lunes, 25 de octubre de 2021

Especial Llave del Auto-Conocimiento Sefirótico: Descubrie tu Propósito y Bloqueos en 9 Energías.

Webs: 

https://vitalenarmonia.wixsite.com/vitalenarmonia

https://enarmony.wixsite.com/enarmoniadevida

Blog: http://cantoderealidad.blogspot.com​ 

Donaciones Paypal (no requiere tener cuenta Paypal): https://www.paypal.com/donate/?hosted_button_id=AQYZ3LFCVWDT4

Otro Canal, Vital Enarmonía: https://youtu.be/KGCuLPlb65c 

 

Llave de Auto-conocimiento Sefirótico en 9 Energías

 

Energía 1: Visión clara, Auto-confianza, Seguridad, Liderazgo, Creatividad

Sombra 1: Inseguridad, Ceguera, Narcisismo, Dominación, Competencia

Porpósito 1: Liderar y dar seguridad en hogar, comunidad, empresa... 

 

Energía 2: Equilibrio, Cooperación, Compartir, Intuición de Ayuda

Sombra 2: Duda, Indecisión, Apego, Confusión

Propósito 2: Ayudar, Cooperar, Equilibrar


Energía 3: Relacionalidad, Fertilidad, Afectividad, Intelecto Espiritual

Sombra 3: Desconexión, Intelectualidad, Dramatismo, Nerviosismo

Propósito 3: Inspirar, Relacionar, Comunicar


Energía 4: Estabilidad, Misericordia, Materialidad, Provisión, Método

Sombra 4: Irracionalidad, Testarudez, Tacañería, Desorden, Melancolía

Propósito: Dar estabilidad, Provisión, Apoyo misericorde, Manager, Gestor


Energía 5: Disciplina, Libertad, Principios Éticos-vitales

Sombra 5: Libertinaje, Esclavitud, Azarosidad, Inseguridad

Propósito 5: Guía vital, Dar sentido existencial-espiritual


Energía 6: Familia Ideal, Visión Elevada, Auto-aceptación, Armonía

Sombra 6: Victimismo, Auto-sabotaje, Auto-compasión, Culpa

Propósito 6: Proveer unión, Nutrición, Amor universal


Energía 7: Confianza en el Proceso, Apertura de Mente, Conducción lúcida

Sombra 7: Impaciencia, Paranoia, Control, Exceso de Trabajo

Propósito 7: Dirigir, Organizar, Conducir energías, Ver detalles importantes


Energía 8: Fuerza, Expansión, Abundancia, Justicia, Logística, Protección

Sombra 8: Ambición, Rencor, Venganza, Desperdicio

Propósito 8: Distribuir, Proteger, Proveer Abundancia


Energía 9: Sabiduría, Integración, Integridad, Transmutación, Serenidad

Sombra 9: Aislamiento, Desintegración, Sobrecarga, Oscuridad interior

Propósito 9: Digerir e Integrar experiencias, Guia Prudente, Transmutación



sábado, 9 de octubre de 2021

Ser, Saber y Comprender

 


Webs: 

https://vitalenarmonia.wixsite.com/vitalenarmonia

https://enarmony.wixsite.com/enarmoniadevida

Blog: http://cantoderealidad.blogspot.com​ 

Donaciones Paypal (no requiere tener cuenta Paypal): https://www.paypal.com/donate/?hosted_button_id=AQYZ3LFCVWDT4

Otro Canal, Vital Enarmonía: https://youtu.be/KGCuLPlb65c 

 

SER, SABER & COMPRENDER

(extracto de Fragmentos de Una Enseñanza Desconocida, P.D.Ouspensky)


En casi todas sus exposiciones, Gurdjieff regresaba a un tema que evidentemente consideraba de suma importancia, pero que era para muchos de nosotros difícil de asimilar. —El desarrollo del hombre, decía él, se opera a lo largo de dos líneas: «saber» y «ser». Para que la evolución se realice correctamente, ambas líneas deben avanzar juntas, paralelas una a otra y sosteniéndose una a otra. Si la línea del saber sobrepasa demasiado a la del ser, o si la línea del ser sobrepasa demasiado a la del saber, el desarrollo del hombre no puede hacerse regularmente; tarde o temprano tiene que detenerse. 

