Como pequeño complemento y resumen del vídeo me gustaría escribir un poco. Y qué mejor modo que enfatizando lo que ya señalé: aquello que rechazamos y tratamos de alejar, se hace más fuerte porque lo rechazamos con odio; porque lo que tememos aparece; porque aquello a lo que uno se resiste, persiste.
Por tanto, manifestar la Plenitud del Ser real implica superar todos los condicionantes que bloquean nuestro inconsciente y subconsciente, desde donde visiones, pensamientos y emociones generan la realidad que percibimos.
No debemos entonces dejarnos influir lo que nos dicen los psicópatas, narcisistas y sociópatas sociales, ni por los horrores que vemos. El mundo externo es un reflejo de mentes torcidas e inmisericordes, arquictectos de frío corazón, humanos y no humanos, tanto monta, pues como dice el proverbio, de tal palo, tal astilla.
La cuestión entonces debería ser: ¿cuál es nuestra manifestación? ¿Estamos condenados a ser las cenizas de los dioses y esclavos del Dios de esta Era?
Curiosa expresión, ¿no? Pero no es mía, sino del viejo Pablito:
Y si todavía está velada nuestra Buena Nueva, está velada para los que se pierden, en
los cuales el Dios de este Tiempo (Theou tou Aionos) ha cegado el entendimiento de los
incrédulos, para que no vean el resplandor de la Buena Nueva del Esplendor del Mesías que es la Imagen de Dios (2 Corintios 4:4)
¿Y a qué Dios estaba haciendo referencia si no es al llamado Demiurgo, los Arquitectos del Tiempo que diseñaron condiciones para el reciclado de energías, debido al estancamiento que su inmadurez había causado?
En esas condiciones, el Amor Pleno se convirtió en Eros, por el cual se mezclaron los elementos Tierra, Agua, Aire y Fuego; Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno, dando lugar a materias densas donde la Luz magnética quedó atrapada, como aquel Prometeo a quien Zeus encadenó a la piedra, mientras un águila le devoraba el hígado, que se regeneraba, como las almas recicladas.
Dadas las condiciones, casi podría decirse que la Rebelión de los Querubines Caídos, Portadores de luz (Luciferes), estaba justificada. Pero sólo perpetuaron el tropiezo de sus progenitores arcangélicos, convirtiéndose en Adversarios tipo 2, despertando la ira de un Dios Madrastra celoso, que premia al que recicla sus energías estancada y castiga al que las malgasta.
¿Pero qué hay de nosotros? ¿Nos dejamos llevar por la revuelta y ejercemos de Adversarios tipo 3?
Podemos ser autómatas bailando al son de las leyes del Demiurgo, el Dios Público que generó este Mundo fragmentado, con sus ciclos repetitivos, octavas rotas y estancamientos casi irresolubles, o bien podemos abrirnos a la Reconciliación del Verbo Divino, que incluye, reconstituye y transciende el mundo.
Dios (Ser Viviente) estaba en el Mesías reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación (2 Corintios 5:19).
Sin embargo, reconciliar no es invocar a un Señor Espíritu o Personalidad para que nos posea ni se enseñoree de nosotros, como pretende la religión, sino dejar que sea el Verbo Divino mismo quien viva a través nuestro, venciendo todo obstáculo.
Y eso implica comprender la engañosa energía divina, a la cual se refirió incluso Pablito:
Por esto Dios les enviará una energía engañosa (enérgeian planes), para que crean en la mentira (2 Tesalonicenses 2:11)
¿A qué energía y qué Dios se refería si en el Dios Verdadero no cabe la mentira ni la sombra?
El testimonio de los apóstoles que convivieron con el Maestro fue claro:
Éste es el mensaje que Iesous Ungido nos enseñó y que les anunciamos a ustedes: que Dios es Luz y que en él no hay ninguna oscuridad (1 Juan 1:5)
del Padre de Luces viene todo bien y en el no hay cambio ni sombra de variación (Santiago 1:17)
¿Por qué fue Pablo tan ambiguo, empleando un lenguaje religioso lleno de acusación que se parece al de la Vieja Ley?
Es cierto que Pablo trató de ser sincero, distinguiendo entre la vieja lectura de la Torah y la nueva:
Así
que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura
de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de
verdad (1 Corintios 5:8)
Sinceridad aquí aparece con la palabra eilikrineia, que viene de helios, sol, y krineo, que es cribar, separar lo verdadero de lo falso. Y tal es la función del Sol de la Conciencia.
Porque nuestro Esplendor es éste: el Testimonio de nuestra Conciencia (martyrion Syndeneseos),
que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino
con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con
vosotros (2 Corintios 1:12)
Sin animadversión hacia Pablito, veo que unas veces parecía estar de un lado, y otras de otro por su lenguaje.
¿Era él un falso profeta? Por lo menos era humano, como todos los profetas que pusieron por escrito ciertas cosas. Y aunque quiso escapar la mentira, sus complejas enseñanzas le obligaron a defenders, empleando las palabras que recuerdan a las de la Serpiente, que decía no engañar:
Pues nuestra exhortación no procede de error ni de impureza ni es con engaño; sino
que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el
evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios
que examina nuestros corazones (1 Tesalonicenses 2:3)
Pablito pertenecía a la tribu de Benjamín, cuyo símbolo era un lobito. Y es cuando menos curioso que el Maestro dijera:
Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces (Mateo 7:15)
Pienso que como muchos otros, Pablo a veces estuvo imbuido del espíritu de mentira del viejo verbo celoso:
Y él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: inducirlo has, y aun saldrás con ello; sal pues, y hazlo así.Y ahora, he aquí Yhvh ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos estos tus profetas, y Yhvh ha decretado el mal acerca de ti (1 Reyes 22:22)
Pasajes como estos hacen a muchos pensar que hay un tal Jehova engañando y castigando por ahí fuera. Pero eso es el viejo espíritu de mentira. Pues Yhwh en este contexto es el Verbo Existencial desconectado del Verbo Esencial. Sería entonces el despliegue de fuerzas, facultades y arquitectos en el mundo dual. Y esa fue la fuente de la Torah escrita en códigos matemáticos.
Ahora se entienden las palabras del Maestro, quien se dirigió a los judíos diciendo: Vosotros sois de vuestro padre el Acusador, y los deseos de vuestro padre queréis hacer; él ha sido homicida desde el principio, y no permaneció en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira (Juan 8:44).
Dicho Padre de mentira no puede ser otro que el Dios originador del mundo caído, con sus colores, luces, sombras, y fuerzas (Elohim).
Pero el Ser Infinito es Verdad pura allá donde se encuentre, transcendiendo todo engaño, incluso en medio del engaño. En eso consiste lo que llaman Espíritu Santo, el cual hace de dos uno, viniendo al mundo sin ser del mundo, para rescatar la Vida que se ha torcido y perdido entre lo inmundo.
En ese sentido, en la Verdad ya ni siquiera cabe traición, pues el mal es la oscuridad que hace a la Luz verdadera brillar más fuerte.
¿Qué es entonces la Verdad?
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, dijo el Maestro.
Y
algunos interpretan esto como que un Rey Dios bajo al mundo para
llevarse consigo a los que le siguen. Pero el Maestro mismo negó hasta
ser rey.
Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Iesou y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Iesou respondió: ¿Esto lo dices por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de mí? Pilato respondió: ¿Acaso soy yo judío? Tu nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho? Iesou
respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este
mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a
los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí. Pilato
entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Iesou respondió: Tú dices que
soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar
testimonio de la Verdad. Todo el que es de la Verdad escucha mi voz. Pilato le preguntó: ¿Qué es la verdad?
La Verdad es lo que somos quienes tenemos algo que no pertenece al mundo, pero que puede enriquecer y salvar las personalidades del mundo. Ahora sólo es cuestió de hallar esa Verdad dentro y manifestarla, sin las locuras sincréticas de los falso guías de luz que adoran sus mesías y falsos maestro acusadores o amenazadores.