de varios miles de años, cuando nuestra estrella se encuentre con su contraparte, según Sri Yukteswar.
De momento parece que estamos a mitad de camino. E independientemente de que el alineamiento del presente solsticio implique o no alguna influencia magnética relacionada con el ciclo solar, este fenómeno anticipa nuestro Destino esencial y puede ser visto como un recordatorio de la conexión con la Fuente. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que escuchando a nuestro corazón silencioso?
En la Orden Sufí Mevlevi, los derviches giran y giran como galaxias, hasta que una fuerza superior toma el control de sus cuerpos y su consciencia se funde con el "misterioso centro de gravedad". Algo similar sucede cuando tocamos música profunda y la escuchamos, en un estado adecuado de receptividad, a modo de oración:


martes, 11 de diciembre de 2012

Asociaciones sin Luz



El siguiente texto complementa al anterior, siendo un resumen conciso de un curioso fenómeno psicológico,  una raíz esencial de la “mecanicidad” que rompe la conexión con la conciencia moral y la consciencia universales, generando así las manifestaciones “sin espíritu” de la sociedad moderna, tanto en el arte, las relaciones personales como en otros ámbitos sociales. Algo a ser observado en diferentes situaciones de la vida cotidiana: 
¿Han tratado ustedes alguna vez de observarse mentalmente cuando su atención no está concentrada en algún problema determinado? Supongo que la mayoría de ustedes están familiarizados con esto, aunque tal vez sólo unos pocos lo han vigilado sistemáticamente en sí mismos. Sin duda, ustedes se han dado cuenta de nuestro modo de pensar por asociaciones casuales, cuando nuestro pensamiento ensarta escenas y memorias desconectadas, cuando cada cosa que cae dentro del campo de nuestra conciencia o apenas la toca ligeramente, hace surgir en nuestro pensamiento estas asociaciones casuales. 

La cadena de pensamientos parece continuar sin interrupción, entretejiendo fragmentos de representaciones de percepciones anteriores, tomadas de diferentes grabaciones en nuestra memoria. Y estas grabaciones giran y se desenvuelven mientras nuestro aparato pensante teje hábil y continuamente los hilos del pensamiento de este material. Las grabaciones de nuestros sentimientos giran del mismo modo; agradable y desagradable, alegría y tristeza, risa e irritación, placer y dolor, simpatía y antipatía. Al ser alabado usted está contento; alguien lo regaña y su humor se echa a perder.

Algo nuevo capta su interés e instantáneamente le hace olvidar lo que tanto le interesaba el momento anterior. Gradualmente su interés lo amarra a esta nueva cosa, hasta que se hunde de pies a cabeza; de repente ya no la posee, usted ha desaparecido, está amarrado y disuelto en esta cosa; de hecho ella lo posee, lo ha cautivado; y esta infatuación, esta capacidad para ser cautivado, bajo muchos diferentes modos, es una característica de cada uno de nosotros. Esto nos amarra y nos impide ser libres. Por lo mismo nos quita nuestra fuerza y nuestro tiempo, dejándonos sin posibilidad de ser objetivos y libres: dos cualidades esenciales para quien decide seguir el camino del conocimiento de sí.

Debemos esforzarnos por la libertad si nos esforzamos por el conocimiento de sí. La tarea de un más amplio conocimiento y desarrollo de sí es de tal importancia y seriedad, demanda tal intensidad de esfuerzo, que es imposible intentarla descuidadamente y en medio de otras cosas. La persona que emprende esta tarea debe darle preeminencia en su vida, la que no es tan larga para permitirle el malgastarla en trivialidades.
(Perspectivas desde el Mundo Real, G.I.Gurdjieff, Al hablar de diferentes materias, Sección II)

Al oír tales cosas uno podría verse inclinado a pensar que la cadena de asociaciones habituales (placer-displacer, satisfacción-irritabilidad...) es aleatoria o incluso innecesaria. Pero eso no sería del todo cierto.
En primer lugar, la cadena de asociaciones psico-físicas es necesaria para el flujo de la Vida en general (hasta el ADN es una secuencia o cadena asociativa). 

Ahora, el punto clave es que nuestra "falta de quietud y atención a la vida en bulle dentro y fuera desencadena asociaciones mecánicas que nos hacen errantes, miserables y destructivos.