"La gente capta lo que debe entenderse por «saber». Reconocen la posibilidad de diferentes niveles de saber: comprenden que el saber puede ser más o menos elevado, es decir, de más o menos buena calidad. Pero esta comprensión no la aplican al ser. Para ellos, el ser designa simplemente «la existencia», que ellos oponen a la «no existencia». No comprenden que el ser puede situarse a niveles muy diferentes, incluir varias categorías. Tomen, por ejemplo, el ser de un mineral y el ser de una planta. Son dos seres diferentes. El ser de una planta y el de un animal, son también dos seres diferentes. Igualmente lo son el ser de un animal y el ser de un hombre. Pero dos hombres pueden diferir en su ser más aún que un mineral y un animal. Esto es exactamente lo que la gente no capta. Ellos no comprenden que el saber depende del ser. Y no solamente no lo comprenden, sino que no quieren comprenderlo. En la civilización occidental en particular, se admite que un hombre pueda poseer un saber vasto, que pueda ser por ejemplo un sabio eminente, autor de grandes descubrimientos, un hombre que hace progresar la ciencia, y que al mismo tiempo pueda ser, y tiene el derecho de ser, un pobre hombre egoísta, discutidor, mezquino, envidioso, vanidoso, ingenuo y distraído. Parece que aquí se considera que un profesor tiene que olvidar en todas partes su paraguas.

"Y sin embargo, tal es su ser. Pero en Occidente se estima que el saber de un hombre no depende de su ser. La gente da mayor valor al saber, pero no sabe darle al ser un valor igual, y no tiene vergüenza del nivel inferior de su propio ser. Ni siquiera comprende lo que esto quiere decir. Nadie comprende que el grado del saber de un hombre es función del grado de su ser. 

"Cuando el saber excede demasiado al ser, se vuelve teórico, abstracto, inaplicable a la vida, aun puede tornarse nocivo, porque en lugar de servir a la vida y de ayudar a la gente en su lucha contra las dificultades que la asaltan, tal saber comienza a complicarlo todo; desde luego, ya no puede aportar sino nuevas dificultades, nuevos problemas y toda clase de calamidades que no existían antes. 

"La razón de esto es que el saber que no está en armonía con el ser, nunca puede ser bastante grande o, mejor dicho, no puede estar lo suficientemente calificado para las necesidades reales del hombre. Éste será el saber de una cosa, ligado a la ignorancia de otra: será el saber del detalle, ligado a la ignorancia del todo: el saber de la forma, ignorante de la esencia.

"Tal preponderancia del saber sobre el ser puede ser comprobada en la cultura actual. La idea del valor y de la importancia del nivel del ser está completamente olvidada. Y se ha olvidado también que el nivel del saber está determinado por el nivel del ser. De hecho, a cada nivel de ser corresponden ciertas posibilidades de saber bien definidas. Dentro de los limites de un «ser» dado, la calidad del saber no se puede cambiar, y dentro de estos límites, la única posibilidad de cambio reside en la acumulación de informaciones de una sola y misma naturaleza. Un cambio en la naturaleza del saber es imposible sin un cambio en la naturaleza del ser.

"Tomado en sí, el ser de un hombre presenta múltiples aspectos. El del hombre moderno se caracteriza sobre todo por la ausencia de unidad en si mismo y por la ausencia aun de la menor traza de aquellas propiedades que le complace especialmente atribuirse, la «conciencia lúcida», la «libre voluntad», un «ego permanente» o «Yo», y la «capacidad de hacer». Sí, por asombroso que esto les parezca, les diré que el rasgo principal del ser de un hombre moderno, que explica todo lo que le falta, es el sueño.

