martes, 30 de junio de 2015

Consejos del Sentido Común


Para los que sepan, o quieran aprender inglés,
alguien ha subido una buena recitación,
con música del maestro armenio,
arreglada por su alumno Thomas de Hartmann.


La siguiente lista de 82 consejos apareció por primera vez en la autobiografía La Danza de la Realidad, de Alejandro Jodorowsky, director de cine y artista terapeuta.

Según nos narra el autor, estos consejos le fueron dados a conocer por una mujer apodada Reyna D´Assia, quien en el relato se presenta como hija de G.I.Gurdjieff, maestro armenio de danzas y desarrollo interior. 

Teniendo en cuenta el sabor novelesco y simbólico de muchos de los acontecimientos descritos, a veces es difícil separar la realidad factual de la realidad simbólica, al igual que en las  películas de Jodorowsky y la obra Encuentros con Hombres Notables, autobiografía del propio Gurdjieff.

A pesar de ello, estos llamados "mandamientos" que ella atribuye a su padre, parecen reflejar muchas de las actitudes del maestro armenio.

Merece bastante la pena meditar sobre cada uno de ellos, independientemente de la veracidad de la fuente y los eventos en que fueron supuestamente presentados.

Impulsan de manera casi abrumadora a vivir con un sentido común verdaderamente universal.

Reyna de Assia al habla:

Nos han maleducado, vivimos en un mundo competitivo donde la honestidad es sinónimo de ingenuidad. Tenemos que desarrollar ciertas buenas costumbres. Algunas de ellas parecen simples, pero son muy difíciles de realizar. Por creerlas nimias, no nos damos cuenta de que son la llave de la consciencia inmortal. Te voy a dictar los mandamientos que me enseñó mi santo padre: 

Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces. 

Termina siempre lo que comenzaste. 

Haz lo que estás haciendo lo mejor posible. 

No te encadenes a nada que a la larga te destruya.

Desarrolla tu generosidad sin testigos. 

Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.

Ordena lo que has desordenado. 

Aprende a recibir, agradece cada don. 

Cesa de autodefinirte. 

No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo. 

Ayuda a tu prójimo sin hacerle dependiente. 

No desees ser imitado. 

Haz planes de trabajo y cúmplelos. 

No ocupes demasiado espacio. 

No hagas ruidos ni gestos innecesarios. 

Si no tienes fe, imítala. 

No te dejes impresionar por personalidades fuertes.

No te apropies de nada ni de nadie. 

Reparte equitativamente. 

No seduzcas.

Come y duerme lo estrictamente necesario. 

No hables de tus problemas personales. 

No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos. 

No establezcas amistades inútiles. 

No sigas modas. 

No te vendas. 

Respeta los contratos que has firmado. 

Sé puntual. 

No envidies los bienes o los éxitos del prójimo. 

Habla sólo lo necesario. 

No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.

Nunca amenaces. 

Realiza tus promesas. 

En una discusión ponte en el lugar del otro. 

Admite que alguien te supere. 

No elimines, sino transforma.

 Vence tus miedos, cada uno de ellos es un deseo que se camufla. 

Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo. 

Vence tus antipatías y acércate a las personas que deseas rechazar. 

No actúes por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.

Transforma tu orgullo en dignidad. 

Transforma tu cólera en creatividad. 

Transforma tu avaricia en respeto por la belleza. 

Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.

Transforma tu odio en caridad. 

No te alabes ni te insultes. 

Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera. 

No te quejes. 

Desarrolla tu imaginación. 

No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido. 

Paga los servicios que te dan. 

No hagas propaganda de tus obras o ideas. 

No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatía, complicidad. 

No trates de distinguirte por tu apariencia. 

Nunca contradigas, sólo calla. 

No contraigas deudas, adquiere y paga enseguida. 

Si ofendes a alguien, pídele perdón. 

Si lo has ofendido públicamente, excúsate en público. 

Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos. 

No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú quien las enunció. 

No conserves objetos inútiles. 

No te adornes con ideas ajenas. 

No te fotografíes junto a personajes famosos. 

No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez. 

Nunca te definas por lo que posees. 

Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.

 Acepta que nada es tuyo.

Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus cualidades. 

Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.

No mires con disimulo, mira fijamente. 

No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida invadir toda tu vida. 

En el lugar en que habites consagra siempre un sitio a lo sagrado. 

Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos. 

Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer. 

Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz. 

No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle. 

Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia. 

Vive de un dinero ganado por ti mismo. 

No te jactes de aventuras amorosas. 

No te vanaglories de tus debilidades.

Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo. 

Obtén para repartir. 

Si estás meditando y llega un diablo, pon ese diablo a meditar... 




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