Por contra, la atención abierta nos devuelve al centro de gravedad del Corazón, limpiando el cerebro y promoviendo asociaciones más armoniosas, llenando nuestro ser de auto-conocimiento, agradecimiento, claridad y  amor por lo eterno.
Ciertamente, hay una cualidad innecesaria, frenética y caótica en muchas asociaciones psicológicas, como ésas que insanos medios de comunicación promueven a través de mórbidas noticias inconexas, anuncios, películas, comida envenenada y otros productos que crean adicción y bajas pasiones. Suficientes elementos para ver cuán hondo es el hoyo que la humanidad cava para sí.
Con todo, el caos asociativo no es completamente caótico –valga la redundancia–, pues parece haber una “pauta en la ilusión”. 

Este aspecto aparece reflejado en la imaginería antigua, como en el Océano de Leche removido por dos grupos de deidades –ángeles y demonios– que permanecen a ambos lados del Axis Mundi, tirando de la Serpiente, la Energía Cósmica que mantiene a todos los opuestos encadenados, como Afrodita hiciera para los griegos.


También ha habido sabios que mostraron los Pilares de la Ilusión, como el mismo Jesús, que eliminó la Dualidad en la cruz, rasgando el velo que separa la Luz del mundo de la carne.  O el mismo Buda, y su enseñanza sobre las Cuatro Nobles Verdades, así como el surgimiento co-originario de las Doce Causas de la Existencia.
Decían los griegos que "lo igual atrae a lo igual". Así pues, todas las asociaciones están encadenadas por "afinidad".  

Con lo cual, somos responsables de las mismas, ya que la decisión de no alimentar asociaciones envenenadas que conduzcan al sufrimiento y al apego es nuestra. Así como la de fomentar asociaciones no contaminadas. Bajo las "condiciones adecuadas", hasta las cadenas del espectáculo cósmico podrían ayudar a liberarnos. 

Aunque, en cualquier caso, la cadena de asociaciones ha de ser transcendida, parcial o totalmente, para que la paz silenciosa inunde el corazón y la Luz de la Inteligencia brille por sí misma.


 ¿No es ésa la meta del verdadero arte? ¿No es éste el propósito de la meditación y la reflexión? ¿No es este “cultivar sanidad en medio de lo insano” una de las tareas de la  humanidad moderna?
La próxima vez abriremos una nueva ventana para descubrir si la música puede realmente purificar las asociaciones internas y conectarnos de algún modo a la Fuente.

sábado, 1 de diciembre de 2012

¿Con alma o sin ella?





Anticipando una serie de regalos navideños, aquí viene un amargo shock que sirve de contrapunto del artículo anterior sobre la psicología neoplatónica, y tal vez nos ayude a dar por sentado “ideas sublimes” cuando nuestro mundo interior es todavía un zoo, un campo de batalla de la Primera Guerra Mundial, o algo peor:



Piensan que se necesita un "alma" y hasta un "espíritu" para hacer lo que hacen y vivir como viven. Pero quizá baste con tener una llave para darle cuerda a sus mecanismos. Sus diarias porciones de alimento los ayudan a darse cuerda y a renovar una y otra vez las cabriolas sin propósito de sus asociaciones. De este conjunto de materiales se seleccionan pensamientos separados y ustedes intentan conectarlos como un todo y pasarlos como valiosos y como propios. También escogemos sentimientos y sensaciones, estados de ánimo y experiencias, y de todo esto creamos el espejismo de una vida interior, nos llamamos a nosotros mismos seres conscientes y racionales, hablamos de Dios, de la eternidad, de la vida eterna y otros temas más elevados; hablamos acerca de todo lo imaginable, juzgamos y discutimos, definimos y evaluamos, pero omitimos hablar sobre nosotros mismos y sobre nuestro propio y verdadero valor objetivo, porque estamos todos convencidos de que si algo nos hace falta, lo podemos adquirir.
Si en lo dicho he podido aclarar aunque sea en pequeño grado el caos en que se encuentra el ser que llamamos hombre, les será posible contestar por sí mismos a la pregunta de lo que le falta y de lo que puede obtener si permanece como está, y qué de valor puede agregar al valor que él mismo representa.
Ya he dicho que hay gente hambrienta y sedienta de la verdad. Si examina los problemas de la vida, y es sincera consigo misma, pronto se convencerá de que no es posible vivir como ha vivido y ser lo que ha sido hasta ahora; que es esencial una salida de esta situación y que un hombre sólo puede desarrollar sus capacidades y poderes latentes limpiando su máquina de la suciedad que la ha obstruido en el curso de su vida. Pero para llevar a cabo esta limpieza en forma racional, él tiene que ver lo que necesita limpiarse, dónde y cómo; aunque ver esto por sí mismo es casi imposible. Para poder ver cualquiera de estas cosas uno tiene que ver desde el exterior, para lo cual se necesita de la ayuda mutua. (Perspectivas desde el Mundo Real, G.I. Gurdjieff, Al hablar de diferentes temas, Sección II)
¿No hay cierta sintonía entre estas conclusiones y lo que oímos decir a Plotino en el anterior artículo? Si recordamos, el "hombre ordinario" al que se refirió Plotino está desconectado de su "centro de gravedad". Y la consecuencia inmediata es que es zarandeado por todo estímulo ciego, convirtiéndose, como describió Gurdjieff, en un "autómata animado", una marioneta movida por los caprichos de un titiritero, en vez de un hombre guiado por la Inteligencia.
Aunque Plotino básicamente se centró en la metafísica y el nivel de la theoría, que en griego significa “contemplación divina”, del verbo theorein, contemplar divinamente – una actividad que aún está muy lejos de nosotros.
En cambio, Sócrates y otros maestros, incluido Gurdjieff, prefirieron ayudar a la gente a desenmascarar las contradicciones interiores sin piedad, pues ese es el paso esencial, sin el cual, nada importa.
 Esta transparencia es normalmente indigerible cuando damos por sentado cosas que no se nos ofrecen de modo completo. Hay, qué duda cabe, “substancias materiales” y “funciones psicológicas”; vamos incluso a aceptar una “chispa divina enterrada” que explique el origen de la consciencia, la voluntad, y sentimientos superiores como la compasión. Ahora, si no trabajamos con todo ello de modo adecuado, entonces, ¿qué clase de conexión podríamos tener con un supuesto Espíritu Divino o incluso una Psychê? 
Los cierto es que no se necesita un “intelecto divino” para manifestar negatividad y cultivar la auto-indulgencia como salvajes. Los animales se acercan, pero sólo porque no tienen más remedio. En cambio, los autómatas animados lo hacen mucho mejor, como demuestra esta “carnicería progresista” llamada "avanzada sociedad moderna", donde hasta el arte, la comida y las relaciones humanas han perdido el alma.
  Limpiar la casa interior y consolidar la conexión con lo Superior solía implicar la idea de “creación de un alma”, al menos desde los tiempos más tempranos de la civilización Egipcia, cuando los sacerdotes enseñaban acerca de la unión del espíritu-voluntad-consciencia, o Ka, con el cuerpo de rasgos y experiencias personales, el Ba, para así forjar un navío que pudiese cruzar la vida y el más allá sin ser devorado por la Naturaleza. Es así como el espíritu puede retornar a su morada en las estrellas y no ser atraído hacia niveles inferiores llenos de sufrimiento. 
Los griegos y cristianos heredaron esta doctrina; pero fue olvidada, como todo lo importante. En cualquier caso, de ella puede deducirse que sin un fuerte “lazo”, la chispa divina que portamos como tesoro, volará lejos y tal vez prosiga su viaje en alguien que respete lo que realmente importa, o simplemente retornará a una Fuente. ¿Tiene sentido?
Una cruda y honesta mirada a nosotros mismos es necesaria pues. Veamos si somos capaces de presentar fragmentos en futuros artículos. El final del 2012 demuestra ser bastante intenso. 


