domingo, 6 de diciembre de 2020

La Neurosis Cósmica de los Dioses & la Constante Cuántica 137

 


 

Por curiosidad esta mañana consulté el diccionario para ver la definición que daba de neurosis y es muy exacta: un conjunto de trastornos emocionales y mentales que impiden percibir la Realidad y adaptarse a ella. Las cinco neurosis principales son: ansiedad, fobias, histeria, obsesiones y trastornos de personalidad.

Y encaja perfectamente no sólo con lo que vive el ser humano, sino muchos seres de este Universo, que es resultado de un viejo universo que se destruyó, como ya he comentado. Por eso todos los mitos parten de un caos primigenio derivado de la guerra de los dioses, luchas de Elohim contra Elohim, guerras Olímpicas, Gigantomaquias, Titanomaquias, etc. No es de extrañas que el viejo Heráclito dijera: la guerra es el Padre de todas las cosas.

En efecto, de todas  las cosas en un universo donde nada funciona como en el Kosmos Original, donde el Árbol de la Vida no tiene guerra ni muerte. Pero vayamos paso por paso.

La física modernos nunca ha sabido explicar por qué del caos surgió el orden. Sin embargo, los más renombrados físicos afirman que las constantes principales del Universo son tan exactas, que una pequeña variación haría imposible hasta la materia y la vida tal como la conocemos. Esto es así sobre todo con la Constante Fina 137, que es 1/137, es decir, un fraccionamiento.

Y este mágico número primo aparece por todas partes en la Naturaleza. Dicha constante integra las demás constantes principales: velocidad de la Luz, carga electrónica y constante de Plank, es decir, combina la Teoría de la Relatividad, la Física clásica y la Física Cuántica. Pero también el campo espiritual, pues el término Kabalah tiene un valor geométrico de 137, igual que cielo Yofiel, יופיאל,  el Mensajero del Séptimo cielo que según la Kabalah enseñó a Moisés. Yofiel en realidad significa Belleza de El, y la misma palabra contiene el término Phi, que simboliza la Proporción Áurea.

De modo que esto no puede ser casual. Pero sin ánimo de caer en misticismos, no es menos cierto que esa Constante Fina 137 es la clave de este universo fragmentado y oscuro, lo que hace que halla un límite exacto entre Luz u Oscuridad, una Dualidad calculada.

Es más, el físico Pauli, estudioso de la cábala, como tantos físicos teóricos, llegó a decir: “cuando me muera mi primera pregunta a lo Divino será: ¿cuál es el significado de la constante 137?” 

Y lo irónico es que el físico falleció en la habitación 137 de un hospital.

¿Pero qué clase de chiste macabro es todo esto?

Pues bien, lo cierto es que todo a nuestro alrededor y en el interior refleja algo interior, de nuestro alma, y nos habla de proyecciones de la mente fragmentada y partida en sujeto y objeto. Como dijo Kant: el sujeto pone al objeto. Algo que hoy la física denomina "el observador colapsa la función de onda". El observador es lo observado, dijo otro sabio.

Y esto se debe a una fractura o dualidad de consciencia, pues lo que vemos fuera o lo que medimos está aparentemente separado, incluidos los paquetes de energía o cuanta.

De hecho, si sumamos  los números de 137 obtenemos 11, que es un número de Dualidad (1+1=2), pero también el número de Sefirot o Esferas del Árbol de Vida tradicional cuando le añadimos Da´at, el Conocimiento intelectual, que no muestra el abismo de lo fractal, que es la ausencia de Conciencia Integral (Da´at Elyon).

Faltan de hecho dos sefirot más, el Yo (Any/Ena) que se desvela como Voluntad (Ratzon) orientada a un propósito/finalidad (yad, maturah), que en este universo es rescatar la Luz en la Oscuridad.

Por tanto, el 137 puede verse como el ocultamiento de esas sefirot y por tanto la necesidad de desvelarlas. No por casualidad Olam (Universo) se puede pronunciar Elem (Oculto), y con una Hei, es Almah, Doncella.

Ahora, esto nos lleva a comprender que originariamente, en el resplandor de la Luz infinita, hubo un Olvido y ocultamiento de la Voluntad de Amor y Conciencia, razón por la cual la energía de Vida fue secuestrada en y por los Seres que se olvidaron de la Fuente Original. Ellos construyeron su propio Mundo: el Árbol del Conocimiento de lo Bueno y lo Deficiente, es decir, el mundo en base a la Constante Fina 137.

Pero veamos cómo se explicó antiguamente por qué el primer universo entró en ocultamiento de la Luz y caos. Las pistas fueron dejadas en los mismos mitos que sabihondos cientificistas consideran fábulas.

De momento recordemos que en sus orígenes, el Dualismo Babilonio no estaba radicalizado, pues Zoroastro sugirió que cuando Ahura Mazao, el Dios de Luz bueno, envió sus Siete Espíritus (Amesha Spentas), entonces surgió su Opuesto Malvado, Angra Mainu.   

Sin embargo, ese dualismo babilónico se acentuó con el Zurvanismo, donde Zurvan, el Dios del Tiempo y Destrucción, es considerado eterno y existió desde siempre. De ahí derivó el Maniqueísmo, que tanto influyó en San Agustín, Padre de la Iglesia romana, cuya esencia es dualismo babilónico.

