domingo, 15 de diciembre de 2019

Gestación del Alma Original vs Viejo Retorno Adámico





1.Caída y Retorno del Alma Adámica

A la hora de distinguir entre la Gestación del Alma con Personalidad Divina y el Alma fragmentada del Primer Adam, hemos de tener en cuenta que el Alma adámica está sujeta al Gilgul, la Rueda de retorno bajo condiciones de deuda y pago. En cambio, el Alma Divina es completa y perfecta, por lo que no está sujeta a contratos kármicos.

Recordemos que el la primera humanidad era un Nefesh Jayah o Alma viviente que se emergió en diferentes especies del Jardín del Edén, una dimensión astral. Eran razas humanoides con una extensa conciencia de Luz que les hacia ver el Universo de punta a punto, como enseña la Sabiduría hebrea. Mas como también se cuenta en los mitos Sumerios y el Libro del Génesis, el alma adámica coexistía –y seguramente también habitaba– con unas especies de orden serpentoide, la famosa Najash o Serpiente, o Nagas como les llaman en la India. 

No por casualidad se dice en Génesis 2 que Adam dio nombre a las especies que le fueron presentadas para ser pareja idónea (cuerpo adecuado), mientras que dar nombre en hebreo significa impregnar con una naturaleza. Pero Adam no halló ayuda idónea, es decir, los cuerpos animalescos anfibianos y de otra índole donde se encarnó no le eran adecuados para la evolución de conciencia, la rectificación de las pasiones, ya que su lado salvaje era más fuerte. 

De ahí el mito sobre Lilith, la primera esposa de Adam que fue separada de él –recuerden la famosa costilla de Adam removida. Más su espíritu salvaje continuó influenciando a la humanidad Adámica en forma de impulsos bajos.

En Génesis 3 se dice que Najash, las Nagas de la sabiduría caída, sugirieron a las especies adámicas mezclarse con el mundo 3D,  comiendo del fruto del Árbol del Conocimiento, que simboliza las pasiones y conciencia mundana del cuerpo físico. 

Así los humanos adámicos perdieron su acceso a la Conciencia Cósmica, el Árbol de la Vida, y al encarnar definitivamente en cuerpos animales fueron expulsadas del estado beatífico. Los Malakim o Seres guardianes pusieron barreras, como los Querubines, que simbolizan realmente los hemisferios del cerebro.

Su mezcla con el mundo físico generó nuevas especies que quedaron atrapadas en la 3ª Dimensión.

Y al principio esos descendientes del primer Adam tenían almas  capaces de combatir las fuerzas naturales como su padre adámico prometeico. Pero ellas también sucumbieron al orgullo. Y las catástrofes barrieron del mapa sus avances tecnológicos, como sucedió en la Atlántida. Entonces, después del Diluvio la misma Naturaleza sólo permitió encarnar a grados menores del Alma Adámica, porque sus antecesores habían olvidado su tarea de rectificación. Así el Nefesh u Alma adámica se dividió en tres grados de crecimiento: 

1) El Nefesh es un cuerpo vital de energía astral vinculado al bio-magnetismo de la sangre y determina cualidades físicas, como aspecto, salud de órganos, etc. En su estado bruto animal se conoce coo Nefesh behemot, pero puede elevarse al estado de Nefesh Elokit o divino.

2) El Ruaj es la Personalidad emocional, que surge cuando se une el nefesh con la la mente o neshemah.


3) El Neshemah o Soplo de consciencia intelectiva. 

Ciertamente hay un espíritu (ruaj) en el hombre, y el soplo (neshemah) de la Naturaleza Dadora (Shaday) le da entendimiento (Job 32:8).

Y estos tres grados de alma determinaron tres tipos de personas en la tierra. De ahí se dijo que tres fueron los Hijos de Noe: Shem, Ham y Jafet. 

De ahí la estructura trina de los profetas: Abraham, Isaac, Jacob;  Saul, David, Salomón, etc.

