martes, 2 de julio de 2013

Ilusión


Esta monumental pieza musical, Fantasia on a Theme of Thomas Tallis, compuesta por William Ralph Vaughan (1872-1958) en 1910, refleja una experiencia emocional intensa que no difiere mucho de la vida, siendo una paleta dinámica de contrastes, tensiones y liberación, colores y luces, sombras y oscuridad, recreando un estilo que ha llegado a ser utilizado abundantemente en el cine contemporáneo. Esta "saturación engañosa" del corazón y los sentidos, fue una de las principales características de la Era Romántica, como también podemos ver en las pinturas del siglo XIX. Es el caso de la que tenemos ante nuestros ojos, el famoso Caminante sobre el Mar de Niebla, de Caspar David Friederich.
Este cuadro está sujeto a interpretaciones interesantes pero opuestas, idea que no es nueva, ya que el escritor John Lewis Gadiss ya apuntó que de golpe sugiere la conquista de un paisaje e insignificancia del individuo dentro del mismo. No vemos ninguna cara, por lo que es imposible saber si la perspectiva para el joven es regocijo, terror, o ambos.
Pero este cuadro aún da para más, pues refleja nuestra situación en vida. Hay momentos en que la existencia parece increíblemente hermosa, conmovedora, en contraste con los instantes de miedo o incluso terror en algunos casos. Y lo que para algunas personas parece hermoso, para otros es aterrador. 
También podemos pensar que el Joven ha llegado a una "cumbre" donde las "nubes de la vida" se pueden contemplar más allá del engaño, o, por el contrario, el sentido de llegar a la cumbre lo arroja aún más a las nubes de la ignorancia y la ilusión, porque, como indica la No Dualidad, no hay Estado Supremo para ser alcanzado, pues la Plenitud, la Talidad, brilla en todo y todas partes. Aunque, sin duda, ésta es la realizacion más difícil y delicada.
Nuestros "estados de ser" dan forma a nuestras visiones y perspectivas, al igual que un caleidoscopio muestra diferentes patrones geométricos a medida que lo hacemos girar ante la luz. La vida parece moverse; nuestras percepciones, pensamientos, emociones y sentimientos parecen fluctuar, pero, ¿qué hay de la Realidad misma? ¿se mueve?
Ilusión –del latín ilusio o in lusio (en el acto de jugar)– es parte de la Realidad, que juega al escondite consigo misma, tal vez para ser siempre sí misma, inapresable, sin límites. 
¿Puede el arte de vivir este juego engañoso de la vida ser expresado como la búsqueda de la quietud plena, el Ser, en el movimiento?