Desde entonces las religiones de libros considerados sagrados, como la Biblia y el Corazón, hablan de un Dios que crea el universo, al humano y le ordena dominar sobre seres de la tierra, el agua, el aire…Y cuando desobedece, castiga y destruye con temor. Tal es así, que hasta expulsa a Adam del Jardín y le pone ropajes de carne para que no sea un Elohim demasiad poderoso.

¿Y no encaja eso más con el viejo Dios del Tiempo, el Ouróboros, la Serpiente que se muerde la cola?

Incluso en el Zohar de la Sabiduría hebrea se dice que Ha Kadosh, el Santo, creaba y destruía mundos. ¿Pero cómo va a ser eso resultado de la Bondad y el Amor?

La misma Sabiduría hebrea enseña que los primeros mundos del Primer Universo se destruyeron por un exceso de Justicia (Din), pues hubo Elohim o Dioses Arquitectos que no supieron gestionar la energía con Amor, haciendo uso egoísta de energías creativas, y muchos simplemente se destruyeron. Es lo que llaman ratzon ha lekabel, voluntad de recibir, en vez de la  voluntad de dar, el potecial, ratzon ha yhie.

Pero a la par surgieron Jueces que velaban por el equilibrio de energías. Mas la Justicia es ciega, y sin Sabiduría, Comprensión y Conciencia, destruye, porque no conduce al Amor completo, sino a la ruptura del Septenario.

Esto lo vemos en la Madrastra naturaleza, cuyas criaturas se comen y despedazan entre sí. ¿Y de dónde vienen si no es de Arquitectos que están por encima en la Jerarquía alimenticia?

Todo lo que vemos en la tierra es sombra de dimensiones invisibles. Se nos habla por ejemplo de cuatro Jayot celestiales: el Toro se reflja en los animales como el ganado; el león ren los felinos y otros animales salvajes; el Águila en las aves; y el Hombre en los humanoides, terrestres y no terrestres.

Todos ellos en conjuntos son como el cuerpo, emoción, pensamiento y Consciencia del Universo. ¿Pero dónde están los anfibios y reptiles que representan los instintos nerviosos? ¿Acaso fueron esos seres expulsados por su rebelión? ¿Fueron el quinto querubín ungido que abusó de su Sabiduría, como cuenta Ezequiel 28? 

 No es nada descabellado viendo la cantidad de representaciones de seres serpentoides y anfibios que traen la civilización a la tierra. Muchos de los megalitos son preadámicos, previos al año 6000 a.E.C. Eso por no mencionar la Atlántida que describe Platón, gobernada por Poseidón.

Ahora, como dijimos al comienzo, hay una Neurosis cósmica, por lo que algunos sistemas solares y planetas se han desorganizado. Y este sistema solar mismamente se ha convertido en un manicomio y asilo dimensional de los que es difícil salir, a menos que comprendamos el Árbol de la Vida, donde las energías están armonizadas. Y esto lo enseñó el Maestro Yeshua.

Aunque siglos más tarde, el cabalista judío Isaac Luria propuso una comprensión muy válida también, hablando de la rotura de las vasijas o shevirat ha kelim, que se produjo en el Mundo Primigenio, el Olam ha Nekudim o Mundo de los Puntos, pues allí todos éramos como semillas de Luz. Pero no todo eran luz y semillas, ese mundo eran diez esferas que recibieron la Voluntad (Razton) y Luz infinita (Ayn Sof Aur) del Adam Kadmon, para desarrollarse dentro. Sin embargo, las siete esferas de realidad estallaron, incapaces de contener y compartir tanto Amor y Luz.  Y así surgió el Olam ha Tohu o Mundo abismal del caos.

Dichas 7 esferas de realidad se correspondían con el Alma emocional (6 Midot, Virtudes emocionales) y el Cuerpo (Guf en Malkut). Por eso en Génesis 36 se habla de los Reyes de Edom que perdieron sus esposas (cuerpos).

Jayim Vital, discípulo de Luria, enseñaba que esto fue un evento espiritual.
Sin embargo, no podemos pasar por alto que la séptima esfera era Malkut, y por tanto debía ser un mundo material más denso.

Y de todo esto deducimos que había arquitectos con diferente desarrollo almático y corporal, pero todos ellos estaban desconectados de la Mente Universal.

Por eso los Arquitectos de mayor rango reorganizaron ese caos en la configuración de los famosos cuatro mundos: Atzilut (Emanación), Creación/Proyección (Beriah), Formación (Yetzirah) y Acción (Asiyah).

La emanación tiene como finalidad reintegrar los átomos de luz perdida a la Realidad originaria del Adam Kadmon, donde la tríada de la Mente Cósmica (Keter, Jokmah, Binah o Maestría, Sabiduría y Comprensión) no está desligada de las Seis virtudes emocionales y Malkut.

Ahí tenemos por tanto la rearmonización del 137, que de estar fraccionado, en la constante 1/137, pasa de vuelta a ser reabsorbido en la Realidad no cuantificable, donde los límites entre Luz y Oscuridad desaparecen, y por tanto, la Neurosis cósmica también.


No hay comentarios:

Publicar un comentario