Muchas son las sendas de supuesto desarrollo interior que se plantearon desde hace miles de años, cuando el alma adámica cayó en especies humanas antropoides.
Sin embargo, a pesar de las tecnologías espirituales y religiosas la humanidad se hundió en el fango, llamada por la Sophía del mundo, pero haciéndose más y más esclava de la ignorancia promovida por la energía ciega de la serpiente (kundalini), la cual, según la ciencia yóguica más antigua, obstruye el prana vital y esclavida al ser humano en la ignorancia o avydia [1].
Ya en enseñanzas antiguas como la del Génesis y el Nuevo Testamento se narró que desde la caída, hay dos semillas mezcladas en la humanidad: la semilla de la mujer (que contiene potencial de conciencia) y la semilla de la serpiente (que contiene la inclinación permanente al desvío y rebeldía).
Aún así, muchas enseñanzas de supuesta liberación siguieron influenciadas por la semilla de la serpiente y su cultura de prostitución almática, de la que también se habló:
Las aguas que has visto, donde está sentada la ramera (alma humana), son multitud de pueblos, naciones y lenguas (Apocalipsis 17:15)
Como veremos, aquí encajan supuestas espiritualidades de liberación muy de moda hoy día, así como otras formas de adoración a lo que gentes consideran divino sin serlo realmente.
Según las tradiciones antiguas fueron precisamente ángeles/arquitectos caídos/bene ha elohim/hijos de los astros, quienes enseñaron muchas artes de religión astral, espiritualidad y magia, como bien sugieren el Libro de Enoch. Pero incluso otras formas de religión más convencional derivan de almas astrales caídas, las cuales corrompieron los mensajes de enviados y profetas. Esto fue expuesto y denunciado por el mismo maestro Yeshu al llamar hijos de su padre el Acusador a los fariseos (Juan 8) o algo más definido:
¡Serpientes! ¡Raza de víboras! ¿Cómo van a escapar del castigo del estado espiritual infernal (Gehenna)? Por esto yo les voy a enviar profetas, sabios y maestros. Pero ustedes matarán y crucificarán a algunos de ellos, y a otros los golpearán en las sinagogas y los perseguirán de pueblo en pueblo. Así que sobre ustedes caerá el castigo por toda la sangre inocente que ha sido derramada desde Abel el justo hasta Zacarías, hijo de Berequías, a quien ustedes mataron entre el santuario y el altar (Mateo 23:33-35)
Ciertamente, en algunos casos la religión surgió como fruto de la ignorancia del Adam caído, pero en otros también intervino la influencia de inteligencias Naga o Najash que inyectaron sus diversas sabidurías de adoración, convirtiéndose en el famoso Adversario o Satán mencionado en textos sagrados. Ellas y no un Dios Malvado, fueron las que torcieron numerosas enseñanzas, haciéndose pasar por el Dios Verdad en muchos casos, y engañando a la siempre ingenua y enfermiza raza humana.
Por tanto es necesario separar la verdad de la falsedad, viendo la diferencia entre las enseñanzas que los llamados Ángeles Caídos o Bene ha Elohim trajeron a la tierra, con o sin ayuda de Nagas, y el auténtico arte de ponerse en camino hacia el Camino de Vida sin engaños ni Retorno.
Las Cuatro Sendas
Recientemente me comentaron algo sobre un tema muy popular en referencia las sendas espirituales:
el año pasado descubrí la descripción de "los tres caminos de mas o menos represión mencionados por un "famoso" escritor-conferenciante que asegura son: el camino del fakir, el camino del monje y el camino del yogui... Este hombre, que al parecer es bastante famoso, no tiene en cuenta aspectos que desconoce ya no del monje, pero mas sí del fakir o el yogui...
Y a decir verdad, sobre los tres caminos de represión surgen visiones demasiado simplistas. Seguramente se hace eco de lo que relató Ouspensky en su obra Fragmentos de Una Enseñanza Desconocida. De un modo un tanto genérico el ruso escribió que según Gurdjieff hay tres sendas tradicionales más o menos extendidas para intentar el desarrollo interno: la del Fakir que trabaja sobre el físico-energético, la del monje que se centra en el trabajo emocional devocional y la del Yogi que se centra en el trabajo mental. Aunque luego veremos que dentro de esas vías hay variantes.
Ahora, tal como indicó el sabio armenio, todas esas sendas requieren renunciar al mundo o retirarse, trabajando unilateralmente, contrariamente a lo que enseñó el Maestro Nazareno, quien expresó su Ser Divino, armonizó su mente, corazón y cuerpo, y se mezcló con las gentes del mundo ayudándoles a salir del fango.
