domingo, 20 de abril de 2014

Coraje espiritual


María Magdalena besando los piés de Jesús
Volviendo al Evangelio de María Magdalena, es interesante observar las actitudes que Pedro y Andrés muestran hacia ella:
«¿Cómo iremos hacia los gentiles y predicaremos el evangelio del reino del hijo del hombre? Si no han tenido con él ninguna consideración, ¿cómo la tendrán con nosotros?».
Entonces Mariam se levantó, los saludó a todos y dijo a sus hermanos: «No lloréis y no os entristezcáis; no vaciléis más, pues su gracia descenderá sobre todos vosotros y os protegerá. Antes bien, alabemos su grandeza, pues nos ha preparado y nos ha hecho hombres». Dicho esto, Mariam convirtió sus corazones al bien y comenzaron a comentar las palabras del [Salvador].
Pedro dijo: «Mariam, hermana, nosotros sabemos que el Salvador te apreciaba más que a las demás mujeres. Danos cuenta de las palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces y nosotros no, que nosotros no hemos escuchado». Mariam respondió diciendo: «Lo que está escondido para vosotros os lo anunciare».
[…] [consultar en el texto entero y el primer artículo de esta Pascua para ver su discurso]
Después de decir todo esto, Mariam permaneció en silencio, dado que el Salvador había hablado con ella hasta aquí. Entonces, Andrés habló y dijo a los hermanos: «Decid lo que os parece acerca de lo que ha dicho. Yo, por mi parte, no creo que el Salvador haya dicho estas cosas. Estas doctrinas son bien extrañas». Pedro respondió hablando de los mismos temas y les interrogó acerca del Salvador: «¿Ha hablado con una mujer sin que lo sepamos, y no manifiestamente, de modo que todos debamos volvernos y escucharla? ¿Es que la ha preferido a nosotros. Entonces Mariam se echó a llorar y dijo a Pedro: «Pedro, hermano mío, ¿qué piensas? ¿Supones acaso que yo he reflexionado estas cosas por mí misma o que miento respecto al Salvador?
Entonces Leví habló y dijo a Pedro: «Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce perfectamente; por esto la amó más que a nosotros. Más bien, pues, avergoncémonos y revistámonos del hombre perfecto, partamos tal como nos lo ordenó y prediquemos el evangelio, sin establecer otro precepto ni otra ley fuera de lo que dijo el Salvador».
Los fragmentos del Evangelio de María indican que no sólo se convirtió en buena maestra, sino que asumió la responsabilidad de transmitir la esencia de la enseñanza, alentada por Jesús, su consorte espiritual, que ya la dejaba hablar a gusto en presencia de otros discípulos, como indican otros evangelios.
Sin embargo, Pedro y Andrés no parecían querer aceptar la autoridad de una mujer, lo que podría ser la razón por la cual la cristiandad se dividió; aunque los frescos cristianos de las catacumbas muestran figuras femeninas enseñando en medio de grupos de oyentes, lo cual revela la diferencia entre el primer cristianismo (siglos I y II) y el de la Iglesia posterior.
Curiosamente, Pedro fue el fundamento de la Iglesia institucional, lo cual también tiene una lectura simbólica, pues representaba era la "piedra fundación", Yesod en hebreo, que es básicamente la energía del "ego" que hay que transformar. 
Por el contrario, Juan y María se centraron “exclusivamente" en el mensaje espiritual y transformador de Yahshua, predicando con el ejemplo, más que con palabras, letras y leyes caducas. Precisamente, si hay alguien que encarne la enseñanza de Jesús, aparte de él mismo, fueron Juan y María Magdalena, los únicos discípulos que se quedaron con Jesús bajo la cruz, junto con su madre. Su amor por él era lo suficientemente fuerte como para superar el temor a ser asesinados también, algo que no puede decirse de los demás. Pedro, en particular, negó ser un discípulo tres veces, de acuerdo a los evangelios. Si no han tenido con él ninguna consideración, ¿cómo la tendrán con nosotros? A lo que Maríam responde: No llores y no te aflijas ni seas irresoluto, pues su gracia, será enteramente con vosotros y os protegerá.
En conclusión, tanto los evangelios canónicos como los apócrifos, parecen apuntar a una historia diferente, la escrita en los corazones de los amantes de la Sabiduría, más que en pilares de piedra.

sábado, 19 de abril de 2014

Jesús y el Calendario Esenio






Gracias a los datos bíblicos y otras fuentes antiguas, se hace cada vez más evidente que Yahshua creció en la hermandad de los Nazarenos, como muchos miembros de su familia. Y se les llamaba así porque solían hacer el voto nazareo/nazarita descrito en Números 6, hallándose también hermanados con lo que historiadores antiguos llamaban Esenios, con los cuales Yahshua pudo recibir también cierta formación inicial, aunque no fuese un esenio en sentido estricto. Ambos grupos eran ramas de un mismo árbol.

y vino y habitó en la urbe [polis, comunidad] que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno (Mateo 2:23)

Lo cual se anticipaba desde antes:

Y brotará un retoño del tronco de Yeshe, y un vástago/rama (netzar) de sus raíces dará fruto–Isaías 11: 1

Los nazarenos existían desde antes de la era cristiana, como apuntó San Epifanio [1], y se hallaban vinculados al Monte Carmelo, enclave principal de la Escuela Profética del nazarita Eliyah, en el Norte de Israel. De ello ya dio noticia la primera orden monástica de los Carmelitas, fundada en dicha montaña en el siglo XII.