jueves, 1 de noviembre de 2012

Gravitando


El auto-conocimiento revela al Alma [psychê/ facultad emocional y de pensamiento] que su movimiento natural no es una línea recta, sino circular, como en torno a algún objeto interno, alrededor de un centro, el punto al que debe su origen. Si el Alma sabe esto, se moverá en torno a ese centro desde el que emergió, se aferrará a éste, en comunión con él, y de hecho todo alma debería, pero sólo las almas divinas lo hacen. Éste es el secreto de su divinidad, pues la Divinidad consiste en estar unido al centro. Aquello que se retira de éste, se convierte en un hombre ordinario o un animal (Plotino, Enéada VI, 9, Nota: adaptado desde la traducción de Elmer O´Brien).
 ¿Queremos ser verdaderamente humanos? ¿Cuál es ese "centro de gravedad"? ¿Cómo encontrarlo? ¿Qué papel debe jugar en nuestra vida diaria?
 Tan distraídos tendemos a estar en el día a día, que pasamos por alto un flujo de riqueza interior que responde muchas preguntas sin resolver. Cuando uno vuelve la atención hacia el propio cuerpo, la percepción e interior durante el día, advierte que el cuerpo tiene tensiones innecesarias, el corazón se contrae a veces, llenándose de ansiedad y negatividad, mientras que la mente tiende a tener aversión hacia el malestar, las circunstancias desagradables de la vida, ciertas manifestaciones de otras personas, y así sucesivamente. Sin embargo, todo ello en su conjunto, parece ser parte de un movimiento, un anhelo de algo que rara vez se encuentra, porque la mente-mono no es lo suficientemente paciente para observar en silencio, sólo salta de aquí para allá y de allá para acá, saturada de ruidos.
 Aquellos que creen que el mundo del ser se rige por suerte o por casualidad, y que depende de causas materiales, están más alejados de lo divino y de la noción del Uno. No se trata de personas como éstas a las que nos dirigimos, sino a aquellas que admiten la existencia de un mundo distinto del corporal y que por lo menos reconocen la existencia del Alma [psychê, como fuente del cuerpo]. Estas personas se deben aplicar al estudio del alma, y aprender entre otras cosas, que procede de la Inteligencia [la auto-contemplación del Noûs o Mente Superior] y alcanza la virtud, al participar de la razón [lógos] que procede de la Inteligencia. A continuación, deben darse cuenta de que la Inteligencia es diferente de la nuestra facultad de razonamiento [el pensamiento discursivo], que el razonamiento implica, por así decirlo, pasos independientes y movimientos. Deben ver que el Conocimiento consiste en la manifestación de las formas racionales [Eide, Ideas] que existen en el Alma y le llegan desde la Inteligencia, la fuente del Conocimiento. Después de que uno ha contemplado la Inteligencia, (...) hay que pensar en ella como un movimiento sereno y firme, que abarca todas las cosas y es todas las cosas (...) el reino inteligible, se encuentra cerca del Uno (...) Sin embargo no es el Supremo porque no es ni uno ni simple (Enéada VI, 9. Nota: el subrayado y paréntesis son nuestros).

 Este texto de Plotino podría parecer una confusa manifestación de "misticismo racionalista", sin embargo, capta detalles que pueden arrojar luz sobre la riqueza de nuestro mundo interior. Rara vez cuestionamos nuestros "valores", "pensamientos" y "sentimientos", preguntándonos de dónde vienen. Algunos incluso han llegado a creer que las Ideas sutiles como "Vitalidad", "Luz", "Ser", "Belleza", "Justicia", "Unidad", no son más que un producto conceptual del cerebro, cuando la verdad es que son cualidades reales que pertenecen intrínsecamente a un nivel más sutil del que tanto el amor consciente y la psique como el cuerpo emergen, de donde todo fluye, desde el último Big Bang. 
Sin embargo, como señala Plotino, la Luz-Inteligencia, no es, en modo alguno, el Uno hacia el cual gravitan todas las cosas, a pesar de que algunas tradiciones duales parecen creerlo así. "El Bien Supremo", "El Uno más allá de la unidad", "la Senda sin Senda", sigue siendo el mayor logro, o mejor dicho, el más grande y misterioso "no-logro". Pero dejemos eso para reflexionar. Seguro volveremos a ello en un futuro post sobre la No-Dualidad. Mientras tanto, ojos vueltos al cuerpo y al alma juntos.
(Alguien interesado en textos jugosos de Plotino podrá hallarlos en la compilación The Essential Plotinus, con traducciones de Elmer O'Brien).

lunes, 1 de octubre de 2012

Observador espontáneo


¿Estamos criando una generación de hombres y mujeres que no son conscientes de que la mente tiene el poder de separarse de sí misma y ser libre de las adicciones, hábitos, el condicionamiento, el pensamiento automático que acaece en gran parte de nuestras vidas?
  Ésta es una pregunta que el profesor Jacob Needleman lanzó en una de sus presentaciones del libro Why Can´t We Be Good?, con respecto a una constatación psicológica importante que podemos resumir del siguiente modo:

 En una  de sus clases filosofía, Needleman había sugerido a sus estudiantes la tarea de tratar de constatar "estoy enojado", sin juzgar, cada vez que sintieran algún tipo de enfado. Y bien, al día siguiente les preguntó acerca de la tarea y sólo dos estudiantes la habían recordado. Uno de ellos la había interpretado erróneamente, mientras que el otro, una joven de rasgos orientales, aprendió algo y lo describió muy bien:
  Ella había ido a una tintorería para recoger ropa, y al preguntar si ésta ya estaba lista, el dependiente, de malas maneras, contestó: "no, no está lista". Esta respuesta poco amable causó una reacción interna de enfado a la chica, ya que le habían dicho que la ropa estaría lista para ese día. Con todo, al instante "se vio a sí misma en ese estado negativo" y pensó:  "oh, esto debe ser a lo que el profesor se refería". Acto seguido se dio cuenta de que el acto mismo de “verse enojada” había "disuelto parte del veneno que el estado contenía". Así lo expresó ella; en otras palabras, el enfado ya no controlaba su mundo interior. Finalmente, ella salió de la tienda con un sentido inusual de la libertad interior.
  Este es sin duda un estado reconocido por quienes están conscientemente involucrados en un proceso de auto-descubrimiento. Y a pesar de que es muy revelador, mostrando nuestra "constante identificación con delirios cotidianos", también tiene una cualidad muy elusiva; el acto de consciencia es en sí mismo tan sutil que nunca puede llegar a ser una "práctica" o un "hábito", y cuando tratamos de convertirlo en eso, quedamos atrapados en una nueva identificación. ¿Por qué? ¿Acaso se debe a la creencia de que la persona que creemos ser puede realmente hacerse consciente por sí sola? ¿Creemos que la consciencia es algo que podemos poseer de la misma manera que tenemos zapatos? ¿Qué es esa tendencia a controlar incluso lo que puede hacernos libres? ¿Qué nos puede hacer más espontáneos?
  Parte de la respuesta radica probablemente en todas estas mismas preguntas, pero el problema parece ir más allá de eso. Haciéndonos eco de Empédocles, nuestro ser es una semilla que ha de crecer y extender sus raíces hacia las profundidades de la realidad, la cual contiene todo, incluso el cuerpo y la mente. Por tanto, mientras sigamos experimentando la vida desde el nivel de la mente ordinaria y el cuerpo, jamás seremos verdaderamente libres. La semilla necesita agua para crecer. 
Enlace a la presentación de Dr.Needleman antes mencionada:

domingo, 26 de agosto de 2012

La Muerte como Maestra

Es muy posible, en efecto, que pase inadvertido a los demás que cuantos se dedican por ventura a la filosofía [Amor a la Sabiduría] en el recto sentido de la palabra no practican otra cosa que morir y estar muertos. (Sócrates en Fedón 64 a, Platón).

Si tomo conciencia de la muerte en vida, la reconozco, la encaro de lleno, me liberaré de la ansiedad ante ella y de su mezquindad–y sólo entonces seré libré de ser "mí mismo". (Martin Heidegger)

Recordar que pronto estaré muerto es la herramienta más importante que jamás haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida, pues casi todo –todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el miedo a la vergüenza y al fracaso– todas estas cosas simplemente desaparecen al encarar la muerte, dejando sólo lo que es realmente importante. Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás al desnudo. No hay razón para no seguir los dictados del corazón. [...] Nadie quiere morir. Incluso aquellos que quieren ir al cielo no quieren morir para llegar allí. Aún así, la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de él jamás, y así es como debe de ser, ya que la muerte es la mejor invención de la vida; es un agente transformador de la vida; aclara lo viejo para abrir camino a lo nuevo. Ahora mismo lo nuevo sois vosotros [dirigido a estudiantes], pero algún día, no muy lejano, os habréis convertido en lo viejo gradualmente y desapareceréis. Disculpad el dramatismo, pero es que es muy cierto; vuestro tiempo es limitado. De modo que no lo malgastéis viviendo la vida de otro; no quedéis atrapados en el dogma, que es vivir con los resultados del pensamiento de otro; no dejéis que el ruido de las opiniones de otros ahogue vuestra propia voz interior. Y lo más importante, tened el coraje de seguir vuestro corazón e intuición. Estos seguramente ya saben lo que realmente queréis realizar. Todo lo demás es secundario. (Steve Jobs, Discurso en Stanford, 2005) 

Hemos de intentar vivir nuestras vidas de tal manera que cualquier día pudiéramos decir: "Hoy puedo morir y no lamentar nada" [...] Intenten imaginarse a ustedes mismos en su última hora de vida en la tierra, de manera más o menos clara. Escriban una especie de guión de esta última hora, como si fuese el guión de una película. Pregúntense: ¿es así como quiero disponer mi vida? Si no están satisfechos con la respuesta, reescriban el guión hasta que les guste. [...] Para comprender las posibilidades reales de este mundo, es necesario encontrar aquello que podemos alcanzar en este mundo que será de utilidad en el Mundo Real" (extractos de La Última Hora, discurso de G.I.Gurdjieff).