"El hombre moderno vive en el sueño. Nacido en el sueño, muere en el sueño. Del sueño, de su significado y de su papel en la vida, hablaremos más tarde. Ahora, reflexionen solamente en esto: ¿qué puede saber un hombre que duerme? Si ustedes piensan en ello, recordando al mismo tiempo que el sueño es el rasgo principal de nuestro ser, no lardará en ser evidente para ustedes que Un hombre, si verdaderamente quiere saber, debe reflexionar ante todo en las maneras de despertarse, es decir, de cambiar su ser.

"El ser exterior del hombre tiene muchos lados diferentes: actividad o pasividad; veracidad o mala fe; sinceridad o falsedad; coraje o cobardía; control de sí mismo o libertinaje; irritabilidad, egoísmo, disposición al sacrificio, orgullo, vanidad, presunción, asiduidad, pereza, sentido moral, depravación; todos estos rasgos, y muchos más, componen el ser de un hombre.

"Pero todo esto en el hombre es enteramente mecánico. Si miente, significa que no puede dejar de mentir. Si dice la verdad, significa que no puede dejar de decir la verdad; y así es en todo. Todo sucede: un hombre no puede hacer nada, ni interior ni exteriormente.

"Sin embargo, hay límites. Por regla general, el ser del hombre moderno es de una calidad muy inferior. A veces de una calidad tan inferior que no hay posibilidad de cambio para él. Nunca hay que olvidarlo. Aquéllos cuyo ser puede aún cambiar se pueden considerar afortunados. ¡Hay tantos que son definitivamente enfermos, máquinas rotas con las cuales no se puede hacer nada! Son la gran mayoría. Pocos son los hombres que pueden recibir el verdadero saber; si ustedes reflexionan sobre esto, comprenderán por qué no lo pueden los otros: su ser se opone a ello.

"En general, el equilibrio del ser y del saber es aún más importante que el desarrollo separado de uno o del otro. Porque un desarrollo separado del ser o del saber no es deseable de ninguna manera, aunque este desarrollo unilateral sea precisamente lo que parece atraer de manera especial a la gente. "Cuando el saber predomina sobre el ser, el hombre sabe, pero no tiene el poder de hacer. Es un saber inútil. Inversamente, cuando el ser predomina sobre el saber, el hombre tiene el poder de hacer, pero no sabe qué hacer. Así el ser que él ha adquirido no le puede servir para nada, y todos sus esfuerzos han sido inútiles.

"En la historia de la humanidad, encontramos numerosos ejemplos de civilizaciones enteras que perecieron ya sea porque su saber sobrepasaba a su ser, o porque su ser sobrepasaba a su saber." —¿A qué conduce un desarrollo unilateral del saber y un desarrollo unilateral del ser? preguntó uno de los asistentes. —El desarrollo de la línea del saber sin un desarrollo correspondiente de la línea del ser, respondió G., produce un Yogui débil, quiero decir un hombre que sabe mucho, pero que no puede hacer nada, un hombre que no comprende (acentuó esta palabra) lo que sabe, un hombre que no aprecia, es decir: incapaz de evaluar las diferencias entre uno y otro tipo de saber. Y el desarrollo de la línea del ser sin un correspondiente desarrollo del saber produce un Santo estúpido. Es un hombre que puede hacer mucho pero que no sabe qué hacer, ni con qué; y si hace algo, actúa esclavizado por sus sentimientos subjetivos que pueden desviarlo y hacerle cometer graves errores, es decir, de facto, lo contrario de lo que quiere. Por consiguiente, en ambos casos, tanto el Yogui débil como el Santo estúpido llegan a un punto muerto. Se han vuelto incapaces de todo desarrollo ulterior.