A estos tipos también se les conoció como alma hílica, de energía terrenal densa; alma psíquica, y  el alma pneumática o espiritual, de las cuales habló Valentín, sucesor de Teudas, discípulo de Shaul, Pablo.

Y lo que la Sabiduría hebrea quiso transmitir con las historias, es cómo los tipos de alma se fueron corrompiendo, entrando en ciclos de purificación y crecimiento dentro de la Rueda o Gilgul de la Naturaleza.

El verbo existencial [Yhvh], es tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos (Números 14:18)

Más  tarde veremos que los terceros y cuartos hacen referencia a grados del alma que entran por gestación, Ibur.
 
Ahora en este sistema de repetición, vemos que los hijos cargan con el pecado de sus padres, porque repiten las faltas de sus ancestros.

Sin embargo, las repeticiones no son infinitas. 

El alma (nefesh) que tropiece morirá; y el hijo no llevará los pecados del padre...(Ezequiel 18:20)

Una continua transgresión de las leyes planetarias les lleva a perder vitalidad y finalmente quedan atrapadas en una subrealidad, sufriendo en memoria sus pesares hasta que son disueltas y recicladas.

Y cada grado del alma se corrompe de modo distinto:

El bio-magnetismo del nefesh suele corromperse con la sexualidad incorrecta, la glotonería y las alteraciones genéticas.

El ruaj es el espíritu o personalidad emocional que se tuerce por medio de la Palabra perversa o sucesos negativos, y surge como emocionalidad violenta.

Y mi espíritu se angustió dentro de mí; se pasmó mi corazón (Salmo 143:4)

Crea en mí, Elohim, un corazón limpio. Y renueva un espíritu (ruaj) recto dentro de mí (Salmos 51:10)
 

Como ciudad derribada y sin muro es el espíritu del hombre que no tiene rienda (Proverbios 25:28)
 
Mientras que el Neshemah o soplo intelectual se puede contaminar con impresiones oscuras si se obscurece. De ahí lo dañino que es el cine violento, la música disoluta y pobre, como el reguetón, heavy metal, el rap…

Según la doctrina antigua, el Nefesh bio-energético es el templo donde tiene lugar la purificación, por medio de rituales y técnicas de mortificación o contemplación religiosa y meditaciones. Lo vemos en todas las religiones.
 
Y desde antiguo se piensa que el sufrimiento terrenal o post-mortem es como una purificación, un infierno parecido al Geinón, donde se quemaban las basuras en Jerusalén. Y sirve para corregir a las almas, lo cual no es necesariamente así, porque el sufrimiento a menudo hace que las almas se hundan más.

Es cierto que el cierto fuego espiritual puede purificar pero depende de la intención del trabajo.

En la enseñanza hebrea, a medida que las partes del alma se van limpiando de impurezas, pueden liberarse ayudando a otras partes a evolucionar. Y cada día mientras dormimos los átomos purificados del alma suben a la esfera limpia y bajan las impurezas para ser purificadas. Por eso las personas se sienten diferentes al levantarse por la mañana. 



                                        2.El Ibur o Gestación

Ahora, para comprender más a fondo cómo se purifica el alma según el viejo paradigma, debemos entender no sólo la reencarnación y trabajo interior de modo convencional. 

Hay otro proceso que fue aclarado por el cabalista Isaac Luria en el siglo XVI y lo mencionaba como Ibur o gestación. Se produce cuando una o varias almas en formación se unen a un alma que esté sufriendo gilgul o a una nueva, para ayudarla a evolucionar, como si fueran guías internos. Aunque al mismo tiempo evolucionan ellas mismas, viviendo sus mismas experiencias.
 
Un ruaj o personalidad emocional se puede unir a un nefesh para subirle de grado. Y un neshema o cuerpo mental se puede unir a un ruaj para elevarlo igualmente. 


Por eso muchas veces los recuerdos de otras vidas proceden de estas diversas gestaciones o Iburim, no del propio alma de la persona.

