lunes, 25 de diciembre de 2017

Navidad: Nacimiento y Crucifixión del Adam Luciférico

Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal

Dicen que el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones. Y es cierto, pues cuando elegimos lo que parece bueno, acabamos más maleados que un hierro derretido. Toda decisión y elección en este mundo engañoso, está viciada.

En cambio, cuando permanecemos en lo que siempre fuimos en lo más profundo, no ha lugar a error, pues ni siquiera elegimos, ya que Él elige por nosotros, proporcionándonos Todo lo pleno y necesario, ya que es el Todo en todos (1 Cor 15:28).

Por eso es mejor ser guiados con diligencia hacia lo real y completo, que es el verdadero significado de adorar al Viviente Eterno en espíritu y en verdad (Juan 4:24), no en exterioridad y falsedad.

Sin embargo, es curioso cómo todo en la historia ha llegado a ser retorcido hasta límites insospechados, a pesar de todos los datos que se hallan frente a nuestras narices.

Cuántas veces no se habrá insistido en que el 25 Diciembre es el nacimiento de un "niño dios". ¿Pero qué dios nace –simbólicamente– en estas fechas? ¿Cómo? ¿No le conocen aún? Pero será posible...Ay, ay, ay...Con tanta info-des-información muchos andan más perdidos que un cordero en un matadero adornado con guirnaldas, lucecitas, turrones y otros anzuelos navideños.

No es nuevo que las culturas de origen egipcio y sumerio-babilónico siempre adoraron –y siguen adorando– a un "dios de luz astral" que nace un 25 de Diciembre, muy conocido por nombres como Horus (considerado reencarnación de Osiris), Tammuz (reencarnación del rey Nimrod), Mitra, Sol Invictus para los romanos. Todo nombres del no menos famoso Baal, Lucifer, la Estrella Caída, que se disfraza incluso de Señor, Vírgenes, Cristos y Salvadores carnales del Mundo, robando el título a quien realmente lo merece, comenzando por el cabecilla Nazareno.

¿Y qué será de quienes van de pastores iluminados sin serlo? ¿Acaso el peso de la verdadera Conciencia divina no es semejante al de un meño que cae a plomo?

Y el que caiga sobre esta Piedra será hecho pedazos; pero sobre quien ella caiga, lo esparcirá como polvo (Mateo 21:44)

¿Pero quién es realmente Lucifer?

En principio es la inteligencia astral atrapada en el mundo de la materia, desde la Caída de ciertos seres adámico-prometeicos, que por pasarse de listos y emplear el fuego de la inteligencia y su tecnología para domeñar la Naturaleza, se mezclaron con este mundo engañoso antes de tiempo, quedando atormentados en la misma, haciéndose pasar por "dioses", estableciendo cultos de adoración, Torres de Babel, i.e religiones externas, castas sociales, políticas de dominación, economía explotadora, mercado salvaje, esclavitud, domesticación de plantas, manipulación de alimentos, alteración del genoma animal y humano...

¿Les suena de algo esta historia? ¿De quién aprendimos a ser tan cabroncetes pues?

Ahora, como dijo el Maestro:

¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños? (Mateo 17:25)

Es evidente, pues a quienes nos consideran ganado, nos acribillan. Y a los suyos, ni los tocan. Para eso están las oligarquías de poder, ¿no?. 
Sin embargo, se ven justificados porque la masa, condicionada por ingentes dosis de ignorancia, les compra la burra coja y les ríe la gracia con el consumismo y fiestas superficiales.

Ahora, ¿por qué la apoteosis de sacrificio humano se produce en estas fechas?

Hace ya unos años saqué a relucir el tema [1], señalando que el vocablo Solsticio o Solstitio en Latín, viene de sol stare, o sol que permanece, ya que astronómica y astrológicamente el sol parece salir por el mismo lugar durante el 21, 22 y 23 de Diciembre. Un fenómeno que antiguamente se representaba como el "ajusticiamiento" o "crucifixión" del Sol durante tres tres días en el inframundo.

Un período que si bien se asociaba al tormentoso nacimiento de Lucifer, también representa el punto donde debe "sembrarse", "fecundarse", "resucitar" y "gestarse" una nueva semilla que contrarreste al enfermizo Adam caído que llevamos puesto, cual lagarto Juancho. 

Como sabrán, Génesis 3 habla de dos semillas o genéticas. Por un lado está la de la Mujer, que es la Divina Presencia, Shekina, Espíritu de Santidad, Ungido/Cristo emocional-femenino, que recibió la humanidad como "soplo divino", y que ofrece la posibilidad de desarrollar la semilla masculina, o Mente de Cristo/Ungido. 

Él nos ha engendrado según su voluntad por la Palabra de la verdad, para que seamos como las primicias de sus criaturas (Jacobo/Santiago1:18) 

Esto es, el Nuevo Adam, la familia del Bendito Sea.

Y por otro lado tenemos a la línea de la Serpiente, almas (psiques) astrales que están ya pasadas de rosca por miles de reencarnaciones (gilgulim), y más zumbadas que la Madre (Sofía) que las trajo al mundo–nunca mejor dicho.

Por tanto, la región oscura donde el viejo Adam es crucificado, es también el punto de batalla donde la verdadera Luz divina debe comenzar a crecer para poder nacer. 

Porque así como tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un gran pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del [último] Adam en las entrañas de la tierra (Mateo 12:40).