"Para captar esta distinción y, de una manera general, la diferencia entre la naturaleza del saber y la del ser, y su interdependencia, es indispensable comprender la relación que tienen con la comprensión el saber y el ser, tomados en conjunto. El saber es una cosa, la comprensión es otra. Pero la gente confunde a menudo estas dos ideas, o bien no ve claramente donde está la diferencia.

"El saber por sí solo no da comprensión. Y la comprensión no se puede aumentar por el solo acrecentamiento del saber. La comprensión depende de la relación entre el saber y el ser. La comprensión resulta de la conjunción del saber y del ser. Por consecuencia, el ser y el saber no deben divergir demasiado, de otra manera la comprensión se encontraría muy alejada de ambos. Como ya hemos dicho, la relación del saber con el ser no cambia por el simple acrecentamiento del saber. Sólo cambia cuando el ser crece paralelamente al saber. En otras palabras, la comprensión no crece sino en función del desarrollo del ser.

"Con el pensamiento ordinario, la gente no distingue entre saber y comprensión. Piensan que cuanto más saben tanto mas deben comprender. Es por esto que acumulan el saber o lo que ellos así llaman, pero no saben cómo se acumula la comprensión y no les importa saberlo.

"Por lo tanto, una persona ejercitada en la observación de sí, sabe con certidumbre que en diferentes períodos de su vida ha comprendido una sola y misma idea, un solo y mismo pensamiento, de maneras totalmente diferentes. A menudo le parece extraño que haya podido comprender tan mal lo que ahora comprende tan bien, según cree. Sin embargo, se da cuenta que su saber sigue siendo el mismo; que hoy no sabe nada más que ayer. ¿Qué es, entonces, lo que ha cambiado? Lo que ha cambiado es su ser. Tan luego cambia el ser, la comprensión tiene también que cambiar. La diferencia entre el saber y la comprensión se aclara al darnos cuenta que el saber puede ser la función de un solo centro. Por el contrario, la comprensión es la función de tres centros. De modo que el aparato del pensar puede saber algo. Pero la comprensión aparece solamente cuando un hombre tiene el sentimiento y la sensación de todo lo que está vinculado a su saber.

"Anteriormente hemos hablado de la mecanicidad. Un hombre no puede decir que comprende la idea de la mecanicidad, cuando la sabe solamente con su cabeza. Tiene que sentirla con toda su masa, con su ser entero. Sólo entonces la comprenderá.

"En el campo de las actividades prácticas, la gente sabe muy bien diferenciar entre el simple saber y la comprensión. Se da cuenta que saber y saber hacer son dos cosas completamente distintas, y que saber hacer no es fruto sólo del saber. Pero, fuera de este campo de actividad práctica, la gente deja de comprender lo que significa «comprender».

"Por regla general, cuando la gente se da cuenta que no comprende una cosa, trata de encontrarle un nombre, y cuando le ha encontrado un nombre, dice que «comprende». Pero «encontrar un nombre» no significa haber comprendido. Por desgracia, la gente se satisface habitualmente con nombres. Y se considera que un hombre 'que conoce un gran número de nombres, es decir, una multitud de palabras, es muy comprensivo, excepto en las cosas prácticas donde su ignorancia no tarda en ponerse en evidencia.

