En
un estupendo océano de luz me muevo,
mis
profundidades a las de su eterna altura uniendo
–Sri
Aurobindo–
Todo
está hecho de luz; todo está vivo.
–Mellen
Thomas Benedict y su Experiencia Cercana a la Muerte–
Yo
soy la luz del mundo. El que que me siga nunca caminará en
tinieblas, y tendrá la luz de la vida –Juan
8:12–
Vosotros
sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder. Una lámpara no se enciende para ponerse debajo de un cuenco, sino
sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa –Mateo 5:14–
Allah es la luz de los cielos y la tierra...Luz sobre luz. –Corán, Verso de la Luz, 35, 24
Allah es la luz de los cielos y la tierra...Luz sobre luz. –Corán, Verso de la Luz, 35, 24
La
Luz no se puede ver, sólo puede ser conocida. La Luz está inmóvil.
El sentido de la vista no puede responder a la quietud. Lo que los
ojos "sienten", y creen que es luz no es sino movimiento de
las vibraciones que simulan la idea de la Luz.
–Light
Does Not Travel, por Walter Russell–
Desde
el punto de vista de la Luz, no hay espacio, ni tiempo, ni masas. La
Luz no existe en el mundo del espacio-tiempo y la materia –Peter
Russell–
Vivimos
tiempos de ruido, tensión y agitación, fuente de confusión,
angustia y violencia en todas sus formas. Y esto se debe a que somos
fácilmente engañados por "falsas luces". Tomamos al arco
iris por la Luz, cuando en realidad, nuestro cuerpo y el mundo que
nos rodea son simplemente una "simulación de la luz"
efímera, no la verdadera Luz, fuente de equilibrio, quietud,
creatividad, bondad, belleza, verdad y dicha.
Como
bien demostró Walter Russell con su arte geométrico y cosmología
artística, la Luz descansa en quietud magnética, uniendo y
equilibrando todas las cosas, que no son más que luz eléctrica,
contracciones pasajeras de la Luz.
Por
supuesto, esto ya se conocía hace largo tiempo. De hecho, mucho
puede decirse del antiguo simbolismo de la luz blanca y su difracción
en arco iris, y esperemos poder regresar al tema pronto.
Pero
más urgente es recordar lo que realmente somos, para
así poder cruzar este engañoso mundo arco iris de modo
seguro. Y resulta que el único Camino efectivo es el Arte de la
Quietud Relajada, el estado natural de la Luz.
También
se nos muestra que hay una manera de cruzar el arco iris: encontrando
el estado natural de la Luz, la Quietud.
Aquiétense,
y sepan que Yo Soy Dios –Salmo 46:10–
Yoga
es la cesación de las fluctuaciones de la mente –Patanjali
Sin
embargo, esto no es tan sencillo, porque la mente eléctrica siempre
anda moviéndose de un extremo a otro: confortable-incómodo,
blanco-negro, bueno-malo...
Y no podemos pretender vivir en la
consciencia relajada mientras intentemos escapar del mundo con la
mente eléctrica.
Es
verdad que necesitamos momentos de quietud física y mental todos
los días, pero el verdadero reto es encontrar la quietud a
través del movimiento de las actividades cotidianas, aprendiendo a
relajar las tensiones que forman nuestra alucinación eléctrica. La quietud de la Luz no es como la inmovilidad de una piedra, sino más bien una quietud expansiva y fluida. Y si no se percibe a través de los sentidos, ¿cómo es conocida entonces?
La
lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu
cuerpo estará lleno de luz
–Mateo 6:22–
No
necesitamos buscar muy lejos para darnos cuenta de que esta “lámpara
del cuerpo” se corresponde con la famosa Glándula Pineal. Sin
embargo, ésta no puede encenderse a menos que nuestro centro
magnético, el nervio vago que conecta la región cardiaca y plexo
solar al cerebro, genere suficiente relajación, uniendo mente y
sentidos en el “sentido común”.
Con
todo, es necesario comprender que la Luz no puede
estabilizarse en el cuerpo sin la formación de “recipientes de
luz”. Yahshua no bromeaba al decir que necesitamos "vestidos
de boda" para entrar en el Reino (Mateo 22:12).
Con
esto en mente, veamos si somos capaces de relajar el puño mental y
físico para hallar la quietud silente en medio de un mundo de ruido
y espectáculo lumínico. Eso sí que sería el inicio de un
Solsticio de Invierno interno, Luz disipando tinieblas.