Los tres días en el vientre del Pez o Inframundo corresponden en el simbolismo astrológico a Piscis, Acuario y Capricornio, desde los cuales el alma es escupida, ascendiendo por Sagitario, el tirador de flechas, Escorpión, donde es atravesada por la lanza de Longinos y Libra, donde comienza su Juicio final del alma antes de nacer en Virgo.

El Sol del Primer Adam (humanidad caída) es crucificado para poder ser transformado y liberado, dejando de ser un tirano, fundiéndose bajo la Conciencia divina.


Recordemos que Jonás se negó a realizar la misión divina de llevar Luz a los habitantes de Nínive. Por eso exigió ser lanzado por la borda del Barco, lo que le llevó a ser tragado por el el Pez, que finalmente le escupió. 

Y es que la oscuridad aterra a cualquiera, hasta el punto de que a veces queremos borrarnos del mapa para no tener que asumir nuestra responsabilidad divina, caminando en las obras que el Bendito Sea preparó de antemano para que camináramos en ellas (Efesios 2:10). 

Ahora, Jonás acabó accediendo al reto. Y lo mismo nos sucede a muchos en estos tiempos de confusión y angustia. 

De modo que nadie en esta aventura se rinda, aguantemos, escuchemos, busquemos la voz de la Conciencia real, la guía del Maestro, nuestro Ser más profundo, pues ahora tenemos acceso a Su imagen y semejanza, i.e Conciencia y Cuerpo de acción armoniosa, por medio de la semilla de la Enseñanza que crece como quizá debería haber crecido si la Roma del Invictus no se hubiese metido por medio–un pequeño imprevisto lo tiene cualquiera.

Huelga decir que, simbólicamente, el nacimiento de la genuina Semilla divina no acontece hasta nueve meses después del 25 de Diciembre, es decir, hacia Septiembre, durante la Fiesta de las Cabañas, Sukkot, cuando según la tradición nace el verdadero Ungido/Mesías/Cristo. 

Hecho que aparece claramente señalado en el Evangelio de Lucas, como ya indiqué [2], para aquellos que estudian y no creen a pies juntillas lo que se repite a machacamartillo.

El Invierno siempre fue tiempo para sembrar, no para nacer ni recoger frutos. 

Es difícil nacer en medio del frío desolador y demoniaco de nuestras mentes carnales, las cuales deben ser suavizadas por el corazón cálido de la Conciencia objetiva.

Así pues, para que nuestro Cuerpo de Vida pueda gestarse y nacer verdaderamente conectado a su Cabeza, el Maestro Ungido, ¿no hemos de sembrar las semillas del Espíritu en lo todo que hacemos?

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay Ley (Gálatas 5:22-23)

Ni siquiera la del amigo Luci. 

Shalom.
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viernes, 1 de diciembre de 2017

¿Eres tú esa extraña mujer?



Porque los labios de la mujer extraña caen como un panal de miel, y su boca es más suave que el aceite; pero su fin es amargo como el ajenjo, afilado como una espada de doble filo (Proverbios 5: 3-4)

¿Pero quién es esa Mujer Extraña, esa Jezabel que persiguió a Elijah (divino espíritu interior), después de que éste hubiera desenmascarado la falsedad de los profetas de Baal, con el poder del Nombre/Personalidad del Todo Ser?

¿Por qué la ramera sigue sentada en los corazones humanos, la Congregación de Tiathira, cuyo Trono está reservado a la Estrella de la Mañana, la verdadera Conciencia, como se insinúa en Apocalipsis 2: 18-29?

Ahora, ojo avizor, pues la ardiente energía de Sagitario, el Centauro, la Mente Emocional, ya está gobernando duro en este mes, ya sea que los humanos lo sepan o no.

Ahora es mucho más fácil quedar atrapado por la personalidad del ego caído y su mente egocéntrica, gobernada por las falsas profecías de Jezabel, que hacen que las personas teman a los monstruos, los adversarios externos, el fin del mundo.

Con tales despistes no es difícil perder objetivos esenciales de vida,  deprimirse, amargarse y perder finalmente los estribos con los demás, diciendo o pensando cosas desagradables o animaladas que pueden desencadenar situaciones muy dolorosas y de largo plazo. Las palabras son una espada de doble filo, aún cuando parecen "dulces como la miel".

¿Pero por qué se incrementa en este mes? ¿Se debe acaso a la obstrucción de alimentos almidonosos mezclados con el mal genio de cuerpos congestionados y molestos por el frío, las nubes y la falta de luz solar? 

Sin duda, la falta de absorción de luz así como los intestinos obstruidos y el hígado graso son la causa de la mayoría de los problemas mentales. ¿Pero qué energías hacen que los humanos coman alimentos no humanos, sacrificados a viejos ídolos, como Pan, Moloc, Dagón y compañía?

La ciencia psico-astrológica del Mazzarot, con sus doce o trece signos animales es muy exacta. La idea de dejar que las estrellas sean signos (Génesis 1:14) no debe tomarse a la ligera.

No es casual que uno de los primeros llamamientos de Adam fuera "nombrar a los animales" (Génesis 2).

Se requiere que la humanidad conozca, ilumine, transforme y eleve sus cualidades animales, para no ser gobernada por seres del Quinto Día de la Creación adámica. Y no son meros animales, sino otras especies de criaturas, fuente de pensamientos aéreos que distraen, emociones acuosas de apego, fogosos y agresivos instintos reptiles y testarudez que ancla a tierra.