"Una de las razones de la divergencia entre la línea del saber y la línea del ser en nuestra vida, en otras palabras, la falta de comprensión que es en parte la causa y en parte el efecto de esta divergencia, se encuentra en el lenguaje que emplea la gente. Este lenguaje está lleno de conceptos falsos, de clasificaciones falsas y de asociaciones falsas. Lo peor es que las características esenciales del pensar ordinario, su vaguedad y su imprecisión, hacen que cada palabra pueda tener mil significados diferentes según el bagaje de que dispone el que habla y el complejo de asociaciones en juego en el momento mismo. La gente no se da cuenta de cuán subjetivo es su lenguaje, de cuán diferentes son las cosas que dice, aun cuando todos usan las mismas palabras. No ven que cada uno de ellos habla su propia lengua sin comprender nada, o muy vagamente, la de los demás; sin tener la menor idea que el otro les habla siempre en una lengua que les es desconocida. La gente está absolutamente convencida de tener un lenguaje común y de comprenderse entre sí. De hecho, esta convicción no tiene el más mínimo fundamento. Las palabras que usan están adaptadas a las necesidades de la vida práctica.. Pueden comunicarse así informaciones de carácter práctico, pero apenas entran en un dominio ligeramente más complejo, están perdidos y dejan de comprenderse, aunque no se den cuenta de ello. A menudo, si no siempre, las personas creen comprenderse y en todo caso se imaginan que podrían comprenderse con sólo tomarse la molestia; se imaginan también comprender a los autores de los libros que leen, y no ser los únicos que son capaces de comprenderlos. Esta es una ilusión más de las ilusiones que se forjan y en medio de las cuales viven. En realidad, nadie comprende a nadie. Dos hombres pueden decir la misma cosa con profunda convicción, pero dándole nombres distintos, y discutir interminablemente sin sospechar que su pensamiento es exactamente el mismo. O bien, inversamente, dos hombres pueden usar las mismas palabras e imaginar que están de acuerdo, que se comprenden, mientras que en realidad dicen cosas absolutamente diferentes, y no se comprenden en lo más mínimo.

"Tomemos las palabras más simples, las que nos vienen constantemente a los labios, y tratemos de analizar el sentido que se les da: veremos que en todo momento un hombre pone en cada palabra un sentido especial que otro hombre nunca le da y que ni aun sospecha.

"Tomemos por ejemplo la palabra «hombre», e imaginemos una conversación en la cual esta palabra se repitiese a menudo. Sin exagerar, habrá para la palabra «hombre» tantos significados como personas presentes, y estos significados no tendrán entre ellos nada en común.

"Al pronunciar la palabra «hombre», cada cual la enfocará involuntariamente desde el punto de vista desde el cual considera al hombre en general, o desde donde lo considera actualmente por tal o cual razón. Así una persona puede estar preocupada por la cuestión sexual. Entonces la palabra «hombre» perderá para ella su sentido general, y al oírla, se preguntará en seguida: ¿Quién? ¿Hombre o mujer? Otra persona puede ser devota, y su primera pregunta será: ¿Cristiano o no cristiano? Una tercera quizá es médico, y el concepto «hombre» se reducirá para ella a sano o enfermo... y por supuesto, desde el punto de vista de su especialidad. Un espiritista pensará en el hombre desde el punto de vista de su «cuerpo astral», y de la «vida en el más allá», etc., y si se le pregunta, dirá que hay dos clases de hombres: los mediums y los no-mediums. Para un naturalista, el centro de gravedad de sus pensamientos será la idea del hombre como tipo zoológico, tendrá especialmente en vista la estructura craneana, la distancia entre los ojos, el ángulo facial... un abogado verá en el «hombre» una unidad estadística o un sujeto para la aplicación de leyes, un criminal potencial o un posible cliente. Un moralista, al pronunciar la palabra «hombre» no dejará de introducir la idea del bien y del mal. Y así sucesivamente, sin fin.

"La gente no nota todas estas contradicciones, no ve que habla siempre de cosas diferentes, que no se comprende nunca. Es muy evidente que para estudios bien encaminados, para un intercambio exacto de pensamientos, es necesario un lenguaje exacto, un lenguaje que haga posible la expresión efectiva de lo que se quiere decir, que permita incluir cada vez una indicación del punto de vista desde el cual se encara un concepto dado, a fin de que el centro de gravedad de este concepto esté bien determinado. Esta idea es perfectamente clara y cada rama de la ciencia se esfuerza en elaborar y establecer un lenguaje exacto. Pero no hay un idioma universal. La gente no deja de confundir los lenguajes de las diferentes ciencias y nunca puede establecer sus relaciones justas. Aun tomando aisladamente cada rama de la ciencia aparecen constantemente nuevas terminologías, nuevas nomenclaturas. Mientras más avanzan las cosas peor se ponen. La incomprensión mutua, en lugar de disminuir, no hace sino crecer, y hay toda razón para pensar que ésta seguirá ampliándose siempre en el mismo sentido. La gente se comprenderá cada vez menos.

