Para muchos, la presente confluencia de perturbaciones socio-económicas y geo-climatológicas es algo malo, algo que debe evitarse. ¿Pero acaso no es todo ello un requerimiento cósmico para pagar las "deudas" que tenemos pendientes?
Muy pocos se dan cuenta de que nuestros supuestamente civilizados modos de vida (consumismo, superficialidad, explotación salvaje de la naturaleza, etc) reflejan lo que los indígenas Hopi de Norteamérica llamaron "koyaanisqatsi", vida desequilibrada, que es en sí misma una llamada a la transformación.
No es la primera vez que la raza humana vive este estado de caos. Pero estamos tan ocupados con nuestras fantasías y pueriles caprichos que apenas recordamos el hundimiento de otras civilizaciones, como el sufrido por un grande y codicioso imperio –similar a nuestro mundo occidenta– que existió en tiempos prehistóricos.
Sin embargo, aquellos días eran un "crepúsculo" en el llamado Gran Año de nuestro sistema solar, mientras que hoy la noche se ha terminado y un amanecer se despliega lentamente, siguiendo el ritmo de las estrellas, limpiando el terreno para la venida de lo nuevo.
Una vieja y olvidada verdad que Swami Sri Yukteswar reavivó en 1895, con el libro La Ciencia Sagrada.
Hoy en día esto se halla incluso en sintonía con descubrimientos recientes, como refleja el libro Lost Star of Myth and Time, de Walter Cruttenden, y su proyecto www.binaryresearchinstitute.org.
Una vieja y olvidada verdad que Swami Sri Yukteswar reavivó en 1895, con el libro La Ciencia Sagrada.
Hoy en día esto se halla incluso en sintonía con descubrimientos recientes, como refleja el libro Lost Star of Myth and Time, de Walter Cruttenden, y su proyecto www.binaryresearchinstitute.org.
Que los humanos respondan en concordancia o no, es algo incierto.
Con todo, como dicen sabios ancianos, es un privilegio vivir este proceso, a pesar de que la disolución de nuestras estructuras sociales y psicológicas cause dolor.
Es pues un tiempo para esperar y reflexionar sobre nuestro papel en la vida.
En sintonía con el tema, arriba dejo un vídeo reflexivo con nuestra interpretación de la banda sonora Koyaanisqatsi:
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