Adam comenzó a formarse en el Día Sexto, y por tanto contiene esos cuatro elementos (tierra, aire, agua y fuego), más otro que ni los ángeles poseen y que lleva inscrito el Nombre completo.
 
En este sentido, Pablo habló de no estar bajo las fuerzas Elementales del Mundo (Gálatas 4), de no estar bajo la Ley de las inteligencias materiales– nunca canceló la Torá espiritual, erróneamente llamada Ley, cuando es Instrucción.

El pasaje del Evangelio dedicado a este mes de Sagitario es Marcos 11 (número dual), donde el Ungido entra en Jerusalén, la Ciudad de la Paz en el Corazón, encima de un burro nunca antes montado, como se profetiza en Zacarías 9:9.

Y en el simbolismo zohárico, el asno representa a Lilith, la primera esposa de Adam, o mejor dicho, su cuerpo energético-animal, que aún sobrevive en forma de energías pasionales y sombras que hacen que la humanidad derrame la preciosa "semilla espiritual", comiendo y bebiendo hasta reventar, fornicando con los engaños del mundo, perdiendo así la "visión espiritual" .

Curiosamente, la palabra hebrea para burro, jamor, se relaciona con jomer, arcilla, materia, letargo.



Ahora, los burros son tercos afuera y "servidores leales" por dentro.

Miguel de Cervantes era definitivamente consciente de la Kabbalah Zohárica cuando hizo que Sancho montara en un burro y Don Quijote en un caballo blanco. 


Y como vemos, el mundo real es bastante quijotesco, para que nos vamos a "engañar".



La imagen del Mesías montando el asno le hace un sirviente y humilde ungido, la etapa que precede a la de caballero. De hecho la Escritura alude también al Ungido viniendo sobre un caballo blanco, acompañado de un ejército de conciencias, listas para encarnarse. Lo cual está aún por acontecer.

Pero ante todo la imagen simboliza el cuerpo físico y sus energías transformados en el verdadero cuerpo astral o solar, al que Pablo apunta en Corintios 15.
 
Un antiguo mandamiento de la Torah dice:

Cada primogénito de un Asno lo redimirás con un Cordero; y si no lo redimieres, entonces te partirás el cuello ... (Éxodo 13:13)
 
Según la Kabbalah judía el "primogénito" es el primer impulso ciego del cuerpo, que debe sacrificarse para no caer en sus reacciones. Pero, ¿es realmente necesario pensar en esos términos?

El enfoque nazareno va aún más allá, mostrando al Cordero no como un "sacrificio carnal" de algún tipo, sino como la "efusión de luz divina o sangre del Mesías", capaz de borrar todos los patrones energéticos (pecados), lavando la Conciencia y domando todas las energías animales.

Sin efusión de sangre [luz divina] no hay remisión de pecados (Hebreos 9:22).
 
Para ello es emanado el Hijo en forma de Luz que es crucificada en los cuatro elementos del mundo físico. 

Dicha visión quedó bien establecida:

 el Cordero fue sacrificado antes de la fundación del kosmos (Apocalipsis 13:8)

Por tanto no se habla de sangre física, como plantea el sadismo religioso; pero tampoco se pide hacer esfuerzos para reprimir impulsos físicos, y mucho menos sin la ayuda de la Unción de Sabiduría y Comprensión que incorpora el nuevo ADN espiritual, con la experiencia y espíritu de acción de Iesou, el Hombre Cósmico y Ungido de Vida plena, un ADN que crece dentro de quienes le dan la bienvenida para convertirse en neuronas divinas.

Las malas traducciones tergiversaron el mensaje, causando demasiado dolor y derramamiento de sangre innecesarios. 

El Jesucristo histórico fue asesinado pero no sacrificado como ofrenda para expiar pecados. Ni siquiera él aceptó los sacrificios de animales, ni rompió el cuello del burro, ni golpeó a la roca (cuerpo) para obtener Agua (Espíritu Santo), como hizo Moisés (testigo carnal) en Números 20.

Él siguió el ejemplo que Su Padre ya le dio a Moisés:

En presencia de todo el pueblo, háblale a la roca y de ella brotará agua (Números 20:8)
 
La Conciencia Divina del Ungido nunca predicó tormentos ni labores propias de la "religión exterior". Simplemente transmite y transmuta empleando la Palabra como un Mago. 

La magia del Ungido reside en sus supra-sentidos, y sobre todo, en el silencioso Nombre-Palabra, YHWH, que habla con la misma "voz quieta" que Elías escuchó en la cueva, tras escapar de Jezabel (1 Reyes 19). 

Y es el Ungido quien comunica el Nombre rectificado del Padre: Soy humilde Amor, Vida, Luz y Paz. 

He ahí el verdadero Ser Eterno, YHWH, rico en misericordia y tardo para la ira.

Ésa es la verdadera estrategia de salvación.
 
Por eso, la Conciencia Divina y su cuerpo colectivo o familia, conocido en las Escrituras como Yeshurun, nos disfrazamos de "serpientes" (cuerpos humanos), para encantar y rectificar la materia desde dentro, como ovejas vestidas de lobos, pero al revés.

Y como Moisés levantó a la serpiente en el desierto, así debe ser levantado el Hijo de Adam, para que todos los que creen puedan tener vida eterna (Juan 3:15)

No es tarea fácil. Pero nuestro Head Master ya lo hizo. Así que, guardemos el escudo de la Conciencia, tiremos para adelante, y no miremos atrás.

... angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto; me agobié oyendo, y al ver me he espantado…¡¡¡Levantaos, oh Príncipes, ungid el escudo!!! Porque el Señor (YHWH) me dijo así: Ve, pon Centinela que haga saber lo que vea. Y vio hombres montados, jinetes de dos en dos, montados sobre asnos, montados sobre camellos; y miró más atentamente... "(Isaías 21 RV)

En hebreo el camello es representado con la letra Gimel,
ג, que se parece a una persona inclinando la cabeza humildemente, rebajando el "ego", también simboizado por el camello. 

Curiosamente Gimel es la única letra que no se emplea en los 72 nombres divinos.

Y una leyenda hebrea asegura que Lilith era tan alta como un camello–aunque de camella humilde no tenía nada.

¿Y alguien recuerda algo sobre un camello y el ojo de una aguja? ¿Marcos 10:25?

Bueno, ya hablaremos sobre las "falsas riquezas", y qué significa venderlo todo para seguir al Ungido, que nada tiene que ver con la ingénua idea de quedarse sin medios de vida. Si uno tiene, es para dar sin medida, desde la estabilidad.

Por el momento vigilemos el orgullo histérico de Jezabel en nuestro "pecho", conscientes de que no podemos sacar a la ramera de los pelos ni a insultos. Ni se les ocurra siquiera, pues se les pondrá de uñas y hasta es posible que les sacase un ojo, o los dos.

Vigilemos también sus juicios sobre los demás y el mundo. La mente emocional nunca ve la realidad, sino "sus propias imágenes" y "esperanzas retorcidas". El tirano interior exige a los demás la Aceptación, el Reconocimiento y el Amor que solo el verdadero Padre Supremo aporta con Su Nombre de Amor, Vida, Luz y Paz. 

Dejemos pues que nos hable en su pequeña y silenciosa voz. 

Esto podría ayudarnos a plantar la semilla, pues el invierno no es tiempo de nacer, sino tiempo para sembrar los nueve espíritus de Gálatas 5. De ahí la fiesta de las Nueve Luces, reflejada en la Menorah de Nueve brazos.

Amigos, sólo el Príncipe de este Mundo caído nace en la oscura Navidad, y siempre trae lo mismo: falsas luces eléctricas, consumismo, parafernalias, rojizos satanes panzudos, rollizos bebés deíficos, egoísmo y glotonería asesina a saco y desde el saco del mismísimo Santa. 

Con suerte volveremos pronto con más claves y quién sabe si videos, quizás. Todos necesitamos apoyo a varios niveles.

Shalom.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Despertad en el Ungido, sed del último Adam

Nuestra semilla divina

Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará el Ungido [la Conciencia divina] (Efesios 5:14)

Incluso aquellos que sentimos un fuerte llamado a ser llenos de Vida, olvidamos que descendemos de la familia Adámica, aquellos legendarios seres de Luz o "almas vivientes" que una vez gozaron del Jardín del Edén, un plano superior de conciencia desde el que se les permitió explorar este mundo físico, donde existía el no menos famoso Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, la visión dual de las cosas: doloroso-placentero, correcto-incorrecto, etc.

¿Y qué fue realmente comer de ese Árbol? 

Las almas vivientes intimaron demasiado con los sentidos carnales de la humanidad animal, esas bestias del campo hechas para multiplicarse, habitar la tierra y ser dominadas por la luz  o unción divina del alma viviente (Génesis 1:25-27).

Según Génesis 3 la transgresión fue hacer demasiado caso a las sugerencias de la mente más astuta y rebelde de una de esas bestias, que servía de vehículo a las almas adámicas en aquel entonces, y cuya naturaleza literalmente les tomó el pelo. Ella sólo veía lo bueno, lo placentero, y nunca lo negativo y doloroso. Así sugería: "comamos sabrosos vegetales hasta reventar, cocinemos semillas, y transcendamos lo puramente físico, pues seremos finalmente divinos, como Elohim".

Y eso hicieron las almas adámicas, identificarse con cuerpos animales y comer sólidos en vez de la Luz de Sabidiría, acabando desconectados de su origen divino, ganándose el pan con el sudor de la frente, hasta engendrar a quienes comen macarroni con carne hasta las trancas de Caín, el agricultor, y asesino de Abel (conciencia espiritual).

En efecto, de aquella mezcla de lo divino y lo animal surgimos los humanos de hoy, que a decir verdad, seguimos siendo animalitos en comparación con las almas adámicas de Luz. Así lo afirma también el Midrash, la tradición oral hebrea.

Ahora, obviamente, la familia adámica no estaba preparada para descender al mundo de los sentidos físicos, pues como dice el Zohar, para comer del Árbol del Conocimiento uno ha de comer también del Árbol de la Sabiduría de Vida, ya que este mundo está lleno de trampas que nublan la visión, como por ejemplo es exceso de alimentación física al que estamos sometidos. De tanto meter para el buche, se nos han fundido los plomos divinos.

Y evidentemente, la Caída fue tan frustrante, que existen rencores y emociones descontroladas que en realidad no nos pertenecen. Sin embargo, debemos transformarlas con la Luz de Gracia que se nos ha dado. 

