viernes, 22 de abril de 2016

Atisbos de Comprensión


En la cima de la montaña había una cabaña que, sin duda, servía para la venta de cerveza y té, pero que ese día estaba desierta.

Nos instalamos sobre una roca y empezamos a comer. Cada uno, subyugado por la grandeza de la naturaleza, pensaba sus propios pensamientos.

De repente mi mirada se fijó en el rostro del profesor Skridlov y vi unas lágrimas que brotaban de sus ojos. 

"¿Qué le pasa a usted viejo amigo?" le pregunté.

"Nada..." contestó, y secándose los ojos, añadió:

"Durante estos últimos dos o tres años, en mi incapacidad de dominar las manifestaciones automáticas de mi subconsciente y de mi instinto, casi me convertí en una mujer histérica. 

"Lo que acaba de sucederme se ha producido más de una vez en los últimos tiempos.

"Es muy difícil explicar lo que pasa en mí cuando veo u oigo algo sublime, algo que no se puede negar que sea obra de nuestro Creador y Autor–pero siempre me hace correr las lágrimas. Lloro, es decir que hay llanto en mí, no de pena sino de enternecimiento profundo podría decir. Llegué a ese estado poco a poco, desde mi encuentro con el Padre Giovanni, recuerdas, ese Padre a quien conocimos juntos en el Kafiristán para desdicha de mi vida ordinaria.

"Desde ese encuentro mi mundo interior y mi mundo exterior cambiaron por completo.

"En los conceptos que se arraigaron en mí, se realizó de por sí una revisión de todos los valores.

"Antes de ese encuentro yo era un hombre por entero absorbido por mis intereses y mis placeres personales, como también por los intereses y los placeres de mis hijos. Estaba siempre ocupado pensando en satisfacer en la mejor manera posible mis necesidades y las de mi familia.

"Puedo decir que hasta entonces todo mi ser estaba dominado por el egoísmo y que todas mis emociones y manifestaciones provenían de mi vanidad.

"Mi encuentro con el Padre Giovanni mató todo eso y desde entonces, poco a poco, apareció en mí algo que me llevó por entero a la convicción absoluta de que fuera de las agitaciones de la vida existe otra cosa  que debería ser la meta y el ideal de todo hombre más o menos capaz de pensar –y que sólo esa otra cosa puede hacer al hombre verdaderamente feliz y aportarle valores reales, en lugar de esos "bienes" ilusorios, que, en la vida ordinaria, le son siempre y en todas partes prodigados."
 –Encuentros con Hombres Notables, G.I.Gurdjieff, p.280-290, Ed.Ganesha) 


Al padre Giovanni le habían conocido en un monasterio de Asia que aceptaba a integrantes de todas las religiones, y que en aquel entonces albergaba a cristianos, musulmanes, israelitas, budistas e incluso a un chamanista

El padre Giovanni les había estado hablando sobre la vida interior, la fe y sobre la Hermandad Universal donde todos estaban unidos por el Dios Verdad

Y tan impactado se sintió el profesor Skridlov que le preguntó por qué no iba a Europa a enseñar todas esas maravillas. Y he aquí lo que el padre Giovanni le contestó:

A los hombres no se les da la fe. La fe que nace en el hombre y en él se desarrolla activamente, no es el resultado de un conocimiento automático, fundado en la comprensión de la altura, el ancho, el espesor, la forma o el peso de un objeto determinado, ni tampobo de una percepción por medio de la vista, el oído, el tacto, el olfato o el gusto; la fe es el resultado de la comprensión. 

La comprensión es la esencia de lo que se obtiene a partir de informaciones intencionalmente adquiridas y de experiencias vividas por uno mismo...

Créame, mi querido profesor, es infinitamente más fácil hacer pasar un camello por el ojo de un aguja, como dicen las Santas Escrituras, que transmitir a otros la comprensión que se constituyó en nosotros. 

Hace mucho tiempo también pensaba como usted. Hasta quise ser misionero con el fin de enseñar a todos la fe cristiana. Quería que por la fe y la enseñanza de Jesucristo todo el mundo fuese tan feliz como yo. Pero querer inocular la fe por medio de palabras es como si se quisiera saciar de pan a alguien con sólo mirarlo.

La comprensión, le dije, resulta del conjunto de las informaciones intencionalmente adquiridas y de las experiencias personales. Mientras que el saber no es sino la memoria automatizada de una suma de palabras aprendidas en cierta secuencia. Ibid p.284     

Como complemento a estos conmovedores pasajes, he aquí otra versión del texto publicado la pasada vez, con elementos que pueden resultar aclaratorios sobre esta cuestión esencial, que ningún aspirante a ser Humano verdadero, debería dejar de meditar seriamente: 
   
34.El amor consciente evoca lo mismo en respuesta. El amor emocional provoca lo opuesto. El amor físico depende del tipo y de la polaridad.

35.La fe consciente es libertad. La fe emocional es eclavitud. La fe mecánica es estupidez. 

36.La esperanza, cuando audaz, es fuerza. La esperanza, con duda, es cobardía. La esperanza, con miedo, es debilidad.

–Aforismos de G.I.Gurdjieff, recogidos en la obra Perspectivas desde el Mundo Real.


¿De qué sirve predicar sobre el amor si no sabemos poner en práctica la Enseñanza y somos incapaces de amar al adversario y a los que sufren? 

Como enseñó el propio Yahshua:

Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis? Porque también los pecadores aman a los que les aman (Lucas 6:32)

¿Y de qué sirve hablar de Fe si sólo se cree en parafernalias y a la hora de la verdad uno se muere de miedo ante la misma muerte o ante una enfermedad, confiando más en la opinión de un doctor o cualquier otro, que en la acción curativa del Yo Soy y la Palabra de Vida del Padre eterno?