"Para una comprensión exacta es imprescindible un lenguaje exacto. Y el estudio de los sistemas del conocimiento antiguo comienza por el estudio de un lenguaje que permitirá precisar de inmediato lo que está dicho, desde qué punto de vista y con relación a qué. Este lenguaje nuevo casi no contiene términos nuevos ni nomenclatura nueva, pero su estructura se basa sobre un principio nuevo: el principio de la relatividad. En otras palabras, introduce la relatividad en todos los conceptos y así hace posible una determinación precisa del ángulo del pensamiento ya que lo que más le falta al lenguaje ordinario son términos que expresen la relatividad. "Cuando un hombre haya asimilado este nuevo lenguaje, entonces, con su ayuda, pueden serle transmitidos todos los conocimientos e informaciones que no pueden transmitírsele por medio del lenguaje ordinario, ni aun con todo el refuerzo posible de términos filosóficos y científicos.

"La propiedad fundamental de este nuevo lenguaje es que en él se concentran todas las ideas alrededor de una sola idea; en otras palabras, todas son enfocadas en sus relaciones mutuas desde el punto de vista de una única idea. Esta idea es la idea de la evolución. Naturalmente, de ninguna manera en el sentido de una evolución mecánica, porque ésta no existe, sino en el sentido de una evolución consciente y voluntaria, que es la única posible.

"Todo en el mundo, desde el sistema solar hasta el hombre, y desde el hombre hasta el átomo, se eleva o desciende, evoluciona o degenera, se desarrolla o decae. Pero nada evoluciona mecánicamente. Solamente la degeneración y la destrucción proceden mecánicamente. Lo que no puede evolucionar conscientemente, degenera. La ayuda del exterior no es posible sino en la medida en que es apreciada y aceptada, aunque al comienzo sólo lo sea por el sentimiento.

"El lenguaje que permite la comprensión se basa sobre el conocimiento de la relación del objeto examinado con su posible evolución, sobre el conocimiento de su lugar en la escala evolutiva.

"Con este fin un gran número de nuestras ideas habituales están divididas de acuerdo a las etapas de esta evolución.

"Una vez más, tomemos la idea del hombre. En el lenguaje del que hablo, en lugar de la palabra «hombre» se usan siete palabras que son: hombre Nº 1, hombre Nº 2, hombre Nº 3, hombre Nº 4, hombre Nº 5, hombre Nº 6 y hombre Nº 7. Con estas siete ideas, estaremos en condiciones de comprendernos cuando hablemos del hombre.

"El hombre Nº 7 ha llegado al más completo desarrollo que le es posible al hombre, y posee todo lo que el hombre puede poseer, sobre todo la voluntad, la conciencia, un «Yo» perma-nente e inmutable, la individualidad, la inmortalidad, y muchas otras propiedades que, en nuestra ceguera y nuestra ignorancia, nos atribuimos. Sólo podemos comprender hasta cierto grado al hombre Nº 7 y a sus propiedades, así como a las etapas graduales por las cuales podemos acercarnos a él, es decir, el proceso del desarrollo que nos es posible.

"El hombre No 6 sigue de cerca al hombre Nº 7. No difiere de él sino porque algunas de sus propiedades todavía no han llegado a ser permanentes.

"El hombre Nº 5 es también para nosotros un tipo inaccesible de hombre, pues ha alcanzado la unidad."El hombre Nº 4 es un grado intermedio; hablaré de él más adelante.