Cada uno de aquellos desafortunados [los humanos], durante el proceso de existencia, debería sentir constantemente y ser consciente de la inevitabilidad de su propia muerte, así como de la muerte de aquellos sobre los cuales sus ojos o atención descansan. Sólo semejante sensación y conocimiento puede destruir ahora el egoísmo completamente cristalizado en ellos –que se ha tragado toda su Esencia–, así como esa tendencia a odiar a otros que fluye de dicho egoísmo. (Del Todo y De Todo, G.I.Gurdjieff).

Estas palabras no necesitan explicación. Aún así, el darse cuenta de nuestra finitud existencial normalmente genera dos actitudes distintas:


Cuando uno hace un esfuerzo para superar la inercia de la semi-consciencia, luchando por recordar y sentir la inevitabilidad de la propia muerte, esto genera un "stop psicológico", un "re-inicio vital" desde el cual pueden tener lugar acciones puras –no meras reacciones–, como si se nos diese una nueva oportunidad de pasar página y comenzar a escribir sobre un papel en blanco, de manera que nuestra vida se acerque más, desde ese mismo momento, a la transparencia y perfección del Ser.

Sin embargo, es también chocante ver que mucha gente, por no decir la mayoría, adopta una postura radicalmente opuesta. Tan pronto como recuerdan, más o menos, el hecho de que van a morir, se ahogan en un miedo irracional y comienzan a pensar en todas las formas posibles de satisfacer el mayor número de caprichos insignificantes, siguiendo la máxima "comamos y bebamos, que mañana moriremos". 

Esta última actitud parece estar directamente relacionada con ese estado de "vaciedad interior", "tristeza" y "decepción" que todos los humanos experimentan cada vez que "decidimos" cerrar la puerta a esa apertura que revela quiénes y qué somos en cada momento.

Bajo esta luz, la muerte humana apunta hacia nuestro verdadero potencial y Esencia, sugiriendo las posibilidades de "ser" y de "no ser". 








martes, 31 de julio de 2012

¿Por qué es necesaria una crisis?

Cualquier forma de experimentación está exhaustivamente condicionada por una experiencia previa de su contraste o contrario (...) Ningún ser vivo será por tanto capaz de experimentar algo sin haber experimentado su opuesto de antemano. (LB 1, 35)

Sin el sufrimiento ningún individuo podría mantenerse en una existencia eterna. Ningún ser podría ser arrancado jamás del mal camino, sino que seguiría yendo por él, lo cual a su vez sería sinónimo de un silencio eterno, porque sin sufrimiento no habría ningún contraste con respecto a la vida, y sin contraste no habría ninguna manifestación, ningún cambio hacia la perfección, ninguna evolución, ninguna experimentación de la vida, sino que un equilibrio absoluto impediría toda forma de movimiento. Una muerte eterna dominaría la vida. Pero gracias al sufrimiento, lo contrario es un hecho. La vida domina la muerte y el sufrimiento es una bendición divina. El sufrimiento muestra el camino hacia Dios, hacia la Verdad, hacia la vida. (LB 1, 86)

Esta "lucha por la vida", o este esfuerzo siempre creciente del hombre para someter y dominar las energías desagradables de la naturaleza, se conoce en la vida cotidiana con el nombre de "evolución". (LB 1, 5)

`¿Cuánto tiempo va a seguir revelándose la verdad eterna?´
Y la respuesta es:
`Hasta que no haya más velos alrededor de la verdad.´
Y entonces se puede preguntar de nuevo:
`¿Cuándo no habrá más velos alrededor de la verdad?´
Y la respuesta es:
`Cuando la facultad de percepción del individuo esté tan adelantada en su desarrollo que esté en condiciones de experimentar como un hecho real que "todo es muy bueno". (LB, 28)

Los seres descubren a veces que mucho de lo que creían que era obra del diablo es en realidad obra de Dios. (LB, 26)

Esto son extractos del Tercer Testamento, Livets Bog 1, magnum opus de Martinus (1890-1981), un más bien desconocido visionario danés. Accesibles de manera gratuita en varias lenguas: 




Él fue uno de los pocos que se dieron cuenta de la crisis global, cuando nadie hablaba de ella.