¿De qué sirve hablar de esperanza si sólo nos preocupamos por dónde viviremos, trabajaremos y qué comeremos el día de mañana?

El cuerpo ya tiene sus propios temores, amores y creencias mecánicas, es decir, inconscientes, y así sólo puede esperar con miedo a satisfacer sus necesidades naturales, las cuales degeneran fácilmente en vicios si no se las reconduce a tiempo.

Y otro tanto le sucede a la mente y al corazón, que han sido condicionados por la educación anormal que tanto abunda. 

En general, los pensamientos son muy superficiales, mientras que los sentimientos son tan salvajes como los de un león, un perro o un caballo, y distan mucho del genuino corazón humano. 

Casualmente, los vocablos pensamiento y sentimiento incluyen en sí mismos la palabra "miento". En el estado habitual, decir "pienso y siento", es como decir "miento".

En cambio, el espacio silencioso, compasivo y receptivo la verdadera Inteligencia, no depende de pensamientos, sentimientos ni impulsos físicos, sino de algo superior que puede armonizarlos, transformarlos y emplearlos de modo constructivo.

Con esa Inteligencia podemos recibir la Instrucción, la Torah espiritual, el Pan de Vida, y el verdadero don del Espíritu Santo, siendo guiados a las verdades que nos pueden sacar del atolladero en este mundo de sombras.

La experiencia del Profesor Skridlov que relata el sabio armenio es un claro testimonio. 

miércoles, 6 de abril de 2016

Fe, Esperanza y Amor Conscientes






La Fe de la Consciencia es libertad.
La Fe del sentimiento es debilidad.
La Fe del cuerpo es estupidez.

El Amor de la Consciencia provoca en respuesta su igual.
El Amor del sentimiento provoca su contrario.
El Amor del cuerpo depende tan sólo del tipo y de la polaridad.

La Esperanza de la Consciencia es fuerza.
La Esperanza del sentimiento es esclavitud.
La Esperanza del cuerpo es enfermedad.

[...]

Sólo podrá decirse y llegar a ser el Hijo de Dios aquel que posea Conciencia. 

–G.I.Gurdjieff, Todo y todas las cosas, Primera Serie


Otra versión de este texto aparecerá en el siguiente post, para mayor aclaración.

Estas sabias palabras son un perfecto complemento explicativo de las llamadas virtudes teologales: Fe, Esperanza y Amor, mencionadas por Pablo en el famoso pasaje de Corintios 13, donde hace una de las más bellas descripciones del Amor consciente, llamado Caridad o Ágape, que nada tiene que ver con el Amor Eros:
La caridad es longánime, es benigna; no es envidiosa, no es jactanciosa, no se hincha; no es descortés, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal; no se alegra de la injusticia, se complace en la verdad; todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera. La caridad jamás decae; las profecías desaparecerán, las lenguas cesarán, la ciencia se desvanecerá.Conocemos sólo en parte y profetizamos también parcialmente; pero cuando llegue lo perfecto, desaparecerá lo parcial. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Cuando llegué a ser hombre, me despojé de las niñerías. Ahora vemos por un espejo y oscuramente, pero entonces veremos cara a cara. Al presente conozco sólo parcialmente, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora permanecen estas tres cosas: la Fe, la Esperanza, la Caridad; pero la más excelente de ellas es la Caridad.

Al manifestar "conoceré como soy conocido" Pablo alude a una muy importante cualidad divina, la Consciencia de Sí, donde, como diría Meister Eckhart: La mirada por la que le contemplo es la mirada por la que me contempla.

La Consciencia no depende del cuerpo, ni de las emociones, ni de los pensamientos, pues es la Luz invisible, silenciosa, amorosa e inteligente emanada por la Mente del Padre Común. 

Dicha Consciencia amorosa contempla el mundo y nos contempla desde dentro, esperando a ser reconocida y cultivada. Es el Logos, la Mente divina que se descubre a sí misma en nosotros.

Al vaciarnos de pensamientos, miedos y deseos vanos, aceptando la vida sin resistencia, dejamos que el Amor consciente bese nuestra presencia en silencio, y así somos realmente engendrados, alimentados y elevados por encima de nuestros pesares e imperfecciones, como lo fueron Jesucristo y Buda, a quien los textos pali también llaman Hijo del Padre Verdad.

De ahí la sentencia de Gurdjieff:

Sólo podrá llegar a decirse y llegar a ser el Hijo de Dios aquel que posea Conciencia. 
 
Sin esa cualidad, no puede haber nada genuino, por mucha religiosidad que se manifieste. 

La Fe verdadera es confianza en aquello perfecto, sublime e inmortal que no vemos, pero sabemos que es verdad, porque lo hemos conocido dentro de algún modo.  

es la Fe la garantía de lo que se espera, la prueba de las cosas que no se ven dice Palob en Hebreos 11, el capítulo sobre la Fe.

Del mismo modo, el verdadero Amor consciente sólo quiere reflejar la perfección y hacer a otros partícipes de la misma, con ayuda de la Fe. 

¿Y qué otra cosa nos cabe esperar si nos es la manifestación plena de la Perfección Divina en nosotros y los demás? He ahí la genuina esperanza consciente
Felipe el evangelista parecía muy consciente de ello al escribir en su Evangelio:

La economía de Dios depende de cuatro elementos: Fe, Esperanza, Amor y Conocimiento. 

[...]

La Fe recibe, el Amor da. Nadie será capaz de recibir sin Fe. Nadie será capaz de dar sin Amor.

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[1] Para una buena traducción del Evangelio de Felipe:
http://escrituras.tripod.com/Textos/EvFelipe.htm