"Los hombres números 1, 2 y 3 constituyen la humanidad mecánica: permanecen en el nivel en que han nacido. El hombre Nº 1 tiene el centro de gravedad de su vida psíquica en el centro motor. Es el hombre del cuerpo físico en el cual las funciones del instinto y del movimiento siempre predominan sobre las funciones del sentimiento y del pensar.

"El hombre Nº 2 está en el mismo nivel de desarrollo, pero el centro de gravedad de su vida psíquica está en el centro emocional; es entonces aquel hombre en quien las funciones emocionales predominan sobre todas las otras, es el hombre del sentimiento, el hombre emocional.

"El hombre Nº 3 también está en el mismo nivel de desarrollo, pero el centro de gravedad de su vida psíquica se encuentra en el centro intelectual, en otras palabras es un hombre en quien las funciones intelectuales predominan sobre las funciones emocionales, instintivas y motrices; es el hombre racional, que tiene una teoría para todo lo que hace, que parte siempre de consideraciones mentales.

"Cada hombre nace como hombre Nº 1, Nº 2 o Nº 3. "El hombre Nº 4 no nace como tal. Nace como 1, 2 ó 3, y no llega a ser 4 sino como consecuencia de esfuerzos de carácter muy definido. El hombre Nº 4 es siempre producto de un trabajo de escuela. No puede nacer como tal, ni desarrollarse accidentalmente; las influencias ordinarias de la educación, de la cultura, etc., no pueden producir un hombre Nº 4. Su nivel es superior al del hombre Nº 1, 2 ó 3; tiene un centro de gravedad permanente que está hecho de sus ideas, de su apreciación del trabajo y de su relación a la escuela. Además, sus centros psíquicos ya han comenzado a equilibrarse; en él, un centro ya no puede tener preponderancia sobre los otros, como es el caso de los hombres de las tres primeras categorías. El hombre Nº 4 ya comienza a conocerse, comienza a saber hacia dónde va.

"El hombre Nº 5 ya es el producto de una cristalización; ya no puede cambiar continuamente como el hombre Nº 1, 2 y 3. Pero se debe tener en cuenta que el hombre Nº 5 puede ser tanto

el resultado de un trabajo justo como el resultado de un trabajo equivocado. Puede haber llegado a ser Nº 5 después de haber sido No 4, y puede haber llegado a ser Nº 5 sin haber sido Nº 4. En este caso, no podrá seguir desarrollándose, no podrá llegar a ser Nº 6 y Nº 7. Para llegar a ser Nº 6, primero tendrá que volver a fundir completamente su esencia ya cristalizada, tendrá que perder intencionalmente su ser de hombre Nº 5. Pero esto no puede llevarse a cabo sino a través de sufrimientos terribles. Felizmente, tales casos de desarrollo equivocado son muy poco frecuentes.

"La división del hombre en siete categorías permite darse cuenta de miles de particularidades que no pueden ser comprendidas de otra manera. Esta división es una primera aplicación al hombre del concepto de la relatividad. Cosas aparentemente idénticas pueden ser completamente diferentes, según la categoría de hombres de donde realmente surgen, o en función de la cual se las encara. "Según este concepto, todas las manifestaciones interiores y exteriores del hombre, todo lo que le es propio, todas sus creaciones, están igualmente divididas en siete categorías. "Por lo tanto, ahora podemos decir que hay un saber Nº 1, basado en la imitación, los instintos, o aprendido de memoria, machacado, ejercitado repetidas veces. El hombre Nº 1, si es un hombre Nº 1 en todo el sentido de la palabra, adquiere todo su saber como un mono o como un loro. "El saber del hombre Nº 2 es simplemente el saber de lo que a él le gusta. El hombre Nº 2 no quiere saber nada de lo que no le gusta. Siempre y en todo, quiere algo que le agrade. O bien, si es un enfermo, por el contrario es atraído por todo lo que le desagrada, está fascinado por sus propias repugnancias, por todo lo que provoca en él horror, espanto y náusea.