Por eso Gurdjieff habló de una antiquísima cuarta senda de desarrollo integral que tiene lugar dentro del caos mundanal. La denominó Haida Yoga, que significa Unión Rápida, pues consiste en unir los centros inferiores de percepción con los superiores, la Conciencia y Voluntad del Padre Universal. Y esto prepara el terreno para el atajo del Nuevo Adam expresado por el Maestro Yeshu.
Esto último casi nadie lo entiende. No hay que confundir preparación y con el Camino Sin Retorno que enseñó el Maestro de maestros, quien ya habló de unir los centros inferiores a los superiores:
Amarás al Verbo Divino con todo tu corazón y toda tu alma vital, con toda tu mente y con todas tus fuerzas (Marcos 12:30)
Ahora, la enseñanza de las vías no es exclusiva de Gurdjieff. Es posible que él conociera los Proverbios 30:19 del rey Salomón y otras enseñanzas similares:
Hay tres cosas que son incomprensibles para mí,
y una cuarta que no entiendo:
el camino del águila en el cielo,
el camino de la serpiente sobre la roca,
el camino del barco en medio del mar,
y el camino del varón en la doncella.
Así es el camino de la mujer adúltera:
come, se limpia la boca,
y dice: No he hecho nada malo.
Hay tres caminos que llevan a la sabiduría: La imitación, el más sencillo; la reflexión, el más noble; y la experiencia, el más amargo (Confucio)
Y de la verdadera imitación del Maestro podría salir mucho, si el humano andara tan enredado en sendas trilladas.
Si nos ponemos a analizar la Vía del Fakir, veremos que ahí se trabaja sobre el cuerpo para dominar pasiones. Ciertos fakires llegan a desarrollar poderes y resistencias fuertes, durmiendo sobre clavos, peregrinando descalzos, etc. Pero esos poderes también los desarrollan monjes shaolin por medio del Ki Gong y practicantes de técnicas taoístas.
En cuanto a la Vía del Monje, el trabajo es devocional, trabajando emociones por medio de una vía de adoración y oración. Podemos ver que aquí también entrarían misticismos de tipo culto a la Diosa, que exigen retiro en la Naturaleza, rituales matriarcales, etc.
Hay de hecho espiritualidades basadas en la adoración a la energía de la Naturaleza y la famosa Serpiente Kundalini. Por tanto aquí entrarían ciertos gnosticismos, como la religión de los Ophitas, ciertas prácticas de kundalini yoga, y por supuesto las vías tántricas del Hinduismo y Budismo Vajrayana, que emplean la sexualidad como supuesta vía de liberación (eufemismo para esconder formas de fornicación sofisticada).
En el próximo artículo publicaré diversas referencias antiguas y modernas al poder engañoso de la Kundalini, que contrariamente a lo que se piensa, no jugaba un papel esencial en el Yoga, sino todo lo contrario, ya que dicha energía deriva de influencias para mantener a la humanidad dormida.
Y las tecnologías kundalini derivan sobre todo de las famosas Nagas o inteligencias serpentinas, que desde el mundo astral gobiernan el Árbol del Conocimiento de lo Bueno y lo Deficiente, con el que sedujeron al alma de la humanidad en el Jardín del Eden y posteriormente, como bien confirman también numerosas narraciones sagradas.
Luego estaría la senda del Yogi que "trabaja la mente", de lo cual se deduce que no sólo incluye al Radja Yoga y Gnana Yoga, sino todo tipo de espiritualidad mentalista, incluyendo ciertas cábalas y hermetismos de meditación intelectual.
En estos contextos surgió la propuesta de Gurdjieff sobre una Cuarta Vía o Haida Yoga, Yoga Rápido, la cual es una preparación para allanar el terreno en un mundo de pirañas y lagartos al acecho. El crecimiento implica desarrollar la atención y consciencia vital para unir los centros motor, físico, orgánico, emocional y mental, haciendo descender los influjos de los centros superiores de Conciencia.
Esto conlleva traer artes conscientes que ayuden al desarrollo humano, sin parafernalias religiosas ni técnicas estrafalarias sobre la kundalini, cuyo efecto debe ser neutralizado. Es decir, se puede emplear la música o la danza incluso, pero sin caer en adoración a algo externo.
Y cada cual debe comprender cuál es la función verdadera de Sí mismo en el Cosmos y la Tierra, para no caer en las repeticiones inútiles.
Es innegable que hay religiones y espiritualidades tratan de combinar elementos de los tipos físicos, emocionales y mentales. Pero eso es un collage de corta y pega, no una Enseñanza Original sobre el Desarrollo Armonioso, como sugirió Gurdjieff.