Evidentemente, esto se diferencia del Dybbuk, que es una posesión de una personalidad demoníaca. Se considera un regalo de Elohim para que un Alma pueda purificarse sin tener que reencarnarse.

Elohim redimirá su alma para que no pase al sepulcro, y su vida se verá en luz.  He aquí, todas estas cosas hace Elohim. Dos y tres veces con el hombre,  para apartar su alma del sepulcro. Y para iluminarlo con la Luz de los vivientes (Job 33:29)
 
Por supuesto, en este proceso de Ibur las almas avanzadas no están exentas de riesgo, porque se pueden contaminar y perder su rango espiritual. La oscuridad del mundo es muy grande: persigue la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y los cuartos...

 apartaos de las tiendas de esta gente perversa y no toquéis nada suyo para que no perezcáis (Números 16:26)

Según la Sabiduría hebrea una persona puede ser habitada por cuatro partes diferentes del alma adámica, una por Gilgul y otras tres en gestación o Ibur. Pero tienen que formar parte de la misma raíz, del mismo grupo álmico. Ahí entra la idea de las almas afines, almas hermanas.


En principio, hay almas mentales limpias que no tienen por qué vincularse a la persona, pero lo hacen para ayudar. En cualquier caso, las almas más evolucionadas, tienen la responsabilidad de hacer evolucionar a todo el grupo, especialmente aquellas que reencarnan o se gesta en una misma persona.

Esto se expresó como el hermano mayor que redime a los menores. Y se simbolizaba incluso con la Ley del Levirato, donde el hermano de un marido fallecido debía casarse con la viuda para darle un hijo y así permitir al alma del fallecido reencarnar en el hijo y seguir evolucionando por descendencia.

él redimirá la propiedad de su hermano (Levítico 25:25)

A esto se referían los fariseos al preguntarle a Yshua, quién de los 7 maridos fallecidos de una mujer iba a resucitar (ver Mateo 22). A lo cual respondió que en el retorno al estado original nadie se da en casamiento. Es decir, el Alma Divina no retorna para tomar cuerpos y pagar deuda, sino en todo caso para regenerar y reintegrar lo caído a la Vida. Pero eso lo veremos luego.


Sin embargo, en la Kabbalah judía se establece que el cuerpo en el que más se rectifican las partes del alma es el que resucita inmortalizado en el mundo Futuro u Olam Haba. Sin embargo, la cuestión sigue siendo, ¿con qué grado de vida y en qué Edén? Luego lo veremos.

En este tema entra también la cuestión de las Almas hermanas gemelas, que surgen cuando un mismo alma se encarna en dos personas de polaridades complementarias en todos los niveles (físico, emocional y mental). Sin embargo, no son necesariamente la pareja ideal, como muchos se piensan. Cuando las almas no maduran, un encuentro de almas gemelas puede ser tan destructivo como una guerra, porque cada una se ve reflejada en la otra, y al no reconocer sus propios defectos, los condenan en el otro. O bien hay atracción fatal que no comprenden ni saben cómo manejar. Pero eso ya es otro tema.



                  3.Octavas del Alma Adámica

Ahora, debemos comprender que el desarrollo de los grados del alma se produce cada siete años más o menos.

El Nefesh, ya sea viejo o nuevo, comienza su desarrollo en el útero hasta los siete años. Cuando los progenitors se unen, sus almas vitales se unen igualmente, dando lugar a un nuevo nefesh, que sirve de receptáculo al que viene por reencarnación.

Y al estar ambos mezclados, el propio Nefesh del niño tiene que separarse de la personalidad impuesta por el alma heredada biológicamente. Y ese proceso de separación debe afianzarse durante los primeros 7 años.   

Luego el Ruaj, la Personalidad emocional, comienza a manifestarse en general a partir de los 7 años, por medio de la acción de la Consciencia, Neshemah.
 
Y al llegar el niño/a hasta los 13 ó 14 años crece más la parte intelectual, por lo que puede comenzar la gestación o Ibur del Alma mental, el Neshemah. 

Por eso en el Judaísmo, hacia los 12 años de edad se prepara a los niños para el estudio de la Torah. Eso se ritualiza en el Bar Mitzvah o Hijo de la Unión a la Torah, y  para chicas el Bat Mitzvah. 

Aunque dentro de la religión es difícil un desarrollo adecuado, pues a menudo está constreñido por la vieja idea de señor y el siervo o vasija. Antiguamente se consideraba que la mente es el marido o señor del cuerpo. Y la Torah el propio contrato de matrimonio. ¿Pero cuáles han sido los frutos de todo eso? ¿No fueron el Primer Adam y Enki considerados Señor de la Tierra?

Anécdotas aparte, hacia los 21 años debería crecer la Comprensión divina con el Soresh Neshemah o Raíz del Alma. Y eso debería proporcionar una relación más consciente con el Ibur, que actúa como guía interno.

Aunque tengamos en cuenta que la gestación de los Neshemot puede ser para ayudar y purificarse, o sólo para ayudar.
 
En el viejo paradigma, el Ibur del Neshemah conduce a Nefesh Jayah, la Vida adámica donde se reintegran las tres partes, tal y como se daban en el Adam que habitó el Huerto del Edén. Por eso las enseñanzas de la kabbalah tradicional sugieren un retorno al estado del Huerto del Edén antes de la caída, lo cual se refleja en muchas religiones occidentales y orientales. En todas se habla de volver a un Cielo, Paraíso, Beatitud, en contacto con la Naturaleza... pero con un carácter muy terrenal, con mascota incluida.

El gran problema es que el viejo Jardín del Edén fue formado aún dentro de la Matrix electromagnética donde se produjo el engaño.

Y eso no es lo que enseñó el Mesías Universal cuando se expresó en Yshua.  Él más bien apuntó al Malkut ha Shamayim, un Jardín en el Árbol de la Vida, donde no hay Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal; un Edén más allá del engañoso Huerto del Edén.

Ciertamente, en la Kabbalah del Mesías, muchos reconocen que la evolución espiritual no es posible sin recibir el Alma adicional del Mesías. Sin embargo, se vinculan al viejo paradigma de la religión, que fue expuesto por el Mesías mismo en su primera aparición completa.



                   4.Gestación del Alma Divina
 
Abandonar el viejo paradigma de purifiación adámica implica crecer con la Conciencia del Mesías Universal, que forma una personalidad dadora de Vida.

El Primer Adam fue hecho Alma viviente (Nefesh Jayah) y el Último Adam un espíritu vivificante (Ruaj Jayah)–1ª Corintios 15
 
La Mente del Mesías se une al cuerpo de Vida original y a la naturaleza adámica caída, dando lugar a ese Espíritu puro, que armoniza a su vez el Alma adámica.

vosotros sois la Luz del Kosmos (Mateo 5:14)
 
Y esa Luz de Amor Vital original pasa igualmente por su manifestación y gestación en forma de Alma Embrión, Alma Bebé, Niño Divino, y finalmente Hombre Cósmico encarnado. 

Esto lo vemos en los Evangelios, comenzando por el pasaje del nacimiento del Mesías.

La conciencia embrión de Yshua comenzó a gestarse ya en el nefesh adámico generado en el útero de la madre, cuando fue fecundada por su esposo a nivel biológico. Y para formar un nefesh capaz de soportar ese alto nivel de frecuencia, tuvieron que ser espiritualmente muy avanzados. Presumiblemente, fue la madre quien le transmitió a su hijo la Conciencia de Israel que más tarde crecería como Verbo divino.

En cuanto al nombre Maryam, es simbólico y significa aguas amargas, porque el Alma divina se gesta en la oscuridad del mundo. 

Mientras que Yosef es la semilla de conciencia espiritual, pues en la tradición hebrea Yosef era hijo de Yakob/Israel, código para el Alma divina que se vuelve consciente de sí misma, iluminando las sombras astrales (Isis-Ra-El). Y al recordar el rostro de su padre, Yosef venció la tentación de la esposa del faraón.

