A primera vista, nuestra mente carnal e infantil suele ver en fotos como ésta a dos seres enfrentados, o adversarios y salvadores externos, cuando en realidad representan dos impulsos cósmicos contrarios, uno basado en el Nombre Divino de Amor-Vida-Luz-Paz infinitas y otro en la el limitado amor/odio, falso conocimiento/ignorancia, falsa vida y Lucha permanente.
Sin embargo, ambas se expresan dentro de cada humano caído, que les sirve de recipiente-vasija.
Por ello Pablo habló de vasijas de hora y vasijas deshonra (2 Timoteo 2:20).
El problema siempre ha estado en un Evangelio muy mal traducido y malinterpretado:
Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, el Ungido Ser hombre [Christos Iesous anthropos] (1 Timoteo 2:5)
Todo el que haya estudiado un poco de griego antiguo, sabe que el concepto anthropos tiene una connotación colectiva, implicando un cuerpo de humanidad superior a los animales, mientras que el hombre singular se denota como andros o aner, como en Santiago/Jacobo 1, que nos habla del hombre de doble ánimo (aner dispsychos).
Y en la carta de Pablo dice anthropos, no andros.
Por tanto, no se habla de un hombre histórico, ni del Kristos Iesous como segunda persona singular divina de una trinidad, sino
del cuerpo del Hombre Cósmico o Adam Kadmon, la Personalidad Divina manifestada por una Persona Colectiva, cuya Cabeza/Conciencia es la neurona Yehoshua/Iesou/Jesús, y su Cuerpo colectivo Ungido/Kristos de su Amor, Luz, Vida y Paz.
Juntos encarnan la imagen y semejanza de Dios (Elohim: Padre-Madre divino) (Génesis 1:26)
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14).
De modo que el único Mediador y Salvador es el Ser Hijo Ungido regido por su Conciencia, la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15) y manifestada con espíritu puro en obras semejantes a la armonía divina.
Matizando aún más podemos decir que la Verdadera Creación es una Mente y Cerebro cósmicos con sus Neuronas y Neurotransmisores, las Coronas de Vida de las que habla el Libro del Apocalipsis.
Y cada uno tenemos una neuro-corona o meta de vida propia:
Porque somos hechura suya, creados en Kristo Iesou para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:10)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Iesou Kristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Kristo (Efesios 1:3)
Así pues, estamos llamados a encarnar las neuronas y neurotransmisores del Cerebro Cósmico del Adam Primordial o Verbo/Logos Divino, quien ya marcó la pauta:
y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Juan 1:14).
El Cerebro Cósmico es la manifestación visible del Espíritu divino o Ruaj Elohim, la Madre Divina, que procede del Supremo Infinito (Ayn Sof), aún más invisible si cabe, ya que es el Todo Ser Fuente, Origen o Padre de sus atributos: Amor, Vida, Luz y Paz, emanados como Espíritu potencial y manifestados "corporalmente" como Hijo colectivo, que es así la unión del Padre y la Madre.
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad (Colosenses 2:9)
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad (Colosenses 2:9)
He ahí la Trinidad de funciones divinas, no de personas o hipóstasis singulares, idea que conduce más bien a la doctrina del Anticristo o Mesías de remplazo (Sotej ha Mashiaj):
todo espíritu que confiesa [homologuei, homologa, habla, piensa, siente como] el Ser Ungigo [Iesous Kristos habiendo venido en carne [en sarki, carne física], es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Iesous [con su propio vivir homólogo, obviamente], no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo... ahora ya está en el mundo (1 Juan 4:3)
En otras palabras, Christos Iesous es encarnación en nosotros del Nombre de Salvación: Yo Soy Amor, Vida, Luz y Paz sin tiempo en cada neuro-corona encarnada, no una persona singular divina que posee cual demonio y desde unas alturas etéreas a las personas que dicen Señor, Señor, Jesús, Jesús, Yeshua, Yeshua.
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de iniquidad (Mateo 7:22-23)
¿Por qué me llamáis Señor y no hacéis lo que os digo? (Lucas 6:46)
Hasta el mismisimo Lucifer es capaz de levantar a creyentes de sillas de ruedas con el nombre de Jesús. Pero no sin comprar el alma de la persona.
Ahora, ¿qué hay del hombre nazareno histórico, andros/aner? ¿De dónde le venía el poder de hacer milagros?
Los pasajes evangélicos sobre el Bautismo del Nazareno dicen que la Inteligencia-Cabeza conocida como Ruaj Elohim o Espíritu divino, vino a encarnarse en el andros y hombre judío, el primero en recibir ese estado de conciencia plenamente, sin medida (Juan 3:34), algo jamás conseguido por ningún otro candidato, llámese Moisés, Arjuna, Buda...u otros personajes míticos.
Ahora, al haber recibido ese estado divino pleno, adquirió la capacidad de impartir el suyo a quienes viven como él, homólogamente.
Una vez el Espíritu del Padre sopló el hálito de vida inteligente o neshema en la humanidad (Génesis 2).