Esto es algo que ni siquiera se comprende en muchos grupos del cuarto camino, que mezclan enseñanzas sin criterio.
La Serpiente sobre la Roca y las Aguas
Y el problemas de todas estas vías es que un desarrollo unilateral de los centros físico-energético, mental y emocional no sirve para resolver un trauma profundo que viene de enredarse con la legendaria energía de la Serpiente en la roca del cuerpo y las aguas psique .
Como iremos viendo, esto bloquea la expresión del ADN de Vida original, el Nuevo Adam no manipulado: Yo soy la Vid verdadera y vosotros las ramas (Juan 15).
Desde la caída de Adam, la verdad y la mentira llegan mezcladas a la humanidad, pues como relata el Génesis 3, hay dos semillas: la de la mujer (alma humana encarnada, portadora de la divina Conciencia potencial) y la de la serpiente (portadora de deseos astrales), de la cual derivaron numerosas enseñanzas espirituales (chamanismos, tantrismos, fundamentalismos…).
En la Biblia se habla por ejemplo del Becerro de Oro que adoró el pueblo de Israel, que siguió religiones traídas por almas de Orion, rechazando así la Torah de Luz. Su corto entendimiento y corazón de piedra obligó a líderes como Moisés a dar una Torah codificada, que casi nadie entendió. Y todo el aparato del sacerdocio ni siquiera venía de la Divinidad, sino de sugerencias de su suegro Jetro, sacerdote de Median. De ahí vinieron muchos más legalismos malévolos que deformaron por completo el mensaje de los profetas.
Dejando el llamamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres (Marcos 7:8)
Otro tanto se puede decir de tradiciones monacales de Oriente y Occidente. Son tradiciones humanas que a lo sumo sirvieron de refugio y consuelo a almas traumadas. Pero eso no libera, y en muchos casos conduce a formas de degeneración que alcanza hasta el abuso sexual, de lo cual están llenos los ashrams, sinagogas, iglesias, mezquitas, y tantas otros templos.
Esto por supuesto no significa que todos los templos sagrados alberguen esas actividades. Como bien señaló el mismo Gurdjieff, algunas vías tradicionales han sido necesarias para ciertas personas. Como bien decía el armenio, si una persona trabajó toda su vida haciendo frente a todo tipo de vicisitudes y al final de sus días se retira a un monasterio, evoluciona mucho más que un joven que renuncia al mundo y se mete a monje sin aprender las lecciones más esenciales de la vida en un mundo de caos.
Por eso a menudo los monasterios y ashrams están llenos de suicidas místicos llenos de traumas. No han integrado su sombra y simplemente quieren deshacerse de ella o escapar del mundo. Pero la Naturaleza les cobra el peaje, descuartiza sus almas o espíritus y los pone en otro cuerpo.
Esto mismo se reconocen en enseñanzas budistas y yogas hindúes que aseguran cómo ciertos maestros tienen que reencarnar para terminar de liberarse. El mismo Ramana Maharshi aseguró estar quemando karma igual que una vasija de barro que da vueltas por inercia, después de que le preguntaran por qué no se liberaba con su estado de santidad.
El mismo Ramana fue el máximo exponente del Gnana Yoga o Yoga de la Gnosis que trata de realizarse con el discernimiento del Yo liberado. Y siguiendo la enseñanza de los Vedas, reconoció que existe un poder engañoso en la mente, que a menudo es fuente del apego a este mudo. Pero que en sí es como la ilusión de quien confunde una cuerda con una Serpiente venenosa.
Se refería por supuesto a la energía Kundalini, que se estanca en el kunda (región sacra) y a menudo explota en formas que acaban arrastrando al ingenuo humano a estados pasionales o incluso a éxtasis que ingenuos chamanes y místicos confunden con la iluminación.
En el Libro del Éxodo se dice que a los mismos israelitas les picaron las serpientes (energías kundalini), y cuando se les explicó la razón, por medio de la alegoría de la Serpiente de Bronce elevada por Moisés, muchos acabaron haciendo otra religión de idolatría, construyendo la famosa Nehustán o Serpiente ídolo, que se venera incluso en algunas formas de Pseudo-Yoga.
La energía Kundalini en cambio se estanca o bien explota en formas que acaban arrastrando al ingenuo humano a estados que algunos incluso confunden con iluminación.
No hace mucho el mismo Sadguru, fenómeno de marketing espiritualista mundial, hizo un ritual donde puso al ganado humano a adorar a una Serpiente.