Por eso no basta con ser descendientes de Adam. Algunos recibimos la semilla de Abraham el Hebreo, quien venció a reyes rebeldes en su interior; sometió a su Ego, Lot y su esposa (Génesis 14), y finalmente transmitió la Luz a las naciones, lo mejor que supo.

En eso consiste ser "hebreos", luz para otros pueblos.

Pero ser adámico y hebreo tampoco basta. La propia Escritura enseña que Adam cayó por no saber labrar su tierra carnal y comer del Árbol de la Vida. Y que Abraham moró en las Montañas elevadas de la meditación, mientras que Isaac trabajó duro en "el Campo". 

Pero ninguno de ellos pudo construir la Casa interior del Alma y reunir a las Doce Tribus dentro de la misma. Ésa fue la hazaña de Jacob, que se fue a trabajar a las tierras de su astuto tío Laban [mente carnal], para conseguir a la mujer que amaba, Raquel, la Shekina, la Presencia Divina, la Virgen que nos llena de Luz. Aunque, tras los primeros siete años de trabajo, su tío sólo le dio a Leah, que representa el Entendimiento o Binah, sin el cual no se puede recibir la Shekina.

Jacob, con la semilla espiritual heredada de Abraham el compasivo e Isaac el laborioso, logró hallar el término medio y vencer al Ángel Caído que susurraba maldad en su interior.

Por ello Jacob fue llamado Israel, que como dije viene de Yi-Sara-El, el que lucha contra el dios-elohim, la naturaleza caída (Génesis 32:28). Pero también  Yashar El, directo al Elohim-Naturaleza divina.

Así se dijo: 

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono (Apocalipsis 3:21).

Israel el vencedor es el "alma-niño" naciente en una nación adámica rectificada. Y eso sucedió de hecho una vez en la historia, con la llegada de Israel (almas vencedoras) y la entrega de la Torah. Por desgracia, llegó a perderse con la religión, la adoración del Becerro de Oro, una nueva caída:

Estábamos encinta, nos retorcíamos en los dolores, dimos a luz, al parecer, sólo viento. No logramos liberación para la tierra, ni nacieron habitantes del mundo (Isaías 26:18 LBA)

Por eso Pablo vino a decir algo que aún hoy muchos cristianos maliterpretan:

Cristo [el alma-ungida-Israel] murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras (1 Corintios 15:3)

¿Qué Escrituras? ¿Los Evangelios? ¿Cómo, si no existían?

El texto no habla de un salvador de carne que murió en sacrificio por los pecados de la humanidad. Eso sí que sería una salvajada de proporciones cósmicas. La única sangre que purifica es la naturaleza espiritual del Alma divina.

Precisamente, el Cristo que muere o se vuelve a dormir es la semilla de Alma ungida por el Espíritu de Sabiduría, pero que al no desarrollarse, es dominada por la mente animal.

Ahora, la diferencia es que hoy ya tenemos un ejemplo de verdadero "nacimiento y resurrección":

[Cristo/Conciencia de Ungido] fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; que se apareció a Cefas y después a los doce [apóstoles/ tribus perdidas del alma Israel] (1 Corintios 15:4)

Ahora piensen de nuevo, recordando el inicio de este artículo. ¿Dónde fue sepultada la Conciencia divina por vez primera? ¿Y qué Escritura dice que resucitó al tercer día? ¿Los Evangelios? ¿Cómo, si Pablo no los conocía aún? No había evangelios escritos todavía.

La Sabiduría revelada habla del tercer día de la Creación (Génesis 1:9-13), cuando surge el terreno seco del Ego, debajo de las aguas de la Conciencia, naciendo así la semilla y la vegetación interior que ha de dar fruto. Pues, ciertamente, en los mundo espirituales somos como árboles. Algunos quizá ya lo hayáis comprobado.

 Pero la Creación del Humano divino en la Tierra Celeste no se completa hasta el día séptimo, que está a punto de empezar, tras este sexto milenio de historia adámica.

Aún así, numerosas Iglesias siguen centrándose en doctrinas de "religión externa" que ni siguen al Ungido/Cristo ni ayudan a hacer Ungidos/Cristos, sino que más bien cuelgan a Cristo, literalmente, pues no ungen con Amor, Vida, Luz y Paz de Conciencia divina.

¿Por qué buscar Luz entre zarzas cuando el primer ejemplo de Adam resucitado se produjo en el Nazareno que llegó a ser Iesou u Hombre Universal.

Y no sólo vive en alma-cuerpo glorificados, sino con su "espíritu de acción", dentro de quienes obran como él, manifestando Amor consciente, Vida, Luz y Paz, en vez de luchar contra adversarios externos.

Ciertamente, el primer ejemplo de Adam regenerado se salvó en cuerpo, alma y espíritu. Y todo comenzó con la resurrección del Ungido "emocional y mental" en su interior, marcando la pauta:

Mas ahora Cristo [Conciencia de Ungido] ha resucitado de entre los muertos [Adámicos], primicias de los que durmieron. Porque ya que la muerte entró por un hombre [primeras almas de luz], también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Así también está escrito: El primer hombre, Adán, fue hecho alma viviente. El último Adán, espíritu que da vida (1 Corintios 15:45, LBA).

Cuando todos los adanes caídos despierten y nazcan de nuevo emocionalmente (por la Palabra) y mentalmente (Entendimiento superior), se completará la profecía. Después de los siete pastores de Israel (Abraham, Isaac, Jacob, Jose, Moisés, David) llega el Octavo, el Mesías que los reúne a todos, para encarnar la Humanidad rectificada, el último y verdadero Adam o Humano de Luz, que no sólo vence al ángel caído, sino que vivifica e inmortaliza el alma animal humana. 

El Nazareno fue el cabecilla o primogénito completo, el primer fruto de resurección, pero también Verbo Unigénito, pues llegó a fusionarse con la Cabeza del Adam Primordial, el Verbo Divino, conocido como Iesou Kristo.

Y eso es lo que pone de los nervios a la Serpiente, el amigo Luci, Iblis para los musulmanes, el Adversario que cayó dentro de la humanidad animal y aún creyó ser superior a la misma, decidiendo echarle un pulso al Adam primordial (el Verbo Divino), para ver a cuántos despistados se lleva al saco. Aunque como dicen las Escrituras y el Corán, tiene de plazo hasta el día del Juicio, final del séptimo milenio.

De momento ha causado incesantes abortos espirituales inspirando las ideas de la religión exterior, la política, el cientifismo y arte torcidos.

Pero la lucha interior prosigue, y consiste en no dar tregua a la oscuridad, pues ella no lo hará. Como siempre, la llamada  "mujer extraña" de pensamientos y emociones oscuras seguirá colándose en mentes vacías y desprevenidas.

De ahí la importancia de una mente limpia, atenta, humilde y silente.

Allá por el siglo XIII, el gran místico cristiano, Meister Eckhart, enseñó que dentro de nosotros espera un espacio prístino no contaminado por las imágenes del mundo, un alma pura que es la virgen donde el Espíritu divino se engendra a sí mismo y nace como puer aeternus, Niño Eterno, Humano Divino.

En ese sentido decía:

Estamos llamados a ser Madres de Dios. ¿Qué bien me hace si este eterno nacimiento del Hijo tiene lugar permanentemente pero no acontece dentro de mí? ¿Y qué bien me hace si María está llena de Gracia si yo no estoy igualmente lleno de Gracia? ¿Qué bien me hace si el Creador hizo nacer a su Hijo si yo no le doy nacimiento en mi tiempo y cultura? Esto es, pues, la plenitud del Tiempo: que el Hijo del Hombre sea engendrado dentro de nosotros (Meister Eckhart, 1260-1328).

Alucinantes palabras, ¿no les parece? 

¿A qué esperamos entonces para asumir nuestra verdadera naturaleza?

Las almas en gestación estamos llamadas a ser de triple estirpe, dejando de ser Adanes caídos, pasando a ser hijos abrahámicos de la semilla de Luz que llevan la Fe al mundo; Israelitas que vencen al Ángel Caído interior, pasando a ser Hijos del Hombre Divino realizado, hijos del Iesou Kristos de Pablo, Adam Kadmon de Kabalistas judíos, el Jesucristo Universal de Cristianos, o incluso el Krishna que nunca llegó a encarnarse en los Arjunas de la India.

Llámenlo como gusten. Ahora, al manifestar plenamete lo humano y lo divino, las etiquetas sobran, y nada puede derrocarnos, ni las trampas de la Serpiente ni la muerte física. 

En cada cual ha de acontecer el Matrimonio Místico de alma y epíritu en el cuerpo rectificado, encarnando el patrón del Nombre Divino (Yud, Hei, Vav, Hei=Adam Kadmon).

Así seremos hechos a Imagen de la Idea Original, el Adam Primordial en la Tierra Celestial y su "semejanza corporal.


Mas por ahora...

Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre [Cósmico] no tiene dónde recostar la cabeza (Mateo 8:20).


Y para darle cobijo debe crecer la Mente del Ungido. Si no, ya pueden venir los pastores de Belén, el Pontifex Maximus y toda su cohorte, que no hay nada que hacer.

Así pues, a comer como locos del Árbol de la Sabiduría.


lunes, 2 de octubre de 2017

Gestando la Mente del Mesías


Y él [Yoseph, hijo de Israel, Conciencia vencedora], despertando, tomó de noche al Niño [alma-embrión] y a su madre [Espíritu de santidad activador], y se fue a Egipto [tierra de cautiverio y trabajo alquímico interior], y estuvo allá hasta la muerte de Herodes [Ego tiránico]; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo. (Mateo 2:14-15)
  
Una mente carnal desconectada de la Luz del Espíritu pensaría que el texto se refiere a una historia sobre un super Niño Dios nacido de la carne hace dos mil años para salvar al mundo; pero la verdad es mucho más profunda si se presta atención a las pistas que aporta el texto, sobre todo la última. ¿A qué pasaje profético se refiere? ¿Quién es ese Hijo? Helo aquí:

Cuando Israel [Conciencia vencedora] era muchacho [Alma-embrión], yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo (Oseas 11:1)

Y dirás a Faraón: el Señor [YHWH] ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito (Éxodo 4:22)

Recordemos que en Génesis 32:28 se dice que tras vencer a un extraño –el ángel caído en su interior– Yakob fue llamado Israel, que viene de Yi-Sara-El, el que lucha contra el elohim caído (ego mental-emocional).

Curiosamente, tanto el Yakob-Israel del Antiguo Testamento como el Mesías o Ungido del Nuevo Testamento son primogénitos de la Emanación Divina (Yhwh Elohim, Poderes divinos), nacidos milagrosamente de mujeres que no pueden concebir, llevados y sacados de Egipto, rechazados por los hombres, y resucitados. ¿Por qué? ¿Acaso son el mismo? 