Y al nacer el bebé con este embrión de conciencia, tuvo un desarrollo avanzado, haciéndose muchas preguntas.

Si no os hiciéreis como Niños no entraréis en el Malkut ha Shamayim o esfera del Alma Divina, dijo el Maestro.

En este sentido un Niño divino es que se hace preguntas con gran hambre de comprensión. El que ya no quiere la leche religiosa y cuestiona la realidad.

Curiosamente, en Lucas 2 se dice que Yshua desapareció un día a los 12 años de edad y fue hallado conversando con los doctores de la Ley, haciendo preguntas que les dejaban asombrados, lo cual indica que estaba muy avanzado en su proceso, con la raíz del Alma mental o Soresh Neshemah.

Sin embargo, a los 12 se le pierde la pista escrita, y no aparece hasta los 30 años, cuando comienza su misión en Israel. Hasta entonces seguramente estuvo con los Esenios y posiblemente en alguna tierra fuera de Israel. Pero todo son especulaciones.

Eso sí, tras el bautismo simbólico con Yojanan, sus acciones demostraron que era manifestación del Hombre Cósmico encarnado. 

Yo y el Padre somos uno (Juan 10:30)

Y en realidad lo que hizo fue marcar el propósito: 

Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:6)

Yshua comenzó redimiedo su nefesh adámico con la Vida sin mancha proveniente de la Fuente Original, cancelando toda deuda.

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre (Juan 3:14)

Los Israelitas habían elevado la vibración de su nefesh, armonizando la energía de la Serpiente. Pero Yeshua fue más allá, rebasando el grado de Moshe, y elevando también el Ruaj y el Neshemah. Así se simbolizó con Elías y Moisés a ambos lados del Mesías en el pasaje de
su transfiguración.

Y su misión era acelerar el proceso en todos los que le siguen.
 
destruid este templo y en tres días lo levantaré...pero él se refería al templo de su cuerpo (Juan 2:19)

El tercer día es el tercer milenio que comenzamos a vivir ahora, después de la llegada de la Cabeza hace dos mil años. Su cuerpo colectivo que se levanta son los Hijos de Adam que se convierten en Hijos del Bendito.

En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración/renacimiento (palingenesia), cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su esplendor, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel (Mateo 19:28)

Cada uno de los que estamos conectados a una Neurona de la Cabeza del Adam Primordial ayudan a levantar las neuronas de su plexo, e incluso las células de sus regiones procreativas en Yesod.
 
Y según la profecía estamos en el tiempo en que se manifestarán los Hijos Divinos.

Por tanto, los que hemos escuchado y comprendido, somos llamados a manifestar el Amor incondicional, la Vida ejemplar, la Conciencia y la Serenidad de la Personalidad Divina.

Y nadie dice que sea imposible alcanzar el grado de Adam Kadmon, o Yejidah, que viene después Jayah.

Algunos estamos trabajando para estabilizar el Ruaj Neshemah y manifestar el Ruaj Jayah, nuestra Personalidad de Vida divina, pudiendo sentir Yo Soy emanación del Bendito en todas las circunstancias. Y evidentemente, no es fácil porque hay muchos obstáculos. Pero hemos de aferrarnos al recuerdo de nuestro origen de Luz.


 Esto evidentemente puede tomar varias existencias, y del mismo modo que las viejas almas adámicas se vinculan por medio de Ibur a otras vidas, también hay un Ibur del Alma Divina, pero no está sujeto a deuda. En este caso los grados del Ser Divino hacen de guía interno, y se convierten en el crecimiento de nuestro Yo Real, el Ser Divino que eleva nuestra naturaleza caída, sacándola de toda repetición inútil.

Si estáis escuchando con interés es porque al menos tenéis un Neshemah o Mente consciente que os hace Niños divinos. Por tanto, todo es posible desde ahora.

Y recordemos que el menor en ese Reino de los Cielos o Alma Divina, será llamado mayor en la tierra, así lo dijo también Yshua. Por tanto, la responsabilidad aquí es mayor.

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