Dicho gurú asegura ser reencarnación de un Yogi que no logró ser Jivanmukti, liberado en vida. Y mira por donde, hoy vino a ser gran producto de marketing del refrito new age.
El tan reverenciado yogi estuvo incluso casado con una mujer que cometió una especie de suicidio místico, abandonando el cuerpo a voluntad con ciertas técnicas yóguicas, siendo aún demasiado joven y traumada para marchar.
Por sus frutos los conoceréis se dijo, ¿no?
Por otra parte tenemos el caso de abusos sexuales reconocidos en grandes gurús del budismo, ya sea Hinayana, Mahayana y Vajrayana, incluidos Chongian Trungpa, Sogyal Rimpoché y otros tantos pochés y pseudo-maestros famosos. Esto demuestra que la persecución del Nirvana, el culto a la Diosa Tara del chamanismo y la Luz Madre o Rigpa no liberan, sino que meten a necios ignorantes en ratoneras para tarados.
Habría por supuesto muchos otros gurúes profundamente enfermos, como fue el caso de Osho Rajneesh, llamado el gurú del sexo; el maestro Aguilar, experto en artes marciales y supuesto seguidor del budismo y otros largo etcétera.
La Vía Negativa o Apofática
Entre todos los caminos de auto-desarrollo y auto-descubrimiento, posiblemente el más destacado e importante es el de la Vía Negativa, que consiste en rechazar o negar lo que no es para afirmar y quedarnos con LO QUE ES. Es la vía empleada por sabios vedantines, parmenídeos, neoplatónicos, el Buda, algunos sufíes e incluso por el Maestro Yeshu. Pero no siempre se ha comprendido bien.
La propia energía de la Serpiente pervirtió muchas enseñanzas, incluidas las enseñanzas de Buda.
Irónicamente, cuando uno estudia los verdaderos textos Pali, que recogen las palabras del Buda, se ve que Sidarta no enseñó a mezclar lo chamánico ni propuso ninguna vía de Liberación por medio de la disolución del Yo. La doctrina del anatta o no yo es inexistente en los textos Pali. El simplemente trató de proponer una Vía Media renovando el Brahmayana o Vía del Brahman.
Y gran parte del malentendido vino de no comprender la expresión Camino Medio y Anatta, que es central y malinterpretada, sobre todo por los budistas Theravada, quienes confundieron el Atta con el Shunya o vacío de esencia, de donde sugieren la vivencia del Shunyata o vacío de Yo como liberación. Pero en realidad Shunya es sólo la Vacuidad que lleva al Atta (Esencia, Yo en Pali), léase Atman en Sánskrito, o Adam en hebreo. Shunya una cualidad femenina de despojarse, desnudarse de lo que no es para hallar el Ser que Es y no puede dejar de Ser. Es la clásica vía negativa o apofática de los viejos místicos griegos y védicos. Como dicen los Upanishads: Neti, Neti, Ni esto ni lo otro.
Me tiré muchos años estudiando los engranajes de la religión y no soy el único que llegó a esas conclusiones.
El Yoga de Yeshu también implicaba cierta negación pero al mismo tiempo transformación del ego:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame (Mateo 16:24)
El Apóstol Pablo se expresó de modo muy similar: tened la misma mente que tuvo el Mesías, que no estimó ser igual a Dios sino que se vació a sí mismo y se hizo siervo (Filipenses 2:5).
Pero ese vaciarse de egoísmo no implica colgarse sotanas y túnicas de colores, ni recluirse en monasterios y shangas, ni perderse en un vacío cósmico. Eso son sólo sutiles formas de egoísmo y miedo a un mundo despojado de sentido.
El Trabajo consciente es en cambio consiste en despojarse del egoísmo humano para venir a rescatar la vida atrapada en un mundo de oscuridad. Sólo así desarrollamos y conservamos la corona de Voluntad, Conciencia y Vida entregada con talentos, que nos es entregada desde las regiones de altas vibraciones.
Aquí encajarían diversas enseñanzas que pueden ser compatibles con lo expresado por el Maestro, siempre y cuando se vean en su contexto.
[1] “Si analizas lo que he estado diciendo, verás que Kundalini no es sino lo que se ha llamado Avidya [ignorancia]. De la misma manera que Avidya se ha vuelto tan poderosa que impide que vea purusha [espíritu de la persona misma], Kundalini bloquea la entrada de prana al sushumna [el canal central en el cuerpo para el flujo de prana].” (T.K.V. Desikachar, La religiosidad en el yoga: Conferencias sobre teoría y práctica, editadas por M.L. Skelton y J.R. Carter, University Press of America, Lanham, MD, 1980, p.244)