La Doctrina del Mesías, el Ungido, que es la Gracia, Jen o Jokmah Nishtarah, Lenguaje de las Ramas (Netzarim), Kabbalah Nazarena, revela que ambos son un organismo, donde Israel simboliza almas divinas que vencen la oscuridad, siendoson el Cuerpo colectivo del Ungido, quien es la Cabeza rectora de ese organismo divino, como bien reveló Pablo:

él [Mesías] es la Cabeza del Cuerpo que es la Congregación; él es el principio, el primogénito de entre los muertos (Colosenses 1:18)

¿Qué muertos?

La Escritura enseña que al principio las almas de Luz, los adanes, estaban unidos a su Cabeza o Espíritu, el soplo de comprensión mental (neshemah) procedente de Yhvh Elohim. Sin embargo, ciertos Ángeles Caídos del Universo anterior destruido hicieron modificaciones genéticas en cuerpos animalescos a los que dotaron de inteligencia superior, y el alma viviente Adam vino a quedar atrapada en ellos, dando lugar a la posibilidad de "errar" y desconectarse del soplo de comprensión (neshemah), que era el Adam de arriba (Adam Illah). Las almas humanas no hallaban "ayuda opuesta" en aquellos animales, y así no eran capaces de ungirlos plenamente con conciencia superior,aunque se dice que Adam dio nombre a las especies de Adamah. Eran adámicas parcialmente pero más alienígenas que otra cosa. 

 Así fue como la conciencia de Adam fue puesta a dormir, y separada en dos: hombre (Ish) y mujer (Ishah), que pueden verse como un espíritu mental y un cuerpo psíquico, que recibe el nombre de Javah o Madre de los Vivientes (Jay), cuando come del fruto del Árbol del Conocimiento. El hombre se quedó con el apelativo de Adam por ser el soplo más espiritual. Y según la Kabalah Adam era el hemisferio derecho o Sabiduría (Jokmah), la Visión Intuitiva, la cual fue separada de su parte femenina, el Entendimiento o Razón binaria (Binah), que es lo que se desarrolló dentro de aquellas criaturas animalescas ahora demasiado astutas, la descendencia de la Serpiente”


Y al ser Adam y Eva desgajados, Cielo y Tierra quedaron desconectados, dando lugar a un ser dormido que  ha de conectar voluntariamente lo terrenal con su parte angélica perdida (Adam).

Por tanto, los muertos son aquellas "almas divinas o reyes adanes dormidos" que entraron en Gilgul o Rueda de Reencarnación tras quedar sepultados en el Inconsciente Colectivo, sobre todo tras la matanza de Abel, que era otra semilla del Mesías asesinada por las pasiones del alma carnal (Cain).

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero [experiencia terrenal]; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca (Isaías 53:7)

Diversos son los pasajes donde Israel es identificado como el Siervo Sufriente, cuyo tormento fue también experimentado por el Mesías mismo, que según la Kabbalah hebrea es una parte no caída de Adam, concretamente su Cabeza rectora, que es nada más y nada menos que la Emanación Divina o Verbo, que al final:

A lo suyo [su cuerpo] vino, y los suyos no le recibieron (Juan 1:11).


No es de extrañar que cargara con el pecado del mundo sobre sí. Al fin y al cabo la humanidad es Su cuerpo. ¿Y qué cabeza no se lanzaría a rescatar órganos cancerígenos si pudiera?

De modo que por Iglesia, Ekklesía, no se entendía un santuario de piedra ni colectivos de creyentes en Jesús, María y José, sino las almas llamadas bien a integrarse (si no eran parte) o bien a formar parte "activa" del Cuerpo del Mesías Ungido:

el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores que éstas hará (Juan 14:12)

Esto iba especialmente dirigido al conjunto de primeras Almas sepultadas, llamadas a renacer, florecer, encarnarse plenamente y liderar espiritualmente, como siempre enseñaron el Antiguo y Nuevo Testamento: 

Habla a toda la Congregación [Ekklesía] de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo YHWH [Emanación Divina] vuestro Dios (Elohim) (Levítico 19:2)

 os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo…a la congregación [Ekklesía] de los primogénitos (Hebreos 12:22-23)


Ahora, como bien vemos en la Torah y el Evangelio de Mateo, el Primogénito es llamado de Egipto, es decir, que no nace así como así, ya que la Mente del Alma o Neshema se desarrolla como fruto de un trabajo interior.

En otras palabras, una persona puede recibir una semilla del Mesías, o Cristo si lo prefieren, bien heredándola de los padres vía genética, o bien por reencarnación, o porque la persona escucha la Doctrina y se remueve algo en su conciencia, activándose el llamado Espíritu Santo de la Promesa (Efesios 1:13), el cual proporciona satisfacción emocional, pero no crecimiento de alma mental (Neshema).

Sólo una influencia más fuerte puede atraer al llamado Espíritu de Verdad, que es el Ayudante masculino/mental del Espíritu Santo emocional (Juan 14:17-26), que permite una relación personal con el Maestro, la Cabeza.