El mundo está en crisis porque nosotros, cada persona, está en crisis, no sólo económica, sino psicológica y espiritualmente. Los estados de agitación, malestar, confusión, son el sabor del "no alineamiento con la Verdad", y así, estos dan pie a las cuestiones:
¿qué significa estar alineado con la Verdad? ¿cómo podemos estar alineados con ella?

Tal es el propósito de nuestra búsqueda en la vida, donde el lado negativo también juega un papel. 

miércoles, 11 de julio de 2012

La Naturaleza de la Mente

Una historia cuenta que iba Buda una vez con su discípulo Govinda, paseando por la naturaleza, cuando preguntó: 
–Govinda, toma este cuenco y llénalo por favor de agua en el riachuelo que dejamos atrás hace un momento.
–Por supuesto maestro. Le traeré el agua.
Así pues, Govinda camina hasta el riachuelo, pero justo cuando se estaba agachando a recoger el agua, un hombre pasó con sus bueyes y el agua se enturbió. 
El discípulo, decepcionado, volvió a Buda y le dijo:
–Lo siento, pero el agua está ahora enfangada. 
–Ya veo, dijo Buda pensativo, y sabiendo que el agua del riachuelo provenía de un lago puro tras las montañas, añadió, en un tono firme:
–Pero Govinda, tengo mucha sed. Así que por favor, vuelve al río y consigue obtener agua limpia.
El discípulo obedeció sin rechistar, aunque confundido por la insistencia de su maestro.
Así que se sentó en la orilla, pensando en una posible solución. Y al cabo de un rato, mientras observaba el riachuelo atentamente, se dio cuenta de que el agua se hacía cada vez más clara, pues lo sedimentos y las hojas retornaban al fondo. 
Esto hizo que su corazón se iluminase, ya que comprendió la lección de su maestro, así como las palabras que le había dicho días antes:
"La Naturaleza de la Mente está siempre presente, clara y cristalina, pero de vez en cuando los pensamientos y emociones enturbian su superficie, hasta que estos se disuelven de nuevo por sí solos". 

martes, 26 de junio de 2012

La Contemplación en el Arte


No es difícil atisbar la diferencia entre una actuación musical o composición que provino del corazón silencioso y una que es resultado de una mente calculadora, enredada con "productos externos" tales como notas en un papel, ideas de moda, el deseo de agradar a los demás...
Pocos artistas y compositores tienen el coraje de reconocer que las mejores obras de arte no son "creadas" por ellos, sino más bien tejidas desde otro nivel de realidad más allá del "yo ordinario". El artista es un mero recipiente, mientras que el fondo crea con aquello que esté disponible, una actitud, la técnica de una persona...Pero parece que se ha de ser "activamente receptivo" para recoger influencias superiores.

Nosotros no hacemos nada, pero sin nosotros, nada puede hacerse (Jeanne De Salzmann)

Vale la pena mencionar un apunte de Mozart, quien dijo que su música se presentaba "completa" en su cabeza, antes de que se actualizase en instrumentos o fuera escrita en un papel.

¿Dónde tienen lugar la receptividad y acción creadora?

Hay un "silencio fluido y profundo" que no puede expresarse, sólo experimentarse. En él y desde él, logramos realmente lo que estamos destinados a ser. 

Al mismo tiempo, debido a nuestra condición desequilibrada, la búsqueda de este silencio es a la vez una exigencia y un reto. 

Escuchemos ahora una inspirada y libre interpretación del 2º movimiento de la Sonata mozartiana nº 12 (KV332), tocada por Friederich Gulda. Sus palabras al final son buenas para la reflexión. 



sábado, 2 de junio de 2012

Los Tiempos cambian, la Realidad permanece

El Universo rebosa de actividad. La vida es un fenómeno universal. Todas las cosas y todos los seres anhelan de un modo u otro lo Absoluto. Con todo, sólo aquellos que consiguen hacerse completamente auto-conscientes, transcendiendo la vanidad, el miedo y el egoísmo logran retornar a Eso de modo consciente. Ardua tarea, como descubriera Arjuna una vez. 

One cannot just jump to the Absolute; one must evolve towards it...