Ahora, en este artículo hemos de prestar atención a un dato curioso.

Según pasajes evangélicos como Juan 19:13, Jesús fue condenado el día de preparación de la Pascua lunar judía  [1], es decir, un Jueves, horas después de la Santa Cena.

Sin embargo,  según Mateo 26:17 y Lucas 22:7, esa cena era de carácter pascual.

Ahora bien, como siempre, las contradicciones evangélicas tienen un propósito, que es hacer pensar conscientemente y desarrollar así la atención y discernimiento mental, necesarias para el nacimiento  y crecimiento del Hijo del Hombre.

Y dado que en Marcos 14 se dice: Faltaban dos días para la Pascua y los Ácimos oficiales de los judíos, cabe pensar que la Última Cena tuvo lugar un Miércoles, o incluso un Martes por la tarde, dependiendo de cómo se interprete Lucas 22:7 y Mateo 26:17 [2]
Esto lleva inevitablemente a pensar que Jesús y sus discípulos celebraron la Pascua de acuerdo con el calendario solar de la comunidad de Qumrán, no con el lunar oficial judío, y obviamente sin cordero, ya que ni nazareos ni esenios comían carne ni bebían vino debido al voto nazareo, ni hacían sacrificios en el templo, considerando esto último una costumbre salvaje, ya denunciada por profetas como Isaías y Daniel.

La primera en apuntar la posibilidad de una última cena llevada a cabo bajo calendario esenio fue la francesa A.Jaubert, en su libro La Fecha de la Última Cena (1965), pero no causó mucho impacto. 

Sin embargo, la idea está ganando apoyo, incluso de los estudiosos de la Iglesia Romana, como por ejemplo el teólogo Joseph Ratzinger, quien en marzo de 2007, cuando aún era el Papa Benedicto XVI, habló con claridad durante el mensaje del Ángelus. He aquí un extracto de su discurso [3]:

En las narraciones de los evangelistas hay una aparente contradicción entre el Evangelio de Juan, por un lado, y lo que Mateo, Marcos y Lucas nos dicen por otra parte. Según Juan, Jesús murió en la cruz precisamente en el momento en el que, en el templo, los corderos de la Pascua estaban siendo sacrificados. Su muerte y el sacrificio de los corderos coincidieron. ¡Esto es, que murió en la víspera de la Pascua, y que, por tanto, no podía haber celebrado personalmente la cena pascual; por lo menos esto es lo que parece.

Por el contrario, de acuerdo a los tres evangelistas sinópticos, la última cena de Jesús fue una cena pascual en su forma tradicional. Él introdujo la novedad del don de su cuerpo y sangre. Esta contradicción parecía imposible de resolver hasta hace unos años. La mayoría de los exegetas pensaban que Juan no quería comunicarnos la verdadera fecha histórica de la muerte de Jesús, y tuvo que optar por una fecha simbólica para hacer la verdad profunda más evidente: Jesús es el nuevo y verdadero cordero que derramó su sangre por nosotros.

El descubrimiento de los manuscritos de Qumrán nos ha llevado a una solución convincente posible que, aunque no aceptada por todos, es altamente probable. Ahora podemos decir que aquello a lo que Juan se refirió es históricamente correcto. Jesús realmente derramó su sangre en la víspera de la Pascua, a la hora del sacrificio de los corderos.

Sin embargo, celebró la Pascua con sus discípulos probablemente de acuerdo con el calendario de Qumrán, es decir, al menos un día antes – lo celebró sin cordero, como la comunidad de Qumrán, que no reconoció el Templo de Herodes y esperaba un nuevo templo. Por lo tanto, Jesús celebró la Pascua sin cordero, no, sin cordero no: en lugar del cordero se entregó a sí mismo, su cuerpo y su sangre [3].

Esta y otras conexiones sorprendentes comienzan a dar una imagen completamente diferente de los inicios del cristianismo, y con el paso del tiempo, viejas creencias dogmáticas caerán, dejando paso a una visión más coherente e inspiradora.

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[1Ellos no se llamaban a sí mismos nazarenos tampoco […] existían desde antes de Cristo y no conocían a Cristo… eran judíos por nacionalidad, tenían cierto conocimiento de la Ley de Moisés, pero declaraban que las costumbres eran ficciones [i.e alegorías] instituidas por los padres. Esta era la diferencia entre los nazarenos y los otros [nazarenos posteriores más judaizados]Epifanio, Contra Herejías/ Panarion XIX, 5:6

[2] Sobre la relación entre Qumrán y el primer cristianismo: https://es.wikipedia.org/wiki/Manuscritos_del_Mar_Muerto

[3] Fuente del texto: 
http://www.piercedhearts.org/benedict_xvi/angelus/mar_25_07.htm

Ver artículo: Servicio de Luz Verdadera. 2 de Mayo del  2015

jueves, 17 de abril de 2014

Corazón No Dual


Evagelio de María Magdalena, Papiro de Oxyrrhinco

En sintonía con el artículo anterior sobre la meditación del corazón, aquí tenemos un pasaje del famoso Evangelio de María Magdalena, que fue descubierto por primera vez en 1896, contenido en un papiro del siglo V. Más tarde apareció también en la biblioteca de Nag Hammadi. 
Su profundidad indica que está realmente conectado a las tradiciones contemplativas y el mensaje místico de Jesús, quien dictó la parte más profunda de la enseñanza a María Magdalena, como este evangelio sugiere.
[...] entonces, ¿será destruida la materia o no? El Salvador dijo: “Todas las naturalezas, todas las producciones y todas las criaturas se hallan unas dentro de las otras, y se disolverán otra vez en su propia raíz, pues la naturaleza de la materia se disuelve en lo que pertenece únicamente a su naturaleza. Quién tenga oídos para escuchar, que escuche.
“No hay pecado, sin embargo vosotros cometéis pecado cuando practicáis las obras de la naturaleza del adulterio [apego a lo físico, identificacion, distracción] denominada pecado. Por esto el Bien entró en medio de ti, hacia lo que es propio de toda naturaleza, para restaurarla en su raíz.”
Entonces prosiguió y dijo: «Por esto enfermáis y morís, puesto que [...] del que...comprenda. [La materia engendró] una pasión sin igual, puesto que procedió de (algo) contra natura. Entonces se produce un trastorno en todo el cuerpo. Por esto os dije: “Sed de buen ánimo, y si os encontráis descorazonados, (sed) alentados en presencia de las diversas formas de la naturaleza. Quien tenga oídos para escuchar, que escuche”.
La naturaleza de estas enseñanzas se vuelve más y más evidente a medida que uno se familiariza con el arte de morar en el silencio del corazón, sin tratar de alejar los mundos externos e internos, sino más bien comprenderlos para reconciliarlos. 

De ahí que se nos diga: "Sed de buen ánimo", y si estáis descorazonados (sed) alentados en presencia de las diferentes formas de la naturaleza”. 

Al dejar fluir los fenómenos, permitiendo a la consciencia abrirse cual flor, uno pronto se da cuenta de que todas las percepciones se disuelven en una presencia profunda en el corazón, y no es secuestrado por el remolino del caos externo e interno, o como Jesús y María lo expresaron, siendo un corazón libre de "adulterio". 

Al adoptar esta actitud abierta, cada impresión, cada preocupación, se convierte en una oportunidad para ser libres. Por esto el Bien entró en medio de ti, hacia lo que es propio de toda naturaleza, para restaurarla en su raíz.

martes, 1 de abril de 2014

De la cabeza al corazón


Cualquier forma de meditación que sólo tiene la “mente” como base sólo puede conducir a callejones sin salida, estados rancios de indiferencia que omiten la "dulce serenidad amorosa" que subyace el caos en el que vivimos. Sólo un enfoque que unifique cuerpo y mente desde el “corazón" lleva a la transformación espiritual. Como dice un viejo proverbio espiritual: el viaje más largo que un hombre debe tomar es la de dieciocho centímetros de su cabeza a su corazón.

El movimiento de la cabeza al plexo solar y el corazón debe comenzar con el acto constante de habitar el cuerpo con discernimiento, viendo la falsedad de pensamientos y emociones negativas (irascibilidad, desprecio, rencor, miedo, inseguridad...) que no son Yo Soy y nos privan de acceso al espíritu que somos realmente.

Al desenmascarar su impulso destructivo, esos pensamientos y emociones se van disolviendo en la espaciosidad misericorde, sin que hagamos demasiado esfuerzo. En realidad es la Mente divina la que nos libera. Esto parece estar sugerido en un pasaje del Nuevo Testamento:

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios [hos en morphe theou], no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se vació a sí mismo, tomando forma de siervo(Filipenses 2, 5-8).

Cuando este acto de "soltar" y "abrirse" desde el cuerpo tiene lugar, la percepción acaece de modo natural, uniendo mente, cuerpo y corazón en un solo Yo Soy, la Luz del Mesías, la Mente del Supremo que llega dentro y baña nuestro espíritu.

Esta forma de meditación no es enteramente contemplativa, pues incluye discernimiento y un constante ejercicio de la atención expansiva. Sin embargo, prepara el terreno humilde donde la auténtica contemplación puede tener lugar.

Ésta es la mejor forma de comenzar el día, sentándonos a disfrutar del "corazón espacioso", más que a sufrir luchando contra los pensamientos.


Las siguientes exposiciones de Cynthia Bourgeault contienen algunos apuntes interesantes relacionados con lo expuesto, aunque se trata de un nivel muy básico: