sábado, 29 de febrero de 2020

Claves del Sublime Ser Amor vs la Res de Babilo-Roma: Yhvhvhy



Como ya vimos la Llave de Conciencia que nos da acceso a las 6 virtudes del Alma divina: la misericordia, el buen juicio que nos hace emplear bien la  fuerza;  el sentido de armonía, proporción, que es la Belleza, lo cual nos ayuda a tener la compasión que comprende el propio dolor y el de los demás; la vitalidad que nos hace tener éxito, la consciencia que nos ayuda a vernos y mostrarnos como somos y la creatividad, la transformación de la energía.
 
Y hay otras tres virtudes, como la Fe, la Esperanza y el Amor. Pero sólo hay un estado de conciencia donde están integradas y armonizadas, y fue perfectamente expresado en diversos pasajes:

El asombro reverencial del Ser es Sabiduría y apartarse del mal inteligencia (Job 28:28)

Vivir la plenitud de lo que somos  con confianza o Fe implica percibir los matices sutiles en el vivir cotidiano. Por ejemplo, sentir el asombro ante lo sublime a cada momento, el Amor que fluye en la Vida luminosa, nos hace percibir otras cualidades, como la unicidad, la belleza, la gratitud, la humildad, la inmortalidad… Lo podemos percibir en un gesto de amabilidad, un niño entusiasmado, el agradecimiento a unos padres por toda una vida de aprendizaje…


Y sentirlo eso nos hacer sentir que somos destinados para ese momento, siendo y haciendo aquello que estamos destinados a ser y hacer, saliéndonos del sendero de la destrucción.

Ahora, esto se relaciona con lo que en un nivel bajo de conciencia lo suelen traducir como Temor del Señor, Yirat Yhwh. Algunos dicen que es temer ofender a Dios. Más cercano sería decir temer hacer daño a lo Divino que mora en nosotros y los demás, temer apartarnos del Amor. Pero como dijo el apóstol Simón, en el Amor no hay temor. Así que es más bien un sentido de asombro y  humildad reverencial que nos hace apartarnos de la destrucción. 

Y esto es parte de la esencia del Tetragrammaton. Sus cuatro letras, Yud, Hei, Vav, Hei reflejan los cuatro pasos de manifestación: intención, organización, formación emocional y manifestación. El Verbo divino hace real todo lo que toca, según la intención inicial.

No por casualidad se dijo: no tomarás el Nombre de Yhwh Elohym en vano (Exodo 20:7).

Y muchos se preguntan: ¿Qué nombre? ¿Nombre de quién? ¿Por qué no debe tomarse en vano?

Bueno, en hebreo un nombre, shem, no es una etiqueta que se pega sobre alguien, sino una vibración que determina la esencia de algo. Y Yhwh significa básicamente Ser pleno, pues viene de Hawa: existir y permutado da Hawayá: Existencia. Contiene de hecho las formas: Fue (Haya), Es (Hovve) y Será (Yihie). 


Quiere decir que Yhwh es siempre. Y eso es precisamente el significado de Amor, A-mort, ausencia de muerte, palabra que viene de las lenguas romances provenzales.

Y ser in muerte implica que es Vida, la cual se revela, cual Luz de Conciencia, lo cual conduce a la Serenidad sin tiempo. El Padre de Luces es sin sombra de variación, dijo Jacobo. De modo que la vibración de Yhwh es Yo Soy siempre inmortal y auto-subsistente, Fuente de todo Ser amante, viviente, luminoso y sereno. Por ello se le llamó Padre de Luces.

Y esas cualidades son Ser en sentido pleno. Incluso Pablo dijo a los griegos que los seguidores del Mesías Universal adoraban al dios desconocido, al que los griegos erigieron una estatua sin nombre. Y obviamente era el famoso Ser de los sabios helenos. El venerable Parménides, en el siglo V a.E.C, hizo un poema donde decía que lo único absolutamente real es el Ser uno y completo, mientras que lo que sentimos con los cinco sentidos es relativo porque se desvanece.

Y lógicamente Pablo añadió: en Él vivimos, nos movemos y somos…linaje suyo (Hechos 17:28).  
       
Y su Vibración de Amor y Vida de Luz serena no debe tomarse en vano porque cuando falta una sola de sus cualidades, Elohym, las fuerzas del Verbo Divino, surge la sombra de la Existencia Yhwh. De hecho, Hwh, Hoveh, significa ruina y calamidad.

Yo Soy Yhwh, el que genera la luz (electromagnética) y forma las tinieblas (Isaías 45:6-7). 

Por tanto, el mismo ocultamiento de Conciencia lleva a la Sombra de la existencia.

Por ejemplo, si hay Amor en nosotros pero no se manifiesta bien la Vida ni la Conciencia de Luz serena, surge un deseo insaciable que nos destruye, porque no se reconoce sí mismo. 

Si desarrollas lo que llevas dentro, los que llevas dentro te salvará; si no desarrollas lo que llevas dentro, lo que llevas dentro te destruirá (Evangelio de Tomás).

La Vida desconectada del Amor y la Luz serena, se vuelve Oscuridad dolorosa, rencorosa y agitada. 

La Luz sin Amor de Vida luminosa es un juego de luces y sombras, una simulación llena de caos y agitación, falsa Sabiduría y Conocimiento a base de datos externos.

Por otro lado, nadie ni nada existe aparte del acto de Ser. Hasta lo irreal parece real cuando decimos que es esto o aquello: siente Yo Soy oscuridad, y te harás oscuridad por momentos; siente Yo Soy débil, y te haces débil; siente Yo Soy en el Gran Yo Soy Pleno, y saborearás tu Ser divino, aunque sólo sea un destello. Comprende que tú no eres. Sólo entonces verás que Eres porque el Gran YO SOY es ti.

Antes que Abraham fuese: Yo Soy (Juan 8:58)

wLas mismas palabras Yo SoY, Seres y Somos son palíndromas, se leen igual al derecho y al revés. 

Ahora bien, cuando el Ser no es unívoco, sentimos Yo Soy en Orgullo, y nos vemos como algo separado desde la carencia, demandando algo: soy enfermo dame salud, soy superior, soy inferior, dame tu atención, soy pecador, dame perdón, soy víctima, dame cariño…

Y esa actitud nos convierte en objetos y no seres. Curiosamente, en latín cosa es res, y la misma sociedad trata a las personas como cosas, como a reses, ganado…

Esto viene del sistema babilónico que paso a Grecia y Roma, lo opuesto al Amor.

Sintamos pues Yo Soy Seres Somos, al derecho y al revés. 

El Ser es Uno y homogéneo expresó el poema del venerable sabio Parménides, al que nadie entendió.
Una verdad reflejada hasta en la oración hebrea más famosa:

Escucha Israel (Almas que vencen la oscuridad) el Ser Pleno (Yhwh Elohym) es un Ser Unicidad (Yhwh Ejad)–Deuteronomio 6. 

Precisamente, en hebreo Ahaba (Amor) tiene el mismo valor numérico que Ejad (Unicidad), y es 13, como el valor de Einai, que es Ser en griego. 

13 es la Semilla que contiene los 12 frutos del Árbol de la Vida; el Espacio que abarca las 12 aristas de un cubo…

Al sentir el espacio de plenitud que no rechaza, vemos que no es posible escapar a la Realidad Amante que abarca y conecta todo en Unicidad (Ejad) haciendo la Vida fluir hacia la Unidad (Yihud).
 
 Ya veremos cómo esto se traduce en la verdadera Fe y Esperanza, frente a las falsas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario