Ibn Arabi (1165-1240)
Misteriosas
y sutiles son las formas en que el Amado Uno nos busca y nos ama. Sin
embargo, debemos dejar que los sentidos se abran, de manera que
podamos escuchar y que nuestro corazón se fundan con el dolor del
anhelo, la tristeza de la vida, la belleza que nos deja sin aliento,
preguntándonos con asombro, como un eco de nuestra verdadera
Esencia, donde el buscador y lo buscado se revelan como uno y lo
mismo.
El
siguiente poema fue escrito por un gran místico sufí nacido en
España, Ibn Arabi, y es una deliciosa expresión de esa búsqueda
que viene de las profundidades, no de nuestros pequeños “yoes”
preocupados que nunca parecen quedar satisfechos:
Amado!
Tantas
veces te he llamado y no me has escuchado.
Tan
frecuentemente me he mostrado a ti y no me has visto.
A
menudo me he hecho fragancia, y no me has olido,
Sabrosos
alimentos, y no me has probado.
¿Por
qué no puedes alcanzarme a través de lo que tocas,
O
respirarme a través de dulces perfumes?
¿Por
qué no me ves ? ¿Por qué no me oyes?
¿Por
qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Mis
delicias superan al resto,
Y
el placer que procuro, sobrepasa a los otros.
Me
prefieres antes que a las demás cosas buenas
Soy
Belleza, soy Gracia.
Ámame,
ámame sólo a mí.
Ámate
a ti mismo en mí, sólo en mí.
Pégate
a mí,
Nadie
está más al interior que yo,
Otros
te aman por su propio interés,
Yo
te amo por ti mismo.
Y
tú, huyes de mí.
Amado!
No
puedes tratarme de justa manera,
Pues
si te me acercas,
Es
porque antes a ti me he acercado.
Más
cerca de ti estoy que tú mismo,
Que
tu alma, que tu aliento.
¿Quién
entre las criaturas te trataría como lo hago?
Celoso
estoy por ti, sobre ti,
A
ningún otro quiero que pertenezcas,
Ni
siquiera a ti mismo.
Sé
mío, sé para mí, tal como eres en mí,
A
pesar de que ni siquiera eres consciente de ello.
Amado!
Vayamos
hacia la Unión.
Y
si encontramos el camino,
Esto
nos lleva a la separación,
Destruyamos
la separación.
Vayamos
de la mano.
Entremos
en la presencia de la Verdad.
Que
sea nuestro juez
E
imprima su sello sobre nuestra unión
Para
siempre.
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Traducción propia desde la versión inglesa. Citado por Henry Corbin en Imaginación Creadora en el Sufismo de Ibn ‘Arabi,
pp. 174-175. Y por Lewellyn Vaughan Lee en su maravillosa obra Catching the Thread, p-145.