"El saber del hombre Nº 3 es un saber basado en un pensar subjetivamente lógico, en palabras, en una comprensión literal. Es el saber del ratón de biblioteca, de los escolásticos. Por ejemplo, son hombres N9 3 los que han contado cuántas veces se repite cada letra del alfabeto árabe en el Corán y han basado en esto todo un sistema de interpretación. 

"El saber del hombre Nº 4 es de una especie totalmente diferente. Es un saber que viene del hombre Nº 5, quien lo ha recibido del hombre N9 6, el cual a su vez lo ha recibido del hombre Nº 7. Sin embargo, es innecesario decir que el hombre Nº 4 asimila sólo el conocimiento de lo que corresponde a sus poderes. Pero en comparación con el saber del hombre Nº 1, 2 y 3, el saber del hombre Nº 4 ha comenzado a liberarse de los elementos subjetivos. El hombre Nº 4 está en camino hacia el saber objetivo.

"El saber del hombre Nº 5 es un saber total e indivisible. El hombre Nº 5 posee ahora un Yo indivisible, y todo su conocimiento pertenece a este Yo. Ya no puede tener un «yo» que sepa algo, sin que otro «yo» no esté informado. Lo que sabe lo sabe con la totalidad de su ser. Su saber está más cercano al saber objetivo que el del hombre Nº 4. 

"El saber del hombre Nº 6 representa la totalidad del saber accesible al hombre; pero aún puede ser perdido. 

"El saber del hombre Nº 7 es completamente suyo y ya no se le puede quitar; es el saber objetivo y enteramente práctico de Todo.

"Con el ser pasa exactamente lo mismo. Hay el ser del hombre Nº 1, es decir, de aquel que vive a través de sus instintos y de sus sensaciones; hay el ser del hombre Nº 2, que vive de sus sentimientos, de sus emociones; y el ser del hombre Nº 3, el hombre racional, el teórico, y así sucesivamente. Es así que se comprende por qué el saber nunca puede estar muy alejado del ser. Debido a su ser los hombres Nº 1, 2 y 3 no pueden poseer el saber de los hombres 4, 5 y niveles superiores. Cualquier cosa que se les dé lo interpretan a su modo, no sabrían hacerlo de otra manera sino rebajándolo a su propio nivel inferior.

"Se puede aplicar el mismo tipo de división en siete categorías a lodo lo que se refiere al hombre. Hay un arte Nº 1, que es el arte del hombre Nº 1, un arte de imitación, de simulacro o

bien groseramente primitivo y sensual, como la música y las danzas de los pueblos salvajes. Hay un arte Nº 2, un arte de sentimiento; un arte Nº 3, que es intelectual, inventado; y debe haber un arte Nº 4, 5, etc...

"Exactamente de la misma manera, hay una religión del hombre Nº 1, es decir, una religión hecha de ritos, de formas exteriores, de sacrificios y de ceremonias brillantes, que a veces pueden ser de un esplendor imponente o por el contrario de un carácter lúgubre, salvaje, cruel, etc... Y hay una religión del hombre Nº 2: la religión de la fe, del amor, del fervor, de la adoración y del entusiasmo, que no tarda en transformarse en una religión de persecución, de opresión y de exterminio de los «herejes» o de los «paganos». Hay una religión del hombre Nº 3, intelectual y teórica, una religión de pruebas y argumentos, basada en razonamientos, interpretaciones y deducciones lógicas. En realidad las religiones Nº 1, 2 y 3 son las únicas que conocemos; todas las formas religiosas conocidas por nosotros pertenecen a una u otra de estas tres categorías. En cuanto a la religión de los hombres Nº 4, 5, 6 y 7, no la conocemos y no podemos conocerla mientras sigamos siendo lo que somos.