Los dos libros sagrados más vendidos del mundo son la Biblia y el Tao Te Ching. Aunque sólo cuando se comprende su lenguaje se ve que son los puntos en común entre el Taoísmo y la Sabiduría hebrea. [1]
El
Camino/Tao del Cielo no combate y siempre vence
No
habla y siempre responde
No
es llamado y siempre acude
No
se apresura y todo lo acaba a tiempo
Vasta
es la red del Cielo
y
anchas sus mallas,
mas
nada se le escapa.
(Tao
Te Ching, 73)
Se
que lo puedes todo y que no hay nada que te cohiba. Y preguntas:
¿Quién osa empañar la providencia sin Conocimiento? (Job 42:2-3)
El verdadero Conocimiento en acción son la justicia y prudencia que caracterizan a la actitud
atenta, silenciosa, pausada, humilde y contenida que no ofrece
resistencia a la Vida, que no trata de imponer.
El
que sabe no habla, el que mucho habla no sabe
(Tao
Te Ching, 56)
El
que guarda su boca guarda su vida; el que mucho abre sus labios,
busca su ruina (Proverbios 13:3)
En
el siglo sexto a.C, el sabio Lao Tse llamó a esa no
interferencia wei
wu wei,
hacer sin hacer, hacer en la nada.
El
Tao mora en la No Acción (Wu Wei),
y
aún así no deja nada sin hacer.
Si
uno entiende esto
Todas
las cosas del Mundo florecen naturalmente
(Tao
Te Ching, Cap 37)
Similares
matices se hallan tras lo que los profetas llamaban yirat yhwh, que no es Temor del Señor ni miedo a Dios, sino más bien un Respeto Reverencial, o en todo caso temor a quedar desprotegido por ir en contra del orden cósmico.
El comienzo del Conocimiento [Da´at] es el Respeto Reverencial del Ser/Existencia (Proverbios 1:7)
El comienzo del Conocimiento [Da´at] es el Respeto Reverencial del Ser/Existencia (Proverbios 1:7)
El Respeto del Ser/Existencia es apartarse de toda negatividad; la soberbia, la
arrogancia, el mal camino, la boca perversa, las detesto. (Proverbios
8:13)
No
existe mayor delito que el poder del deseo, no existe mayor calamidad
que no conocer la saciedad, no existe mayor vicio que la ambición.
Por ende, el contentarse sin motivo es la satisfacción duradera.
(Tao
Te Ching, 46)
Todo
es lícito, pero no todo conviene; todo es lícito pero no todo
edifica. Nadie busque su provecho, sino el de los otros. (1 Corintios
10:24-25)
Allá
por el siglo XVI, el gran místico hebreo Isaac Luria enseñó en
términos similares al referirse al
tzimtzum, la
humilde auto-contracción u ocultamiento del Amado Sin Límite (Ayn
Sof) gracias a la cual se abre el vientre Madre donde toda la Creación
tienen lugar.
¿Acaso
hay mayor Amor que aquel que deja un Espacio para el Otro?
No
lo busquen. No la hay.
Sin
esa misteriosa apertura, no existirían ni el
divino vientre Madre, ni el Hijo primordial, ni las criaturas.
El
Gran Amado abarca a todos ellos, mas ninguno lo agota.
Pretender
definir al Amado Sin Límite es como querer envolverlo cual
caramelo o incluso matarlo.
El
Tao que puede nombrarse no es el Tao de verdad,
dice el primer verso del Tao Te Ching.
Sin
nombre es el principio del Cielo y la Tierra; con Nombre es la Madre
de las Diez Mil cosas (Tao Te Ching, 1) [2]
De
igual modo, en la tradición hebrea, los diez atributos que conforman
el Nombre (YHVH), son sólo resplandor del Supremo.
Pero
bien supieron los profetas que el Amado está por encima del
Nombre-atributos. Ni es ni deja de ser, ni hace ni deja de hacer, no
crea y aún así nada se crea sin su Esencia amante.
Nadie
puede hacer, amar o comprender sin la substancia misma del Amor.
El Supremo transciende hasta la necesidad de comprenderse a sí mismo,
pues rebosa y rebosa, y va siempre sobrado.