En este caso el alma personal ya no tiene sólo una semilla de Ungido formada (Gálatas 4:19), ni es ese bebé en el Ungido/Christos del que habló Pablo (1 Cor 3:1). Ese alma ya no quiere sólo "leche espiritual", sino "alimento sólido", pues comienza a convertirse en el trono del Ungido cuya Mente divina es capaz de guiar, comprender la Doctrina y hacer hervir al alma personal (nephesh), quemando toda impureza, aumentando el fervor por la Enseñanza, hasta crear un Alma Adulta completa que pueda albergar esa energía.

Esto supone convertirse en cuerpo consciente del Último Adam (1 Cor 15:22), que es ya el Adam reconstruido, el Adam Ungido completo, con su Cuerpo Colectivo (Almas Neshema), y su Cabeza (Emanación Divina), que a su vez es el cuerpo del Infinito:

el Ungido es la Cabeza de todo hombre...y Dios [Padre Infinito] es la cabeza del Ungido ( 1 Cor 11:3)

Porque sólo hay un Dios [Infinito], y un solo Mediador entre Dios y los hombres, el Adam Ungido Iesous (1 Timoteo 2:5).

Si alguien al leer esto no se siente atraído en lo más mínimo, quiere decir que no hay semilla o no se ha desarrollado. Si por el contrario uno siente anhelo de comprender más, la Mente Superior ha comenzado a nacer, y deberá llegar al pleno Nacimiento del Espíritu sin medida, llegando a ser Cuerpo de Mesías viviente, como debe ser, si no en esta vida, en otra.

Mas hay que estar prevenido, pues, al hilo del pasado artículo, el Alma-Niño (Mente de Mesías) que está a punto de nacer o que es recién nacido se ve asediada por fuerzas oscuras, como el Dragón que persige a la Virgen y al Niño en Apocalipsis 12, o el rey Herodes que ordena asesinar a todos los bebés, i.e primogénitos, o el rey Kamsa que hace otro tanto para librarse del recién nacido Krishna que le quitaría el trono en la mitología Hindu.

Esto sucede porque los parásitos astrales carecen de luz propia y quieren chupar todo lo que puedan antes de que un Alma-divina se haga mayorcita y mande a unos cuantos al carajo. Es como quien se mete en la jungla y enciende una lámpara atrayendo a insectos. Qué le vamos a hacer, así funcionan las cosas en este mundo de chupópteros.  Y sólo hay una opción: comer pan de Vida celestial y aprender a dar para no ser comido por la oscuridad que desea sin medida.

Por suerte tenemos la Doctrina del Mesías, cuya Luz alimenta y proporciona la cobertura de protección necesaria para que el proceso de nacimiento deba completarse.

Esa cobertura está representada por la Fiesta de Sukkot (Cabañas), que juega una papel importante durante el nacimiento del Mesías, y al final, cuando el Mesías entra a la Fiesta en Secreto (Juan 7).

Tanto en la tradición Apostólica Nazarena como en el Judaísmo, el período festivo que representa el nacimiento del Mesías siempre fue Sukkot, durante estas fechas otoñales, y no el 25 de Diciembre, que corresponde al nacimiento de dioses paganos como Mitra, el Sol Invictus del Imperio Babilorromano, que tanto ha influido en este mundo de caos y falsedad. 

Así lo indica también el Evangelio de Lucas, donde se enseña que el Mesías nace hacia Septiembre, es decir, seis meses después de Juan el Bautista, cuya fecha de concepción viene marcada por los datos que el mismo Evangelio aporta acerca de su padre Zacarías, como ya vimos en su momento.

Y ahora que tenemos la Mente del Ungido (1 Corintios 2:16), podemos quitar velos al pensamiento astro-mitológico y carnal sobre la concepción y nacimiento de un Niño Dios, viendo la importancia de los tiempos y otros patrones. 

No es casualidad que Sukkot se celebre bajo la Luna de Libra, que viene justo después de Virgo, la Virgen, la cual, obviamente, ha de dar nacimiento al Mesías, y por supuesto, no sólo hace dos mil años, sino en la vida de cada uno. No vaya a ser que la oveja siga dando vueltas con tanto tarado trasquilador suelto. 

También se dice que el Mesías resucitó al tercer día. Y dado que cada día vale mil años (2 Pedro 3:8), quiere también decir que se refiere a la Época Mesiánica que comienza tras los últimos dos mil años de la Era Adámica, que se aproxima a su recta final.

Según calendario de la Torah estamos en el año 5777 de esta Edad Cósmica, y por tanto nos hallamos a las puertas del  7º Milenio, cuando supuestamente reinará el Mesías (Apocalipsis 20), encarnado en Su Cuerpo, en todos aquellos que hagan los deberes.

Los que lo logren, podrán ser auténticos Sacerdotes, Gobernantes, Jueces y Reyes del Nuevo Reino, e incluso vivir los 223 años restantes más los mil de reinado en la Tierra renovada y sin guerras, pues un cuerpo conectado al Espíritu sin medida es como una dinamo y no se pone enfermo.

Por ello esto es un llamado a quienes llevan dentro de sí a viejos reyes adámicos caídos esperando ser resucitados y también a otras almas extranjeras que quieran formar parte de lo que está cociendo, independientemente del credo o religión. Nadie queda excluido, ni siquiera el Adversario, que aún está a tiempo de cambiarse de bando antes de que le llueva la Luz del Reino encima y se le chamusquen los pelos del rabo. 

El que tenga oídos, que entienda, y el que no, que por lo menos busque todo el aceite de Sabiduría que pueda y llene su lámpara hasta los topes, antes de que sea demasiado tarde.

Shalom a todos.