Uno no puede simplemente saltar a lo Absoluto; uno ha de evolucionar hacia Ello...


lunes, 19 de marzo de 2012

La Libertad, al inicio

Poco después de escribir el último post y subirlo, uno recibió un texto que refleja exactamente el mismo sentido de liberación que dicho post. Sorprendentemente, la fuente que lo envió no sabía nada acerca de este blog. Y como estas "coincidencias significativas" parecen inspiradas por una realidad más profunda y a menudo pueden darnos lecciones, he aquí el texto, siguiendo el hilo:

Pienso que es importante comprender que la libertad es al comienzo y no al final. Pensamos que la libertad es algo que debe alcanzarse, que la liberación es un estado mental ideal que se logra con el transcurso del tiempo, a través de varias prácticas; pero a mi modo de ver, esta visión es completamente errónea. La libertad no es para ser alcanzada; la liberación no es una cosa que se gana. Libertad, o liberación, es un estado de la mente que es esencial para el descubrimiento de cualquier verdad, cualquier realidad; por lo tanto, no puede ser un ideal; debe existir desde  comienzo. Sin libertad al comienzo no puede haber momentos de comprensión directa pues el pensamiento se vuelve limitado, condicionado. Si su mente se halla sujeta a cualquier conclusión, a cualquier experiencia, a cualquier forma de conocimiento o creencia, no es libre; y dicha mente no puede recibir lo que es Verdad. (Jiddu Krishnamurti. Traducción F.H). 


El término "libertad" es uno de los conceptos más tergiversados y mal empleados. Hay por supuesto muchos sentidos de libertad; la libertad pude ser física, biológica, psicológica, moral, social, política, e incluso metafísica si se considera que en el paso de la Nada al Big Bang intervino una Voluntad Suprema. 
Con todo, ¿no es el sentido "psicológico", o si se quiere, "espiritual", el que más nos ataña, por ser la raíz de nuestros comportamientos, y así, de nuestra comprensión de la vida? Incluso más que el sentido moral, ya que las creencias y costumbres sólo arraigan en nuestro ser cuando algo en nosotros "decide" darlas cabida. 
Ahora bien, tendemos a creer que somos libres para pensar y vivir como queremos, ser lo que queremos, especialmente en las llamadas sociedades democráticas. Pero, ¿es eso cierto? ¿somos realmente libres de nuestros pensamientos, emociones y sensaciones? ¿cuánta "basura" condiciona nuestro comportamiento?
Lo cierto es que la humanidad se halla en un estado de "esclavitud interior" desde hace miles de años, desde que los procesos de destrucción se convirtieron en un hábito. Lo cual no es normal, dado que el ser humano tiene acceso a eso que se llama Inteligencia. 
Ahora, ya que dicha Inteligencia nos hace ver las cadenas que nos mantienen presos del sufrimiento, ¿por qué no hacer uso de ella? 
Ahí reside el significado de la enseñanza de Buddha, o Jesús, quien dijo aquello de La Verdad os hará libres. 





viernes, 16 de marzo de 2012

Paradoja de Liberación


Este segundo movimiento de la Tercera Sinfonía de Gorecki, un clásico de la música minimalista, rezuma una extraña cualidad de oscuros y claros contrastes, una quietud, intemporalidad y simplicidad que no son fáciles de hallar, ni siquiera de advertir, pese a inspirar un cierto sabor familiar.  Y esta aparentemente anecdótica impresión podría estar revelándonos algo más que lo que la mente pesada puede atisbar.
Un viejo proverbio dice que el camino espiritual es más difícil que caminar por el filo de una navaja. Con todo, también se dice que nada hay más natural y simple que estar en Camino. Cualquier cosa puede conducir a una trampa y cualquier cosa puede conducir a la Consciencia y Liberación.
¿No es esto lo que hace al viaje tan complicado y traicionero? 
Tal vez por ello es la vida humana tan errática y contradictoria, tan llena de oscuros y claros contrastes, maravillas y miserias que coexisten. Pero ¿cuál es la raíz de las caídas humanas? ¿acaso una percepción distorsionada de la Realidad, una falta de discernimiento? Y si es así, ¿pueden los conflictos internos, fuente de los externos, cesar con el atisbo de Aquello inefable y omnipresente de donde todo surge?

Los pensamientos de esclavitud y Liberación permanecen sólo en la medida en que uno se considera preso. Cuando uno se pregunta quién está preso, el Yo-Ser se revela eternamente alcanzado, eternamente libre. Cuando el pensamiento de la esclavitud cesa, ¿puede el pensamiento acerca de la Liberación continuar?
Si se dice que la Liberación es de tres tipos: con forma, sin forma y ambas, entonces déjame decirte que la extinción de esas tres formas de Liberación es la única Liberación.
(Ramana Maharshi, 39, 40. Cuarenta Versos Sobre La Realidad)