Es
inalcanzable y más cercano a nosotros que nosotros, ofreciéndonos
todo:
El
mayor Bien se parece al agua. El agua beneficia a todo sin competir,
ocupando los lugares que la multitud desprecia. Es similar al Tao
(Tao Te Ching, 8)
Con
razón, todo lo que pretendemos hacer, está demasiado inflado.
¿Quién puede competir con el Amado?
Todo
es vanidad (Eclesiastés I)
¿Significa
esto que hay que aniquilarse o quedarse de brazos cruzados?
Obviamente no.
El
Camino apuntado por los grandes mensajeros siempre fue y sigue siendo
malinterpretado. La mayoría se quedan mirando al dedo y no ven dónde
apunta.
Los
humanos son los únicos seres creados que pueden sentir la más
íntima Fragancia del Amado desde un planeta denso, transcendiendo
nociones de principio y final, Alfa y Omega, sin moverse, sin
alterarse.
Mas
estabilizar esa intimidad requiere primero volver a ser la imagen del
Padre Creador y llevar su Nombre cuádruple: cuerpo de Luz, Corazón puro, Mente pura y Voluntad pura.
Una
vez el Humano encarna el Nombre, todo se hace a través de él sin
esfuerzo, incluso los milagros imposibles.
Todo
lo puedo en El que me fortalece (Filipenses 4:13)
Y
sentir la acción divina sin nuestra interferencia es el primer
paso:
El
oído que oye y el ojo que ve son ambos obra del Nombre-Verbo
(Proverbios 20:12)
Del
Nombre son los pasos del hombre. ¿Qué puede saber el hombre de su
Camino? (Proverbios 20:24)
El
famoso mandamiento: No
tomarás el Nombre/Resonancia de la Naturaleza Existencial en vano (Exodo 20),
esconde una verdad íntima y profunda.
No
se trata de imponer o defender etiquetas y letreros divinos, sino de recuperar la Humanidad perdida desde la Caída; reconocer el
Amor y Vida que sustenta todo y que arde en el corazón limpio,
bañados por la Luz que viste a nuestro verdadero Ser.
Nada
más y nada menos.
Hay
quien dice que la Vida es fruto de la casualidad, y sin sentido. Pero
ni decir locuras es fruto de la casualidad.
¿Acaso
trabajamos para respirar? ¿Acaso formamos el cuerpo físico? ¿Acaso
originamos el universo y su orden?
¿Por
qué no confiamos más en el Orden, Tao, Logos de la Vida que nos entrega el Amado? ¿De qué
seguimos teniendo miedo? ¿Por qué interferimos en el Camino?
En
el Camino de la justicia está la Vida.
(Proverbios
12:28)
Mas
no nos engañemos, siendo el Camino de no interferencia a la Vida lo
más simple, es lo más complicado, ya que malos hábitos han formado
una mente ruidosa y retorcida, y un corazón demasiado sucio.
Y
no importa cuáles sean las creencias que uno tenga; un alma-corazón
sucia no puede sobrevivir mucho tiempo, ni antes ni después de la
muerte.
Si
no dejamos que la Luz limpie nuestro cuerpo, mente y corazón, ni
Dios podrá ayudarnos.
De
modo que más que aprender hay que desaprender. Más que hacer, hay
que deshacerse. Mas que llenarse, hay que vaciarse, para poder llenarse.
Y no podemos hacer esto solos. Hay que conocer el Camino.
___________________
[1] Taoísmo y la
Sabiduría hebrea tienen un mismo origen: el Corazón Universal.
Curiosamente, en Génesis 25 leemos que Abraham –que significa Padre de las Naciones–, envió a varios hijos hacia el
Oriente con presentes –dones de Sabiduría–, entorno al 2800 a.C.
Huelga decir que antes de la Torre de Babel y la Confusión de las Lenguas,
todo el mundo hablaba una lengua (Génesis 11), y conocía un Camino, un solo Dios,
hasta que el egoísmo y la soberbia comenzaron
a establecer divisiones, durante el movimiento descendente de las Edades del Tiempo.
[2]Una interesante edición del Tao Te Ching se puede hallar en https://es.wikisource.org/wiki/Tao_Te_King
[2]Una interesante edición del Tao Te Ching se puede hallar en https://es.wikisource.org/wiki/Tao_Te_King
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