Luego, el Espíritu del Mesías encarnado lo maduró y lo compartió como modo de pensar, sentir y actuar:
les sopló y les dijo: recibid el espíritu santo (Juan 20:22)
Así logra multiplicar más rápidamente sus neuronas, neutralizado cual retro-virus al virus luciférico de la humanidad caída.
Una vez el Espíritu del Padre sopló el hálito de vida inteligente o neshema en la humanidad (Génesis 2).
Luego, el Espíritu del Mesías encarnado lo maduró y lo compartió como modo de pensar, sentir y actuar:
les sopló y les dijo: recibid el espíritu santo (Juan 20:22)
el primer Adam fue alma viviente pero el segundo vino a ser espíritu vivificante (1 Corintios 15:45)
Así logra multiplicar más rápidamente sus neuronas, neutralizado cual retro-virus al virus luciférico de la humanidad caída.
Por desgracia fue mitologizado y convertido en otro ídolo de adoración, y además caucásico, a pesar de que en realidad el Nazareno histórico era de raza tostada, sino negroide, nada que ver con las figuras de Hollywood.
Quien sí era albino según las leyendas, es el señorito Caín adamita, más conocido como Lucifer, la vieja humanidad de "gente pequeña" o "dioses instructores", que perdieron su cabeza o unción divina, quedando regidos por la fuerzas negativas de la
Naturaleza, conocida como Adversario, Satán, Zeus, etc, etc.
!!Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono... (Isaías 14:12-13, Reina Valera)
En Edén, en el huerto de Dios estuviste...Tú, querubín ungido [Mashiaj], protector...Perfecto eras en todos tus caminos...hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo cual yo te echaré por profano del monte de Dios, y te destruiré...Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu Sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti (Ezekiel 28, RV)
¿Cómo? ¿Lucifer ungido?
En efecto, la Humanidad cainita también fue considerada ungida, es decir, un Cristo, cuya unción divina era Habel, asesinado por la psique carnal cainita. Habel pasó entonces a ser el subconsciente o Leviathan enjuiciador de la humanidad.
Y hoy es atestiguado por los "nuevos reyes ungidos que llevamos dormidos".
Y hoy es atestiguado por los "nuevos reyes ungidos que llevamos dormidos".
No olvidemos que Adam espiritual tuvo otro Hijo con la madre tierra (Eva), y éste no fue asesinado ni corrompido. El texto de Génesis 4 le llama Seth, cuyas letras son un código kabalístico: Shin es el espíritu divino (Shin) actuando sobre la cruz (Tav) de la materia, los cuatro elementos.
De modo que el Mesías auténtico, la línea genética de la Mujer, comenzó a encarnarse en Seth hace 6000 años, logró bajar su Cabeza en el gran Maestro Nazareno hace 2000 años, y aún le queda manifestar el resto de su cuerpo neuronal:
Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios (Romanos 8:19.23)
Por ahora, el Hijo de Adam [i.e Seth, humanidad espiritual] no tiene donde reposar su cabeza (Mateo 8:20).
Es decir,
le falta el cuerpo terrenal colectivo, fruto del trabajo interior, ya
que la cosecha es abundante pero los trabajadores son pocos (Lucas 10:2).
Ahora, recapitulando lo dicho en el previo artículo, el Solsticio de Invierno representa por un lado el re-nacimiento del viejo humano luciférico o Adam-Caín, que hoy comienza a retornar plenamente en mentes inicuas sin Conciencia ni Ley de Vida, incluso las que presumen de moral, gracia divina, técnica y ciencia.
Mientras, el Christos Iesous, el Alma-Ungido de Sabiduría y Comprensión, duerme como semilla enterrada en la nieve, como un rey lirón en medio de este desierto social.
Pero el invierno estacional, cósmico y psicológico es también para la crucifixión del Adam caído, sólo posible con el despertar del Adam Ungido, que al salir desde el fondo (inconsciente) de la barca (mente), puede calmar la tempestad (Marcos 4:35), es decir, doblegar al Adam carnal, que lucha fieramente dentro del propio cuerpo-psique de todo humano para hacerse con el dominio interno y externo, odiando, agrediendo, reaccionando, comiendo como un poseso...
La lucha de Lucifer o Adam Cainita vs Adam Ungido es sólo atestiguada por aquellos donde hay fecundación y resurrección de la Conciencia Ungida de Sabiduría y Comprensión, homologando a Yehoshua/Iesous.
Sólo entonces podemos ver lo falso en nosotros, dando la orden a lo real: todo tuyo, ahí tienes a mi Adam caído, haz con él cuanto creas conveniente, pues el muy mamón se me rebela cada vez que trato de domarle.
Son las conexiones internas y comprensión de Vida lo que nos ayuda a vencer nuestra naturaleza caída. Una hazaña que ninguna religión exterior fue capaz de inculcar, dejando a todos en los pañales de Lucifer.
Ahora la resurrección masiva está a punto de acontencer, a pesar de estar entrando en lo más crudo del invierno acuariano, que no es esa Edad Dorada de la que habla la religión New Age. Pronto veremos que no estamos en el 2018, ni en el 5779 del calendario judío, sino en el séptimo milenio.
Hasta entonces, Paz/Shalom.